Enlace Judío México e Israel – David Serero es uno de los marroquíes más influyentes del mundo. Cantante de ópera, productor, actor y director de teatro musical, cineasta, escritor y filántropo. Judío de origen marroquí, francés de nacionalidad,, neoyorkino por adopción. Conversamos con él, en exclusiva.
Cantante, actor, escritor, productor, filántropo… David Serero (Francia, 1981) parece haber recorrido todas las facetas del mundo del arte y el entretenimiento. Ha ganado infinidad de premios, ha triunfado en Broadway y ha llevado su trabajo a los principales escenarios de Europa, Norteamérica y Asia. Es miembro de las academias de grabación musical y de televisión que otorgan los Grammy y los Emmy, respectivamente, y recientemente se ha convertido, por si fuera poco, en director cinematográfico.
May Samra, directora de Enlace Judío, conversó con Serero en videoconferencia, para saber, entre otras cosas, cómo este hombre ha tenido tiempo de hacer tanto en un espacio de vida tan corto.
May Samra: Entre tus escritos, este título: “Porque soy judío…” ¿Cómo completarías esa oración?
David Serero: Esa frase, “porque soy judío”, es del Mercader de Venecia, una obra de Shakespeare y de un personaje llamado Shylock, que interpreté en Nueva York muchas veces y por el que gané muchos premios, pues lo hice una forma en que nunca se había hecho.
Entonces, voy a poner tu pregunta de cabeza. No es cómo completaría la oración sino que es, de hecho, el final de la frase: “porque soy judío.” Porque Shylock dice “Antonio me hizo esto, me cambió, se llevó todo… Y, ¿por qué? ¡Porque soy judío!” Y entonces empieza su gran monólogo.
Y aunque es un monólogo muy dramático, cada noche que lo interpreté en Nueva York lloré en el escenario, cada noche, y era como si pudieras exprimir mi vestuario y toda el agua cayera, porque terminaba realmente exhausto. Incluso, cuando el conductor me llevaba a mi casa de regreso del teatro, me estaba quedando dormido. Fue algo muy duro de hacer. Entonces, podría decir que quizás soy optimista porque soy judío.
MS: De tu vida también valdría la pena hacer una obra. Naciste en París, de padres marroquíes. Yo soy una judía de Líbano, ¿sabes? Entonces, puedo entender de dónde vienes. ¿Cómo ha influido en tu carrera tu origen marroquí?
Me ha influenciado mucho porque soy un francés de origen marroquí que vive en Nueva York. Y soy judío. Entonces, es como una especie de triángulo sagrado donde no solo hay una cosa sino tres. Diría que pienso de tres maneras diferentes a la vez.
Algunas veces, cuando una puerta está cerrada, un estadounidense dirá “Claro, no hay problema.” El francés sería como “disculpe, por favor no cierre la puerta, quizá podamos hablar un poco…”. Y el marroquí construiría otra puerta al lado, pero sería una puerta más grande que la que no pudo abrir.
Entonces, creo que eso es lo que me ha guiado y, naturalmente, ese deseo de hacer feliz a la gente, incluso cuando a veces me odio a mí mismo, porque soy muy ambicioso. A veces estoy muy metido en mi trabajo y no lo suficiente con otras personas. Pero, sí, creo que así es como mi origen marroquí me ha guiado.
Pero creo que más que los marroquíes, son los orígenes sefardíes, latinos también. Creo que hay cierta calidez en los sefardíes, en los marroquíes, y viene con la generosidad. En Marruecos es una tradición que la gente arregle las cosas de palabra. Diría que es menos de contratos y más de darse la mano y (decir) “tu palabra es mi palabra, y nos unimos”. Trato de mantener eso, es siempre muy importante.
MS: ¿Te funciona?
DS: Sí, bueno, no tengo opción, ¿sabes?
MS: Pero algunas veces tienes que hacer contratos… Y con letra chiquita…
Sí pero con toda la gente con la que he trabajado por cerca de 20 años, creo que nunca hemos hecho un contrato. Es porque hay una confianza entre nosotros. Ellos saben que si me dan un millón en efectivo, no voy a tocar un dólar de ahí porque soy muy, muy estricto, y a veces me gustaría ser menos estricto en mi trabajo, como que quiero ser perfecto todo el tiempo. Me gustaría poder ser más como “Está bien, no es el fin del mundo”. Creo que es bueno tener un balance entre ambas cosas.
