Yehudá Halevi

Enlace Judío México e Israel – Yehudá Halevi(1) y Maimónides(2) fueron de las dos figuras más influyentes en la tradición filosófica judía. Sin embargo, Halevi fue mucho más influyente en la tradición ortodoxa judía. De acuerdo a David Hartman (2005, pág. 51), Haleví fue el “precursor espiritual del sionismo”, debido a su gran amor por el hebreo y su anhelo de regresar a Sion (que lo llevó como al rabí de su célebre Kuzari, a efectuar aliá). Muchos estudiosos consideran que el Kuzari es la obra más refinada de la cosmovisión judía.

MÓNICA AMKIE DE BETTECH

En el Kuzari la yuxtaposición, entre la afirmación del rabí de su fe en el “D´s de Abraham, Yitzhak y Yaacov” y la réplica del rey: ¿Por qué no te referiste a D-s como creador del cielo y de la tierra?”, es el mejor punto de partida para distinguir entre las perspectivas religiosas de Haleví y Maimónides.

La estructura intelectual del Kuzari sitúa el pensamiento judío en un contexto polémico. Haleví se vale de un recurso dramático: “confronta el judaísmo con el cristianismo y con el islam, defendiendo al primero. Inicia la trama introductoria con una importante figura política, el rey de los jázaros, quién tiene un sueño inquietante en el que se le aparece un ángel y le dice: “Tú forma de pensar en verdad le agrada al Creador, pero no tu forma de actuar”.

Dado que él era una persona sumamente que era sacerdote y estaba interesado en la verdad de la vida y la práctica religiosa, el rey se preocupa por el mensaje de disgusto divino. Movido por su ansiedad religiosa decidió invitar a un teólogo cristiano, a un teólogo musulmán y a un filósofo.

La respuesta que le da el filósofo al rey de los jázaros difiere de las opiniones de los teólogos, ya que el filósofo dice que D-s es indiferente a como conducen los humanos su vida religiosa los seres humanos. “La meta última de una vida espiritual inspirada en la filosofía es el conocimiento de la verdadera naturaleza de la realidad y la divinidad.

La cosmovisión que es propia del aristotelismo medieval no le daba cabida a un D.s interesado- y mucho menos involucrado en los asuntos humanos. Al D.s de Aristóteles, la historia y los asuntos de los hombres le resultaban indiferentes. Por lo tanto, él no tiene conciencia de ti, y mucho de tus intenciones y tus actos, ni oye tus rezos u observa tus movimientos (Kuzari 1:1).

La forma de vida filosófica se centra en la formación de un carácter moral y de disposiciones virtuosas, orientadas a minimizar las distracciones que el cuerpo le provoca a la mente, y liberando asía este para el “Intelecto Activo” pueda iluminarla.

Esta tendencia no tiene interés por las preguntas tales como si D.s responde las plegarias, o si le importa el sufrimiento humano, o si existe un plan divino en la historia, el filósofo anhela superar la historia, liberarse de intereses sociales, políticos y económicos con el fin de sumergirse plenamente en la reflexión filosófica.

Por tanto, el filósofo recomienda que el rey es libre de elegir la religión que quiera, obedeciendo a motivos de conveniencia, utilidad o ventaja práctica. La religión organizada no tiene nada que ver con el telos fundamental de la existencia humana, y por ende se le puede elegir en consideraciones pragmáticas y humanitarias. Aunque el rey se sintió conmovido por el poder persuasivo con el que el filósofo comprendía la vida espiritual, el rey no encontró satisfactoria su respuesta.

“El jázaro le dijo: Lo que dices es persuasivo, por cierto, pero no atiende a mi pedido, pues yo mi se que mi alma es pura (y que) conduzco (mis) actos de modo que plazcan a D.s. No obstante, se me dice que estos actos no son de su agrado, aun cuando la intención sí lo es. Sin duda, en consecuencia, hay algunos actos que son agradables en sí mismos (y) que no dependen de las meras opiniones. Por otra parte, hay que considerar el hecho de que cristianos y musulmanes, que se han repartido el mundo entero entre ellos, emprenden mutuamente la guerra, aunque cada uno ya ha conducido con sinceridad sus intenciones (de modo que plazcan) a D.s”, (Kuzari 1:2).

