León Opalín / Tefilín es una de las más importantes mitzvot (preceptos) de la Torá

Enlace Judío México e Israel – Ha sido observada y atesorada por miles de años, hasta nuestros días. La Torá lo menciona más de una vez, pero más explícitamente en Deuteronomio 6:8 “Los atarás como señal sobre tu brazo, y serán un recordatorio entre tus ojos”.

Tefilín consiste de dos pequeñas cajas de cuero unidas a correas de cuero. Cada una de las dos cajas contiene cuatro secciones de la Torá escritas en pergamino. Esos pasajes son:

a). El Shemá (Deuteronomio 6:4-9) –que proclama la unicidad del único Di-s.

b). Vehaja (Deuteronomio 11:13-21) –que expresa la promesa de Di-s de que nos recompensará si seguimos observando los preceptos de la Torá, y nos advierte de la retribución por desobedecerlos.

c). Kadesh (Éxodo 13:1-10) –el deber del pueblo judío de recordar siempre la redención de la servidumbre egipcia.

d). Vehaia (Éxodo 13:11-16) –la obligación de todo judío de informar de esto a sus hijos.

Una de las cajas (“el tefilín del brazo”) es colocada sobre el brazo izquierdo para que esté frente al corazón -el lugar de las emociones-, y la correa de cuero es envuelta alrededor de la mano izquierda, y alrededor del dedo medio de esa mano. La otra caja (el “tefilín de la cabeza”) es colocado sobre la cabeza, por encima de la frente, así reposa sobre el cerebro. De esta manera nuestra atención es dirigida a la cabeza, el corazón y la mano. Esto nos enseña a dedicarnos al servicio a Di-s en todo lo que pensamos, sentimos y hacemos. También nos enseña a no ser gobernados únicamente por los impulsos del corazón, no sea que esto nos lleve al error y la trasgresión. Ni a ser gobernados solamente por la razón, pues esto puede llevar al crudo materialismo.

Al ser puesto en el brazo opuesto al corazón y sobre la cabeza, los tefilín significan la sumisión de la mente, corazón y acciones al Todopoderoso, como así también el gobierno del intelecto sobre las emociones.

Un principio fundamental de la filosofía jasídica de Jabad es que el intelecto debe controlar las emociones. Desgraciadamente, existe un cisma entre la mente y el corazón. Además, a menudo las emociones controlan la mente, y el intelecto es utilizado simplemente para proveer justificativos, racionalizaciones y excusas para esa existencia “centrada en lo instintivo-emocional”. La mitzvá de tefilín y su práctica facilita el logro por parte del individuo de la unidad de la mente y el corazón, el intelecto y la emoción.

La mayoría de los lamentos, penas y dolores de la vida pueden ser evitados si nosotros aprendemos esta importante lección -la aplicación de la mente y el corazón a nuestros problemas de todos los días-. Aparte, tal completo balance constituye el primer paso en el camino de la auto-seguridad, coraje, esperanza y paz interior; esos eternamente preciosos valores del alma que el judío debe desarrollar, para servir mejor a Di-s y a la humanidad. Los tefilín cultivan esas benditas características, si son observados con un espíritu de verdadera reverencia.

En muchas comunidades es costumbre recitar el siguiente pasaje de Hosea (2:21-22) mientras se envuelve la correa de cuero alrededor del dedo medio de la mano izquierda:

“Y me eres desposada para siempre; y yo te desposaré con rectitud, y con justicia y con amorosa bondad, y con compasión. Y te desposaré con fidelidad y conocerás al Señor”. Estas palabras fueron dirigidas por todos los judíos a Di-s, a través de su profeta Hosea.

En estas palabras se nos ha dado una fórmula divina -una receta ética- una guía segura para todo, sin embargo lo suficientemente comprensiva para satisfacer las aspiraciones más elevadas de los más piadosos: “Para conocer al Señor”, practicar la rectitud, la justicia, amorosa bondad, compasión y fidelidad. Y por este precioso don de este tesoro inapreciable, nosotros los judíos estamos verdaderamente agradecidos.

Cuán lamentable que tantos de nuestros “modernos” judíos tengan una actitud indiferente o negativa hacia esta bendita mitzvá. Rápidamente se adhieren a los ideales escritos en los tefilín, pero fracasan en ver la necesidad de observar la “ceremonia”. Si sólo se dieran cuenta del inestimable valor para ellos mismos de esta práctica diaria. Es el ejercicio requerido para el desarrollo de la salud espiritual, de la misma manera que el ejercicio físico es requerido para la salud física. Comprender todo el significado de los tefilín es verlos como un gran privilegio.

Si hay algunos que en el pasado han abandonado los tefilín y ahora se dan cuenta de su error; sin embargo, vacilan en corregirlo por miedo a ser ridiculizados por sus familias y amigos, que reflexionen acerca de las palabras de Rabí Eleazar (Rokeaj) de Worms, Francia (alrededor del siglo 13): “Se un hombre en tu juventud, pero si eres derrotado en la lucha, retorna; retorna finalmente a Di-s, no importa cuán viejo seas”.

