Pésaj y Halel
Una de las Mitsvot más importantes de Pésaj es la recitación del Halel. En el Seder, el Halel marca su conclusión oficial. El Halel también está íntimamente relacionado con el último día de Pésaj, shebi’i shel Pésaj, que celebraremos esta noche y mañana.
Primero debemos recordar que el séptimo día de Pésaj conmemora un evento muy especial en la historia del pueblo judío. Después de salir de Egipto el 15 de Nisán, el Faraón se arrepintió de habernos dejado salir y nos persiguió con su poderoso ejército. Estábamos en el desierto, aproximándonos a la frontera de Egipto, frente al mar. El Faraón y su ejército se acercaron y pensaron que nos habían atrapado. Teníamos el mar frente a nosotros y el ejercito egipcio detrás. No había dónde escapar. ¡Estábamos realmente desesperados, literalmente, entre la espada y la pared! La gente lloraba le gritaba a Moshé diciéndole: «¿Para qué nos sacaste a Egipto? ¿Para que nos maten a todos en el desierto?». Se aproximaba la noche y Moshé oró a HaShem.
Y entonces ocurrió el milagro más grande de todos los tiempos. HaShem envió un fuerte viento del este y otro fuerte viento del oeste durante esa noche y el mar se abrió frente a nuestros ojos. Por la mañana muy temprano cruzamos el mar, y cuando los egipcios nos persiguieron, HaShem cerró el mar sobre ellos. Y una vez que estuvimos a salvo, fuera de las fronteras de Egipto, cantamos la famosa Canción del Mar, o Shirat haYam.
¿Qué es el Halel?
Todo esto es más o menos conocido. Lo que no todos saben es que mientras cruzábamos el mar también cantamos una canción. ¿Cuál era esa canción? ¡El Halel! El Halel es la plegaria judía «oficial» de alabanza y gratitud a HaShem. Consiste en la recitación de 6 Salmos de Tehillim, desde el Salmo 113 hasta el Salmo 118. Estos Mizmorim (poemas religiosos) expresan nuestra más profunda gratitud y reconocimiento al Creador por todos los milagros que hizo y hace por nosotros.
Según Ribbí Eliezer, los Salmos del Halel fueron recitados por primera vez cuando el pueblo de Israel cruzaba el mar (בשעה שעמדו על הים), cuando nuestros ancestros caminaban entre las dos columnas de agua (¡¿Puedes visualizar esto?!). Viendo y experimentando el milagro más extraordinario, manifestamos nuestro asombro y gratitud, en una explosión espontánea de canción y alabanzas a HaShem: el Halel.
Según algunos Jajamim, aunque el origen del Halel se remonta a este momento especial, las palabras definitivas de estos Salmos fueron formuladas y escritas por el Rey David, e incorporadas en el libro de Tehilim para ser recitadas por las generaciones siguientes durante Pésaj y las festividades relacionadas con Yetsiat Mitsarym, el éxodo de Egipto: Shabu’ot y Sucot (los jajamim luego agregaron Janucá y en nuestros días, Yom haAtsmaut).
Aprender el origen del Halel nos ayuda a comprender la estrecha relación entre esta hermosa Tefilá y la fiesta de Pésaj.
Una lección del Halel
El Salmo 113, el primer Salmo, nos invita a alabar a HaShem (Halelu-y-ah) recordándonos que HaShem (113: 7): «Levanta al pobre del suelo, y redimió a aquellos pobres que para comer buscaban comida en la basura (113 : 8) … y los hizo sentar entre los nobles y los príncipes de Su pueblo».
Esta es una clara alusión a lo que celebramos en Pésaj: durante siglos, fuimos esclavizados y humillados en Egipto, hasta el punto de que para sobrevivir nos alimentábamos de la comida que encontrábamos en la basura de los egipcios. HaShem nos rescató de la situación más baja, nos protegió en el desierto, nos dio una tierra hermosa y próspera, y nos colmó con Sus bendiciones … y ahora en Pésaj somos libres, y festejamos nuestra redención «sentados como nobles (reclinados, como lo hicimos en el Seder) y celebrando con comidas festivas y brindando por nuestra liberación».
El próximo Salmo, 114 es considerado junto con el salmo 107 uno de los 2 salmos oficiales de Pésaj: Este hermosos Salmo menciona 4 grandes milagros:
1.- El haber sido rescatados de Egipto.
2.- La apertura del mar Suf (conocido popularmente como el Mar Rojo).
3.- El momento de la revelación de HaShem a Su pueblo, cuando nos entregó la Torá.
4.- Cuando HaShem nos proveyó de agua en el desierto.
JAG SAMEAJ
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