De acuerdo con David Hartman (pág. 55), el rey se siente obligado a contrariar la postura del filósofo, preguntándose por que cristianos y musulmanes se la viven peleando en el nombre de D.s. La respuesta del filosofo afirma que la doctrina filosófica no sabe de asesinatos, sólo cultiva la razón, por lo que se evitan riesgos de sostener guerras santas y matar en nombre de D.s. El argumento que Halevi pone en boca de rey es que una teoría válida de la vida religiosa debe explicar por que es que la gente, en efecto, se toma en serio los rituales y prácticas religiosas.

Es imprescindible mencionar, que en un principio el rey invito a un filósofo, el cual no cumplió con sus expectativas, con un teólogo cristiano y uno musulmán. Es recién en este punto que el rey menciona por qué no menciona por qué no invitó a un rabí al debate. En cuanto a los judíos, bueno, es obvio a partir de su condición deplorable y su cifra escasa, además que todos lo aborrecen, que es bastante para que lo ignore (Kuzari 1:4).

Se descarta a los judíos, a partir de su condición deplorable y su cifra escasa, además de que todos los aborrecen, que es bastante, (como para que los ignore) (Kuzari 1:4). Por ende, se descarta a los judíos (y éste es el tema central del Kuzari) en su virtud de su escaso número, sus penurias y su impotencia. El exilio de Israel y la degrada condición política a lo largo de la historia se consideran características principales para ignorar a los judíos.

Para Haleví, una de las cuestiones más inquietantes era la impotencia, la insignificancia del pueblo judío en la España del siglo XII. El islam y la cristiandad parecían haberse apoderado del drama de la historia, mientras que los judíos devenían marginales y estériles. El dilema al que se sometían los judíos era como reconciliar la historia bíblica, que los tenía por elegidos de D.s, como la triste evidencia de su miseria y debilidad.

Halevi se enfrenta al desafío, como pensador judío comprometido, de como rehabilitar la dignidad de su comunidad nacional. Cuando los representante cristianos y musulmanes comienzan a hablar, traen a colación temas bíblicos, como la creación, los milagros, la divina providencia y la participación de la historia humana.

Cuando el rey les pregunto sobre la fuente de tales doctrinas y creencias, cada uno de ellos apela a la biblia o a lo que los cristianos llaman Antiguo Testamento. El rey enseguida advierte que por debajo de los conceptos y asertos religiosos hay una fuerte verdad autorizada. Su búsqueda lo ha conducido de vuelta al judaísmo porque tanto el cristianismo como el islam, lo cual es un tema central en el Kuzari, se llega a la conclusión que el judaísmo ni ha sido en la historia una fuerza ineficaz, sino que a provisto las básicas perspectivas religiosas de las otras dos religiones monoteístas.

Tanto Maimónides (Mishné Torá)(3) como Halevi (Kuzari), tratan al cristianismo y al islam como instrumentos de servicio al triunfo de la reivindicación del judaísmo. Según Halevi cristianismo e islamismo cumplen dos funciones primarias que en definitiva sirven a los intereses primarios del judaísmo. Primero, establecen la estructura básica de la vida religiosa, basada en el comportamiento religioso y fundado en la revelación divina lo cual indudablemente involucran la conducta humana.

La credibilidad intelectual del judaísmo es la “revelación” componente principal de la vida religiosa, sin importar la impotencia histórica de Israel en el exilio y la hostilidad del islamismo y el cristianismo hacia el judaísmo, éstos en realidad facilitan el eventual triunfo mesiánico del judaísmo en la historia.

“Además tiene una secreta consideración por nosotros y una especie de sabiduría como la sabiduría de la semilla que cae en el suelo. La semilla cambia y se transforma externamente en tierra, agua y abono. Basándose en lo que podría suponer alguien meramente en la mira, no conserva ningún rasgo reconocible”. (Kuzari, 4:23).

De esto podemos entender que tanto el islam como el cristianismo son una previa preparación para la llegada del Mesías, cuando todos los judíos migren hacia la sagrada tierra de Israel y ahí todos los pueblos reconocerán al pueblo judío.