MS: ¿Cómo un lindo chico judío de París de familia marroquí llega a tener un show en Broadway?
DS: Bueno, desde que tengo memoria, siempre me ha fascinado la cultura estadounidense del entretenimiento. Así fueran las películas, la música, el estilo de vida… Simplemente me fascinaba. Y siempre me decía a mí mismo: “¿Sabes? Algún día iré a Nueva York”. Incluso cuando tenía 10 años les mentía a las chicas de la escuela y les decía que había estado en Nueva York, y ellas me decían “¿en serio? ¡Wow! ¿Y cómo es?.”
Entonces, siempre me he sentido muy atraído por Estados Unidos y por la ciudad (de Nueva York) y también por lo que ese país puede construir. Y entonces me di cuenta de que Estados Unidos es, en realidad, una mezcla de todo el mundo, eso también es interesante.
Yo quería aprender de los mejores, entonces fui a estudiar primero a Nueva York y después, me quise asegurar de hacerme un nombre en mi propia lengua, en mi país, con mi gente. Y paso a paso, y sabes, primero Londres… y en algún momento pensé “estoy listo para ir a Nueva York.
Y después, ya sabes, siempre digo que cuando puedes cumplir, hay algo en ti que la gente dice “bueno, él puede cumplir”. Ni siquiera necesito que lo digan, porque hay algo en ti que te hace sentir seguro porque sabes que has trabajado bien, pero ellos saben que has trabajado duro. Y trabajo muy duro todos los días para escuchar mis actuaciones y ver cómo puedo mejorar y hacer que todos mis espectáculos sean mejores.
MS: ¿Cómo te las arreglas para hacer tantas cosas en tan poco tiempo. Estuve tratando de leer todo lo que has hecho y es verdaderamente asombroso. Debes ser muy organizado.
Totalmente, estás en lo correcto, gracias por decirlo. La organización es muy importante. Te puedo mostrar estas libretas, por ejemplo —exhibe ante la cámara sus cuadernos de notas—. Todo esto de aquí es hoy, todas las cosas que tengo que hacer. Y, por ejemplo, tengo proyectos que quiero realizar el mes que viene, ¿ves? Es una agenda que yo llevo. Mira, agosto. Entonces, pongo todas estas cosas.
No solo soy bien organizado sino que, si que todo lo que pueda hacer hoy lo hago hoy, no dejo nada para mañana. Es muy importante para mí anticiparme. Y una vez que te das cuenta de que el día tiene 24 horas, te juro que es mucho lo que puedes hacer en un día, pero tienes que estar dispuesto a darlo todo, todo el tiempo.
Además, una vez que has producido, un show, cinco shows, casi 100 shows, tú sabes, puedo decir que sé cómo hacerlo. Sé lo que tengo que hacer primero, elegir el recinto, el casting, esto, lo otro, lo otro… Luego el cartel, la promoción… Entonces sé como hacer muchas tareas a la vez.
Ese ha sido siempre mi más grande talento, siempre fui bueno para ordenar, ya se para ordenar lo que se necesitaba para algo o para contratar gente y darle las instrucciones correctas y entrenarlas de manera que yo sé que el trabajo se hará bien.
Soy básicamente el CEO de mi propia compañía productora. Pero también soy un espejo para mis empleados. Así sea el talento, el personal, los técnicos… Cuando ellos ven la devoción, que llegas tres, cuatro, cinco horas antes del show y limpias tú mismo el escenario (…); y cuando te ven en la calle repartiendo volantes y diciéndole a la gente “vengan a ver el espectáculo”; cuando ven cuánto luchas por ello, entonces te respetan mucho. Y no hay un solo trabajo en todo lo que hago que yo no sepa hacer.
Puedo dirigir, sé cómo producir, sé cómo actuar, puedo cantar, puedo escribir, vender boletos, promover el show. Sé qué espectáculo elegir, sé hacer el casting. Sé todo eso porque lo he explorado antes de que existiera el internet. Entonces, pues aprendes de todo ello.