Rabí lehudá Halevi (siglo 12) probablemente tenía en mente la lección de los tefilín cuando escribió: “La religión divina (el judaísmo) no nos obliga a llevar una vida ascética, sino que nos guía por el camino intermedio, equidistante de los extremos de tanto o tan poco. Permite el libre juego de toda facultad dada por Di-s tanto del cuerpo como del alma, dentro de los límites constructivos diseñados por la mano divina. Pues ciertamente cuando nos dedicamos a una facultad en medida excesiva nos alejamos de otra, y esto perturba la armonía que debe permear todo nuestro ser…”.

Rabí Samson Rafael Hirsch (1800-1888; 5619-5681) un destacado rabino del siglo diecinueve, dijo de los tefilín: “Una verdad, para que de resultados, debe ser impresa en la mente y el corazón repetida y enfáticamente. Simplemente reconocer los principios esenciales de rectitud y amor no es suficiente para construir realmente tal vida… En adición entonces, las palabras y acciones simbólicas son necesarias así quedan fijadas indeleblemente en el alma, y preservadas de este modo para ustedes y para otros”.

Más recientemente, un distinguido rabino, Meier Jung (1859-1921; 5619-5681) dijo esto con respecto a los tefilín: “Este acto religioso llevado a cabo diariamente ha hecho más por preservar y fomentar la alta moralidad de nuestro pueblo que todos los libros de ética que han sido escritos. Lo mismo se puede decir de otras mitzvot, a pesar que algunas tienen una doble influencia, una directa, trabajando sobre el bienestar físico inmediato, la otra indirecta, formando el carácter al enseñar la restricción constructiva a través de la acción habitual”.

Tefilín y el Éxodo de Egipto

Ha sido señalado que los cuatro extractos de la Torá que se hallan en los tefilín comprenden el Shemá y el Vehaia, mientras que los otros dos tienen en su mayor parte una referencia exclusiva al Éxodo de Egipto. Algunos se pueden preguntar por qué al Éxodo se le ha asignado tan significativo honor de acompañar a los versículos que proclaman nuestro concepto de Di-s. He aquí la siguiente explicación:

No hay ninguna duda que para el pueblo judío el Éxodo debe ser un eterno e inolvidable “recuerdo”. Nuestros sabios han ido tan lejos como para incorporar las palabras “En recuerdo de la salida de Egipto” en el Kidush que pronunciamos en cada Shabat y festividad. Además un análisis cuidadoso muestra claramente por qué le atribuyen tan singular significado.

El Éxodo debe ser recordado, es la historia de un pueblo esclavizado por cientos de años por una poderosa nación. Que a pesar que estaban desarmados y superados ampliamente en número, ese esclavizado pueblo salió finalmente hacia la libertad sin tener que recurrir a la violencia. No solo fueron liberados sino que su partida fue apurada por sus antiguos amos, ahora aterrorizados por que más plagas pudieran llegarles como justa retribución del Di-s de Israel.

Ningún registro histórico muestran cosa igual a este evento único. El caso de una redención milagrosa de todo un pueblo de más de dos millones de almas, cada uno de ellos testigo ocular de la protectora benevolencia de la providencia divina. Fue este evento el que convenció al pueblo judío, más allá de cualquier sombra de duda, de que su fe en el Di-s de sus antepasados estaba bien fundada. Fue el milagro del Éxodo el que dio un enfático significado a las palabras del Shemá: “Oye Israel, el Señor es Nuestro Di-s, el Señor es Uno”. Noten cuidadosamente como el primer mandamiento conecta los dos. “Yo soy el Señor tu Di-s, quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre”.

Hechos de importancia primaria

Dentro del espacio de un artículo , es imposible entrar en el significado esencial de tefilín. Esperamos sin embargo, que este corto tratado baste para mostrar que tefilín, al igual que todas las otras mitzvot, cuando es comprendido apropiadamente, hace un fuerte llamado a la razón y la conciencia.

Pero debido a que la capacidad de la razón varía en los individuos, y es limitada, combinado con el hecho de que algunos no tienen el tiempo o la inclinación para estudiar la Torá, los judíos observan las mitzvot primariamente porque son mandamientos de Di-s y no porque apelan a la razón. Si la razón los aprueba, mucho mejor, pero deben ser observadas porque Di-s nos las dio, y El seguramente sabe qué es lo mejor para nosotros.

Apliquemos un poco de sentido común a estas cosas, como a temas similares de la vida diaria. El punto se hará bastante claro. Imaginen a un niño que se rehúsa a obedecer a sus padres porque no ve ninguna buena razón para hacerlo en ese momento. Los padres pueden desaprobar tal actitud y hacer todo lo que está en su poder para corregirlo por el bien del niño. Con el transcurrir del tiempo, el niño así corregido apreciará cuán afortunado fue por haber sido beneficiado con tan inteligente guía de los padres a lo largo de esos años en los que aún era demasiado pequeño para depender de su propia y limitada comprensión.


 

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León Opalin Chmielniska: De nacionalidad mexicana, estudió Economía en el ITAM, logrando además una maestría en la Universidad Hebrea de Jerusalem y diplomados en el Instituto Español de Turismo así como en el Británico. También ha realizado estudios sobre comercio internacional en Holanda. Pertenece y es reconocido por varios institutos y universidades importantes de México y el extranjero y su incursión en las letras inició en temas económicos y finanzas en el periódico Financiero y la revista ANIERM. Por muchos años ha sido colaborador de "Foro" y asesor de varias compañías. Sobre las materias que domina, sigue dando conferencias en planteles y universidades.