Según Leo Strauss, en su artículo “La ley de la razón en el Kuzari” plantea la interrogante de porque Halevi no representó una discusión directa entre l rabí y el filósofo. El rey entabla su diálogo con cada uno por separado, nunca a la vez. Strauss lo explica en términos de fe de Halevi en la falta de compatibilidad entre filosofía y judaísmo.

Por ende, el rey posee una afinidad básica con la religión revelada, por tanto, como Halevi creía en la incompatibilidad radical de la filosofía y la religión revelada, no tenía sentido una confrontación directa entre el rabí y el filósofo.

Es importante mencionar, como Halevi sustenta de manera racional su defensa al judaísmo en el contexto entre una discusión entre un rabí con un rey y no con un filósofo es que el Kuzari se ocupa ante todo del judaísmo y del pueblo judío como fuerzas efectivas en la historia.

El marco de referencia de Halevi no es el de la lucha cultural y religiosa del individuo atrapado entre exigencias de verdad y sensibilidades que compiten entre sí, sino del sentido de verdad y sensibilidades que compiten entre sí, sino del sentido y rumbo de la historia.

El magnífico libro del Kuzari afirma que la fe en que Israel, aún en el exilio, sigue siendo el portador del plan redentor de D.s. Los éxitos del islamismo y del cristianismo sin en sí mismos de una señal del poder oculto, que posee Israel para forjar el futuro de la historia. Esta idea recobra fuerza cuando el rabí decide partir hacia la Tierra de Israel.

Éste acto de fe ante una realidad política tan dura expresaba mejor el tema subyacente de esta magna obra, es decir, que el pueblo judío no está muerto, que no es una reliquia del pasado.

De igual manera, el autor, demostró su fe en el poder milagroso y redentivo de D-s al abandonar la diáspora e ir a Eretz Israel. Por lo tanto, cabe mencionar que la solución de Halevi radicaba en que su solución era que la redención final se haría realidad solo si Israel regresaba a su tierra y vivía de acuerdo con las mitzvot reveladas a Moisés en el Sinaí.

La observancia de los preceptos en la Tierra de Israel convertiría a los judíos en los genuinos mensajeros del D-s viviente. El único requisito era que se tomaran su fe en serio. El regreso del pueblo sería crucial para el retorno de la profecía y para el desarrollo de las exclusivas capacidades espirituales de Israel.

El enfoque filosófico de Halevi es diametralmente opuesto al de Maimónides, él dice que la naturaleza no puede suministrar motivos de certidumbre sobre la divinidad como los que ofrece la vivida historia de Israel. “Estaré presente para ti en el futuro tal como lo he estado en el pasado” D-s le contesta a Moisés “el que está presente cuando me busques. Así que ellos no busquen otras pruebas (de mi realidad autentica) que si haberme encontrado con ellos” (Kuzari 4:3).

Para Halevi, la historia de Israel hace accesible la realidad divina de los hombres. Por tanto, la historia del éxodo y sus milagros en el desierto prueban la realidad del D.s viviente. En el Kuzari, por lo tanto, cuando el rey le pregunta al rabí por su credo, éste último le contesta: “Creo en el D-s de Abraham, Itzjak y Yaacob, que son señales y milagros sacó a los hijos de Israel de Egipto”, cuando el rey replica ¿No deberías decir que crees en el Creador del mundo, en su director y guía?, el rabí dice que la fe en D.s por medio del testimonio de los patriarcas garantiza certeza, porque ellos experimentaron personalmente la milagrosa presencia de D.s.

El éxodo es una piedra angular de la fe de Israel en el Creador. Solo a través de la historia de Israel se puede acceder al D.s viviente. Las nuevas generaciones a través de las experiencias fundantes de la acción de la providencia divina durante la temprana historia de Israel, las comunidades tradicionales de fe no sólo deben transmitir información confiable sobre el pasado, sino que deben de crear las condiciones propicias para revivir y volver a experimentar el momento original de la manifestación de D.s en la historia.

Ésta es la razón por la que se repite y se enseña la historia del éxodo de Egipto, la experiencia en el desierto y la revelación en el Sinaí con toda la fuerza dramática y vitalidad que les es propia.