Y luego se trata de cuál es la siguiente historia, hacia dónde me lleva. Por ejemplo, acabo de hacer Los diez mandamientos. Este musical es originalmente de Francia, pero yo lo adapté al inglés y lo traje a Estados Unidos con gran éxito. Y ahora quieren que traiga a Estados Unidos todos los grandes musicales de Francia e Italia, que los adapte y que los cante.
Entonces, hace dos años, no hubiera pensado que iba a tomar todos estos grandes musicales y traerlos a Estados Unidos. Intento ir por donde la historia y mi vida me llevan. Creo que eso es muy importante porque muestra que quieres honrar a la gente que tienes frente a ti, la gente que te está dando la oportunidad. Los honras porque es muy humano amar a las personas que no te quieren, amar a las personas que no te eligieron. Pero yo hago lo contrario: lo que llega a mí, digo “Gracias, Dios” y lo hago al 100%.
MS: ¿Eres una persona religiosa?
Bueno, ya sabes, es chistoso. No celebro todas las fiestas judías. No celebro Shabat, pero trato de hacerlo tanto como sea posible. Pero te puedo decir que tengo una gran conexión con Dios y con la cultura (judía) y todo. Creo que voy más allá, es como si ahora me sintiera realmente conectado con todo el mundo, sin importar su religión.
Desde los Tratados de Abraham, me volví muy cercano a un montón de gente que, como judíos, no conocemos realmente. Musulmanes de Arabia Saudita, o de los Emiratos Árabes, desde luego de Marruecos y del Magreb. Pero ahora, gracias a eso, conocemos a todas esas personas.
Tengo a mucha gente de Egipto, de todos esos bellos países, que me escribe los viernes por Facebook o Twitter, gente a la que no conozco, me escriben “shabat shalom, hermano”. Entonces, es muy bonito. Ellos te entregan sus corazones, te mandan fotos de sus familias y te desean feliz Janucá.
Es realmente una nueva era. Y para mí, la religión se trata de eso. En francés, “religión” significa “vínculo”. Unir, y pienso que eso está pasando hoy. Estuve en la televisión francesa, en un gran show, y la mujer que me entrevistó era musulmana. Y hablamos sobre todo esto, sobre estas conexiones, y le conté la historia de cuando estaba en un restaurante y un hombre muy pobre pedía comida. Y yo pensé “OK, voy a terminar y le voy a dar algo de dinero.” Y entonces veo que un tipo le da cajas de comida como para cuatro meses. Pasó a mi lado y le dije “fue muy lindo lo que hiciste”, y él me contestó: “Fue Alá quien me dijo que lo hiciera”. Entonces, cualquiera que sea tu religión, lo importante es lo bueno que puedas hacer hoy.
MS: Desde luego. Y, antes de ir con Moisés, tu estuviste interpretando a Shylock, el Rey Lear Ídish…
DS: Claro, sí. Me alegra que lo hayas dicho. Mira, el Rey Lear Ídish no significa que es el Rey Lear hecho en Ídish. El título real del Rey Lear Ídish es el Rey Lear Judío, porque la palabra Ídish significa “judío” en Ídish. Entonces, es una obra que fue escrita originalmente en ídish por Jacob Gordin, al que la gente se refería como el Shakespeare judío. Y él escribió esta hermosa obra basada en El rey Lear, sobre este hombre que tiene tres hijas y, ya sabes… Luego él se va de casa porque se queda ciego, y bota a su hija pero la extraña… Hice la obra y la grabé. Fue la primera grabación que se hizo de esa obra.
Y la modernicé para que no sonara a un inglés muy antiguo y ahora esa obra está en un montón de lugares. Agregué también canciones en Ídish y, en algún momento, él canta “My Ídish mama”, ¿sabes?, y el público llora, todo mundo llora en la sala, es un momento muy hermoso.
Yo aprendo mucho de los personajes que interpreto, así sea Shylock o Cyrano u Otello o Nabucco, Don Giovanni, etc, aprendo mucho. Esa es una de las maravillas de ser actor, que puedes tomar de otras personas porque te vuelves ellas, te conviertes en ellas.
