Enlace Judío México e Israel – El Primer Ministro de Perú, Aníbal Torres, desató una ola de indignación por alabar la política económica de Hitler. ¿Cómo reaccionó la comunidad judía de ese país? Conversamos con su coordinador de Relaciones Humanas, en exclusiva.
El 7 de abril , el primer ministro peruano, Aníbal Torres, alabó la política económica de Hitler: “Italia y Alemania eran igual que nosotros. En una oportunidad, Hitler visita el norte de Italia y Mussolini le muestra una autopista. Hitler fue a su país y lo llenó de autopistas, de aeropuertos, y convirtió a Alemania en la primera potencia económica“.
La declaración del funcionario desató una ola de indignación en Perú. “Hitler” se volvió tendencia en Twitter y su bigote sirvió para caricaturizar la figura de Torres en las portadas de la prensa.
Para saber cómo reaccionó la comunidad judía de Perú, cuál es el estado del antisemitismo en ese país y qué están haciendo los judíos peruanos para combatirlo, conversamos con Jack Falkon, coordinador del Comité de Relaciones Humanas de la Asociación Judía del Perú.
“La reacción fue estupor, fue sorpresa, fue ‘no lo puedo creer’”, recuerda Falkon, en entrevista vía Zoom. “Tener como referente a Hitler solamente puede ser utilizado para el mal, el mal absoluto. Hitler solamente puede ser utilizado como referente del mal”, insiste.
La torpeza del funcionario aludido dibuja una sonrisa agridulce en el rostro de Falkon, quien ejemplifica con lógica perfecta: “Hitler era vegetariano, era abstemio, le gustaban los animales… (pero) a nadie se le va a ocurrir citar a Hitler para ensalzar las bondades de ser vegetariano o de cuidar a los animales.”
Además, “el Perú tiene una red vial, al día de hoy, desarrollada por el Imperio Incaico, el Capac Ñan, los caminos del inca. ¡Caramba!, en la tierra de los caminos del inca ¿vamos a citar la supuesta red de carreteras construida por Hitler? Es increíble.”
Consecuencias indeseadas, más allá de lo anecdótico
“Lo más preocupante de esto es que tenemos una población de jóvenes, niños que pueden haber escuchado al Primer Ministro y lo único que va a quedar en su cabeza es Hitler como referente de algo, entre comillas, bueno. Gente que no conoce la historia, gente que puede no saber qué otras cosas hizo Hitler.”
Los judíos organizados del Perú no han sido los únicos en explotar tras las declaraciones del Primer Ministro. “Afortunadamente la reacción ha sido unánime. No solamente los medios de prensa, la sociedad civil, personajes públicos… todo el mundo se ha manifestado contundentemente en contra de lo dicho.”
“Las embajadas de Alemania e Israel emitieron comunicados en los que mostraban su rechazo a las declaraciones de Torres, “y nosotros como Asociación Judía también hemos sacado un comunicado. Más que pedir una disculpa al embajador alemán o al embajador de Israel, lo que corresponde es pedir una disculpa al pueblo peruano”, opina Falkon.
Sin embargo, el funcionario ha sido tibio. “Inicialmente, dio explicaciones, trató de explicar su cita. Después fue una media disculpa, pero cuando uno se expresa de esa manera no corresponden ni explicaciones ni medias disculpas, uno tiene que decir ‘me equivoqué. Realmente lo que dije fue desafortunado y lo lamento’, con todas sus letras.”
Pese a que el sector que podría sentirse más ofendido por los dichos de Torres es la comunidad judía de Perú, esta no ha solicitado una reunión con el funcionario. “El Primer Ministro (tampoco) no nos ha contactado, y yo quiero pensar que de alguna manera el efecto ha sido tan contundente que le debemos de dar la vuelta a la página”, pero eso no significa “olvidar lo que se dijo. Dar la vuelta a la página es sacar una lección valiosísima de esto.”
Y esa lección es que los prejuicios, la ignorancia y otros males culturales se combaten en un frente principal:
“Solamente la educación va a hacer que la gente tome conciencia de la historia. Los que no aprendemos de la historia estamos condenados a repetirla. Y tratar de trazar un paralelo entre las políticas nazis y la actualidad es totalmente descabellado.”
Comunidad apolítica, individuos politizados
Falkon describe, a lo largo de la entrevista, a una comunidad judía pequeña pero pujante, que si bien no se pronuncia sobre temas de la política en cuanto comunidad, sí está formada por muchos individuos activos en temas políticos.
“Nosotros siempre recalcamos que, como comunidad judía, no somos actores políticos. Como peruanos (en cambio), tenemos todo el derecho de tener el activismo político que nos dé la gana y, de hecho, lo hacemos.”
Como ocurre en México y otros países de América Latina, “hay miembros de la comunidad judía que participan activamente en la vida política, así como participamos en la vida empresarial, en la vida periodística, en la vida deportiva, en la vida artística… Pero no lo hacemos como comunidad.”
De hecho, Falkon enumera a una serie de exfuncionarios judíos que han llegado a lo alto del poder en Perú, en gobiernos de distintas denominaciones y alas políticas, y desde tiempos incipientes.