Según el Kuzari, la creación del mundo, fue el origen de la exclusiva capacidad espiritual de los judíos, lo cual explica la relación providencias de D.s y Am Israel. Al crear a Adán, D.s le instiló en él y en algunos de sus descendientes un atributo que Halevi llama amr ilahi, y que no todos los seres humanos comparten, no obstante, es importante mencionar que sólo a los descendientes de Seth, pasando por Noé y llegando hasta Abraham, Isaac Y Jacob, y luego a los descendientes de éste (Kuzari 1:95).

Para concretar el poder hereditario el pueblo de Israel debe de vivir de acuerdo a los mandamientos de la Torá según fueran reveladas por D.s en el Sinaí. Los judíos son dignos de recibir la revelación porque solo ellos son los auténticos descendientes de Adán y los herederos de la aptitud espiritual que D.s les concedió. Por ende, no se puede comulgar con D.s por medio del entendimiento humano. “Al adorar a D.s, no se puede suponer, ni especular, ni juzgar por cuenta propia. Si éste fuera el caso, los filósofos, gracias a su ciencia e intelecto, habrían logrado mucho más de lo que lograron los hijos de Israel” (Kuzari 1:99).

La relación del pacto entre D.s e Israel denota la capacidad religiosa exclusiva de Israel. La forma de vida según la Torá es, por así decirlo sui generis. Su fuente de origen y su desarrollo están separados del desarrollo humano normal.

La concepción de la creación que propugna Halevi explica la necesidad y la urgencia de la revelación. En cambio, para el filósofo, la energía que impulsa la búsqueda de la comunión espiritual con D.s se cuenta entre las capacidades racionales de los seres humanos.

Para Halevi, la curiosidad intelectual no puede nutrir y satisfacer la revelación ni nuestros anhelos espirituales, ya que solo la revelación puede suministrar la certeza de estar en el camino correcto. La antropología descrita por los filósofos equipara la autorrealización humana con la perfección intelectual, es decir, con la obtención de conocimientos sobre la realidad y la contemplación de las verdades de la existencia.

En cambio, la antropología de Halevi, traza una aguda distinción entre lo natural y lo espiritual. Una antropología religiosa, según él, postula necesidades espirituales a las que no puede alimentar el intelecto, sino la forma de vida que prescribe la revelación. De acuerdo con Haleví, D.s distinguió a los hombres de los animales mediante la facultad racional, que les fue otorgada a todos los seres humanos, y mediante una facultad espiritual especial, instilada sólo en algunos hombres, se les concedía el don de la profecía.

No sorprende que las mitzvot que Halevi elige para representar la esencia de la revelación no sean los mishpatim (leyes sociales y éticas), sino los hukin (prácticas ceremoniales y rituales). La revelación no es necesaria para justificar la obediencia de las leyes de carácter social (Kuzari 2:48). Por ende, la esencia de la ley judía, no reside en su legislación social y ética, sino más bien, en sus leyes rituales y ceremoniales, las leyes que lógicamente presuponen a la revelación, o sea que son forzosas en virtud de que fueron otorgadas por D.s.

Dos colecciones de reglas fascinaban a Iehuda Halevi:

1) Las leyes para construir el santuario en el libro de Éxodo.

2) El culto sacrificial descrito en el Levítico.

Como a los místicos a Halevi le fascinaban los detalles relativos a la construcción del santuario y las especificaciones para el servicio sacrificial: la elección de los animales, el modo de matarlos, como tratar la sangre, vísceras, órganos. Llevar a cabo prácticas como los korbanot, tan lejanas al entendimiento humano, llevan a una catarsis y resulta energizante.

“Pues de hecho, las descripciones de los sacrificios, y como hay que ofrecerlos, en que lugar, en qué dirección, como hay que matar a los animales y como tratar su sangre y sus miembros con relación a las distintas artes, todas acompañadas por una clara explicación de D.s, para que no faltara ni lo más nimio, porque si algo faltara todo el proceso estaría corrompido, como sucede en las cosas de la naturaleza, que se componen de pequeñas relaciones entre cosas, demasiado pequeñas para que las comprenda la facultad imaginativa de nuestra mente”. (Kuzari 1:99).

