Enlace Judío- La sinagoga Maguén-David fue uno de los primeros templos que se construyeron después de que la naciente comunidad judía de México se moviera del centro del país a lo que hoy es Polanco. El asentamiento se vio caracterizado por una obra que, en palabras de Carlos Molina, “invita al usuario a adentrarse en una dimensión espiritual, en una atmósfera de interioridad”.
Después de que la comunidad judía se estableciera en la colonia Roma por más de veinte años, algunos judíos jalebis lograron una posición económica destacable, lo que motivó a que estos se mudaran a la colonia Polanco, en Ciudad de México.
En 1930, el barrio era aún un campo, donde había ríos, animales y pastizales en las cercanías de la Hacienda de los Morales. Con el paso de los años, la colonia Roma se abandonó, lo que volvió a Polanco en una de las principales zonas de asentamiento judío de la época.
Años más tarde, se vio la necesidad de dar servicio a la comunidad ortodoxa del mismo nombre. Por ello, en 1965 se construyó la sinagoga Beth Haknesset Maguén-David, ubicada hoy en la Calle Sócrates 371, en Polanco. Esta obra, realizada por el escultor de origen alemán, Mathias Goeritz, se distingue principalmente por su fachada, la cual tiene una gran estrella de David sostenida entre dos columnas talladas en piedra.
La estrella y el Maguén David
La simbología de la estrella de David tiene su primera referencia como alegoría cósmica-escatológica en el libro de Números. Este relato retoma la estancia en el Desierto donde se explican las etapas del éxodo.
En tanto, el hexagrama no tiene raíces en la literatura sagrada ni significado alguno en la experiencia religiosa. Sin embargo, se encontró descrito desde la Antigüedad en la necrópolis de Beit Shearim y en la sinagoga de Kfar Najum. Así mismo, como en la tumba del cementerio judío de Taranto,Italia (s.VI).
Siglos más tarde, se encontró en manuscritos hebreos ilustrados de España y Alemania y en objetos ceremoniales. Además, se ilustró en sinagogas, como la Altnoishul, en Praga (1270) , la de Hamelin en Alemania (1280) y la Budweis en Bohemia (siglo XIV).
Por otro lado, desde la antigüedad, la simbología de los dos triángulos equiláteros superpuestos fue asociada al escudo del rey David (1010-970 a. C).
Con el paso de los años, de acuerdo con Mónica Unikel, por el siglo XVI, el Rabí Isaac Luria de Safed sostuvo que “la comida ceremonial del Séder de Pésaj debía estar arreglada sobre el plato en dos triángulos separados, cuyas puntas indicarían atributos de D-os. A partir de entonces, ambos triángulos comenzaron a aparecer en objetos de la vida diaria, en lápidas y sinagogas”. Como la que se encuentra en la de Polanco hoy en día.
Carlos Molina, en el texto Espacio, luz y dimensión sagrada en la sinagoga Maguén-David, señaló que la estrella (hoy símbolo del estado de Israel) “no tienen un significado específico en la literatura sagrada de los judíos”. No obstante, su lectura es cosmogónica y está documentada desde el s.X, hasta la heráldica del rey David.
Además, en Maguén-David se puede observar otro hexagrama, una escultura de Enrique Shor, y Menorot, candelabros de siete brazos de cada lado.
El arte de la sinagoga
Por otro lado, en la parte posterior hay un vitral que representa un aleph y los caracteres hebreos —en desorden— para el nominal D-os. Así, con este muro translúcido, por el artista Mathias Goeritz, logró generar un fenómeno óptico en la sinagoga. Esto a través de un juego de luces perceptibles solo dentro de la misma, indicó Molina en su texto.
“Lo que esta construcción y la disposición de las formas y los colores que en ella se desenvuelven permiten, desde las emociones, los estímulos sensoriales y el conocimiento del ritual, intuir una dimensión espiritual”, expresó.
Según narra Mónica Unikel, la combinación de bronce y vitral en vivos colores “es intensa y cálida”; además, los símbolos explícitos de la sinagoga describen a un pueblo en su devenir histórico y en su religión, “lo cual es toda una forma de vida plena de significado”.
El hejal, donde se guardan los rollos con los pergaminos de la Torá, era una obra peculiar por su forma semicircular “como un sol resplandeciente”. Goeritz, con él, desarrolló una armonía con la forma curva del espacio, y la disposición de los asientos que convergen en el centro. Sin embargo, fue eliminado como parte de una renovación integral del edificio donde se encuentra la sinagoga.
Unikel explicó que “el grupo que dirigió los cambios consideró que era necesario un hejal más grande, acorde con la monumentalidad del recinto”.
Para Molina, el que existan estas sinagogas, relevantes en la historia de la arquitectura moderna, es un rasgo que habla de apertura con los gentiles y de relajamiento en la observancia talmúdica.
“La configuración intrínseca a la sinagoga ocurre como una puesta en escena que no depende de individuo alguno”, dijo. “Su definición es ambiental, totalizante, allí ha de constatarse la omnipresencia de un D_os —que no se representa de manera alguna— al percibirse el sujeto inmerso en una atmósfera que se explica sólo desde conceptos relacionados con su fe”.
Texto Sinagogas de México, Mónica Unikel y Moy Volkovich, Editorial Fundación Activa
Fotos: Emilio Achar, FotoK
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©️EnlaceJudío
Bibliografía
Molina, C. (2014). Espacio, luz y dimensión sagrada en la sinagoga Maguen-David.
Sinagoga Maguen David. Wikicity. Base de datos disponible en:https://www.wikicity.com/Sinagoga_Maguen_David#cite_note-1
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