“Hemos tenido un vicepresidente, como el señor David Waisman, en la época del presidente Toledo. Hemos tenido un primer ministro y ministro de Relaciones Exteriores, como el señor Efraín Goldenberg, en la época del presidente Fujimori. Hemos tenido a un primer ministro como Salomón Lerner, en la época del presidente Ollanta Humala (…). Hemos tenido una primera dama, como Eliane Karp.”
La participación política de los judíos en Perú se remonta a la época de la fundación del Partido Socialista. “Una parte importante de los integrantes eran emigrantes judíos que llegaban de Europa oriental con ideas, digamos, progresistas, socialistas, que fueron partícipes activos en la fundación de los primeros partidos de izquierda en el Perú.”
Las declaraciones del Primer Ministro de Perú ocurren en el contexto de una agitación política y social de la que se ha hablado en toda la región.
“La agitación política de estos últimos días nos ha afectado como individuos. El ambiente está sumamente convulsionado. Hay una agitación. Esperemos que las cosas se tranquilicen pero sobre todo esperemos que haya una real voluntad de los actores políticos, de todos los actores políticos, tanto de parte del gobierno como de parte del Congreso, para realmente enmendar el rumbo y empezar a construir y mirar para delante.”
Los judíos de Perú
Pequeña, organizada y vibrante: así podría definirse a la comunidad judía de Perú si se toman por ciertas las palabras de Falkon, quien la describe con pasión:
“Estimo que en este momento serremos unos 2,200, 2,300 miembros en la comunidad. Como toda comunidad judía, somos muy activos. Tenemos tres sinagogas. Tenemos una sinagoga ashkenazi, una sinagoga sefardí, una sinagoga conservadora. Tenemos un beit abad. Tenemos un colegio que es reconocido por su excelencia académica. Tenemos un asilo de ancianos que brinda servicios a la comunidad de forma espectacular…”
Además, “participamos de los eventos judíos en el mundo. Vamos a las macabiadas, acabamos de estar en la Macabiada de México. Tuve a dos hijos ahí, participando. Vamos a la macabiada mundial en Israel. Tenemos todas las organizaciones de damas. Tenemos una B’nai Brith… Es una comunidad muy activa.”
La pandemia supuso un éxodo de muchos israelíes que vivían en Perú y decidieron volver a su tierra para cursar el evento allá. Otros, trabajadores de empresas extranjeras, también se repatriaron, lo que probablemente mermó a la pequeña comunidad. Pero aún así, los judíos peruanos siguen aportando personajes notorios a la vida pública del país.
“Hemos tenido a Evelyn Jabiles, que era una atleta importante; tenemos periodistas como Eddie Fleischman, que es un periodista deportivo muy conocido; Gustavo Gorriti, que es un periodista de investigación muy reconocido; Jeffry Radzinsky, que es un comentarista político muy reconocido.”
Perú no es un país antisemita
En cuanto al antisemitismo, Falkon no piensa que este sea generalizado, aunque advierte: “no creo que haya país o territorio alguno donde no exista antisemitismo. En lugares donde no hay un solo judío, hay antisemitas (…).”
Sin embargo, “Perú no es un país antisemita. Posiblemente por la pequeña cantidad de judíos que somos en el Perú, pero no hay un antisemitismo que se puede ver en otros países. Hay antisemitas, por su puesto. Los hay más de derecha y los hay más de izquierda (…), algunos disfrazados de antisionismo. Digamos, hoy en día no es políticamente correcto decir que uno es antisemita, entonces, se disfrazan de antisionistas. Tenemos algunos en la derecha radical que seguramente son antisemitas.”
Aunque la comunidad organizada no suele pronunciarse sobre temas políticos, cuando se trata de antisemitismo, “yo creo que siempre hay que responder con firmeza, para que la gente aprenda, para educar, para que la gente reflexione.”
Falkon se refiere a la educación como lo haría cualquier judío del mundo. Para el judaísmo, la educación ha sido siempre un tema central y Falkon lo demuestra:
“La educación es la principal herramienta. Nosotros tenemos un pequeño museo comunitario, donde hay una zona dedicada a la recordación del Holocausto. Tenemos visitas permanentes de colegios, que llegan a aprender, a escuchar charlas de los pocos sobrevivientes que quedan. Hace una labor educativa fabulosa y yo creo que ninguna persona, ningún estudiante, ningún joven que ha pasado por el museo judío va a caer en las garras o en el engaño del antisemitismo. La educación es lo que nos va a salvar.”
Una relación paradójica con Israel
Para concluir la entrevista, a Falkon se le pregunta sobre la relación entre Perú y el Estado de Israel. Su respuesta hace resonar ecos en México y otros países latinoamericanos:
“La relación de Perú con Israel es un poco paradójica. Perú fue uno de los países que votó a favor de la creación de la partición de Palestina (…), y es más, hubo un peruano que participó en la comisión de las Naciones Unidas que hizo la propuesta de la partición. Más allá de eso, Perú tiene un relación comercial muy buena con Israel (…), sin embargo, Perú siempre vota contra Israel en las Naciones Unidas.”
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
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