El relato bíblico de la muerte de los dos hijos de Aaron por medio de un extraño fuego, demuestra lo peligroso que puede ser introducir nuevas formas de adoración en el marco normativo de la halajá. La pureza de las intenciones es y pasiones subjetivas no determinan el camino hacia D.s, sino las reglas y prácticas reveladas por D.s en el Sinaí.

De aquí se aprende que el santuario y los sacrificios son el camino a D.s porque solo D.s los promulgo. Las mitzvot que nutren la espiritualidad judía, son al igual, fuente de la revelación, incongruentes con los cánones universales de inteligibilidad humana. Por eso, las formas de vida mediante de la halajá permiten al judío y son el resultado de razonamiento natural, en donde se le permite a Am Israel nutrirse de una forma de vida muy especial y única.

El Kuzari culmina con el rabí- o sea el autor- yendo a la tierra de Israel, en donde se observa una tradición mística de la tierra prometida, lo cual tiene un fundamento ontológico. Únicamente el pueblo de Israel en la tierra de Israel es capaz de lograr la profecía.

“No hay forma de acercarse a D.s excepto cumpliendo los dictámenes de D.s, exaltado sea; y no hay forma de conocer esos dictámenes excepto con la profecía, no por medio del razonamiento entre personas y sumiéndose en especulaciones intelectuales. No hay conexión entre nosotros y esos dictámenes (revelados a los profetas), excepto por medio de una tradición confiable. Más aún, aquellos que nos han transmitido esas leyes no eran apenas individuaos, sino un pueblo numeroso (integrado por estudiosos) gente de renombre y otros que tenían contacto con los profetas (Kuzari 3:55).

El rey del Kuzari está perplejo por el celo, el entusiasmo por la pasión religiosa de los karaitas, que rechazan la tradición rabínica a pesar del alegato del rabí en defensa de su indispensabilidad para la revelación. Halevi ofrece una manera de entender el celo de los karaítas.

Los que viven el judaísmo y lo practican en el espíritu de Iehuda Halevi hallan seguridad y bienestar en la creencia de que sólo ellos saben la verdadera forma de adorar a D.s.

(1) Rabí Yehudá Halevi (1075-1141): Profundo sabio y filósofo, así como también poeta y médico. Escribió el libro de filosofía judía “Kuzari”, que se basa en la historia del rey de los jasaros o jázaros (localizados al interior de Rusia), quien, a través de un estudio de las tres religiones, buscaba determinar cuál era la verdadera. El mismo realizó sus pruebas con un sabio cristiano, un erudito musulmán y otro judío. Finalmente, el rey se convenció de que el judaísmo era la fe que quería abrazar.  Muchos de los poemas de este gran rabino fueron dedicados a la tierra de Israel, los cuales detonaron su gran anhelo por vivir en Eretz Israel. Después de muchos altercados y dificultades logró llegar a Yerushalaim, donde rasgó sus ropas y se quitó los zapatos en señal de luto por la destrucción del Beit Hamikdash. Luego se inclinó a besar el suelo santo, mientras que pasaba un hombre turco a caballo, pisándole y provocando su muerte (Amkie de Bettech, Mónica, 2019).

(2) Maimónides: Fue el gigante de su generación, así como de los tiempos posteriores hasta la actualidad. Durante la primera expulsión española (musulmana), el Rambam experimentó muchas desgracias, empezando por su niñez.

(3) El Mishné Torá, “Reiteración de la Torá”, titulado también Iad Hajazaká, “Mano Poderosa”, es el Código Legal Judío de la autoría del célebre y universalmente reconocido Rambam (Rabi Moshé ben Maimón, Maimónides). La presente obra, Séfer Hamadá, “Libro del Conocimiento”, constituye el primer volumen de los catorce que conforman el magnum opus de Rambam, y los temas que trata son los siguientes:
-Fundamentos de la Torá
-Carácter y personalidad
-Idolatría
-Estudio de la Torá
-Teshuvá.

Bibliografia: “El Di-s de la historia en Yehudá Ha-Leví” de David Hartman, en La tradición interpretativa. Buenos Aires, Lilmod, 2005.


 

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