MS: Háblanos un poco sobre Moisés, el personaje de Los Diez Mandamientos
Desde que recuerdo al tipo que originalmente interpretó a Moisés (su nombre es Daniel Levi, francés), vi a este hombre fuerte y todo eso, no era un playboy o un seductor o un rico o un rey ni nada como eso, sino este tipo que quiere liberar a su gente, que habla con Dios, que es movido realmente por algo.
Yo quería construir este personaje de una manera en que nunca se hubiera hecho antes (…). Entonces, al principio él es muy alegre, luego entiende lo que pasa con su madre, su madre original, que lo puso en el Nilo y que luego mandó al exilio. Y está completamente perdido.
Lo tiene todo, es el hombre más rico del mundo, es el hijo del faraón y, súbitamente, lo pierde todo. Y entonces es feliz. Tiene una pieza de madera, un bastón, y lleva algunas ovejas a la montaña. No tiene nada pero es feliz. Luego conoce a Dios y entiende que su misión es encargarse de su pueblo. Y luego tiene esta confrontación con el faraón y al final, nuevamente, se encarga de su pueblo.
Llega frente al Mar Rojo y todos los judíos van con él y le dicen “¿Por qué nos sacaste de Egipto? El ejército del faraón nos va a matar”, y entonces él recuerda que le dijo a Dios “¿Quieres que vaya a Egipto? Pero no soy un soldado, no soy un guerrero, nadie me va a escuchar” y Dios le dice “Yo estaré ahí contigo.” Entonces invoca a Dios y ¡pum! Se abre el mar.
Pero incluso después de que va con Dios y recibe los Diez Mandamientos se los da a la gente de manera que entienda que necesitamos leyes, que necesitamos que nos digan “no puedes hacer esto”. De otra forma, ya sabes, (diríamos) “¡Oh, no me gustas! Tomaré mi arma y te dispararé”. Necesitamos leyes para existir.
Y termina con un hermoso mensaje de amor (…). Es la historia más vieja de todos los tiempos, de hace 5000 o 3000 años, pero también es la más moderna, porque hay adversidad y hay crímenes de odio. No hemos aprendido nada en los últimos 5000 años porque la gente se sigue peleando por la misma razón. Ve lo que está pasando en Ucrania y por todo el mundo.
Y lo que digo es que lo más frustrante hoy, esta noche podemos cambiar eso y construir un mejor lugar solo con pequeñas cosas. No tienes que cambiar el mundo, solo pequeñas cosas. Y es por eso que el personaje de Moisés es tan asombroso. Entonces, eso me recuerda constantemente que puedes hacer cosas, cosas positivas.
MS: Un hombre con una misión… ¿Y cuál es tu misión, David?
Mi misión es leer tu sitio web todos los días —bromea—… Mi única misión es seguir haciendo el trabajo lo mejor que puedo. Y estoy feliz porque las cosas se están moviendo. Hice una película sobre Elie Tahari, un diseñador de moda…
MS: Sí, eso es fantástico, ¿cómo lo descubriste?
Bueno, yo soy el productor del Festival de Cine Sefardí de Nueva York —por el cual te agradezco mucho porque siempre escribes alguna palabra sobre él—. Entonces decidí concederle un premio una noche. Y luego de que entramos en contacto seguimos estándolo. Luego, cuando empezó el covid, yo estaba como “bueno, no puedo hacer más shows por lo menos un año. Entonces, hagamos una película.”, ya sabes, un documental.
Entonces, tuve tiempo de aprender cómo editar video, como filmar, como convertirme en cineasta, básicamente. Y estoy muy feliz porque, de cierta forma, cada que pasa algo malo, viene con algo bueno.
Hice esa película y fue my exitosa, se exhibió en más de 100 festivales, ganó decenas de premios y estoy muy feliz. Y ahora tengo seis películas nuevas.
MS: ¿Cuáles son tus planes para el futuro?
Terminar esas películas, así que tengo mucho trabajo. Eso haré este verano. Estoy grabando, terminando de grabar, de hecho, el disco del musical Los diez mandamientos, y estoy muy feliz por eso. Y tengo más grabaciones que hacer. También estoy pensando en llevar a Miami un montón de shows. También tengo conciertos y espero ir a México a verte. Es mi sueño, realmente mi sueño ir a México.
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