Enlace Judío México e Israel – Con la naturalidad y la perfección con que un niño aprende a hablar la lengua de su madre, así puede también aprender a tocar el piano, el chelo o cualquier instrumento. En el Instituto Suzuki Vive la Música, creado por Leslie Mizrahi, la idea es que el proceso sea de gozo y alegría, aunque con disciplina y constancia.
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¿Se puede aprender a tocar un instrumento musical como se aprende a hablar la lengua materna? Así lo creía el músico y pedagogo japonés Shinichi Suzuki, creador del método que lleva su nombre y que se basa en la construcción de un ambiente musical en el entorno de los niños para que, con la misma naturalidad con que absorben la lengua materna, por compleja que esta sea, aprendan a comunicarse en ese otro lenguaje: la música.
Inicialmente desarrollado para el aprendizaje del violín, actualmente el método está adaptado para un gran número de instrumentos musicales. En México, el método cuenta con una embajadora que lo enseña para tocar el piano. Se trata de Leslie Mizrahi, quien conversó con Enlace Judío, en exclusiva, para contarnos cómo funciona.
La idea, dice Mizrahi, es que el aprendizaje del piano sea “algo muy lindo, de gozo, de alegría y de compartir en la familia.” Al igual que como ocurre con la enseñanza de una lengua, que deja para el final la escritura, en el método Suzuki los niños comienzan por familiarizarse con los sonidos, con la parte auditiva del lenguaje musical, antes de aprender a leerlo y escribirlo.
“Una niña de cinco años tiene un vocabulario enorme y apenas empieza con la lectoescritura. Y (Suzuki) se dio cuenta de que se puede aprovechar toda esa edad temprana para absorber y aprender a través de los sentidos, al igual que el lenguaje, la música, que también es un lenguaje.”
Aprender con los papás
Los primeros pasos del sistema, dice Mizrahi, “los aprenden los papás. Lo importante es que sí es la técnica profesional desde el comienzo. Entonces, está dividido en pasos muy, muy pequeños que primero los papás aprenden —o también los abuelos, porque tenemos abuelos que van con los nietos—, y van paso a pasito. Los papás primero aprenden y son el ejemplo de sus hijos, crean un entorno musical en su casa aunque no sean músicos y no sepan nada, y los hijos van a absorber de su entorno.”
No se trata, pues, de una actividad que puedan realizar los niños solos mientras los padres se ocupan de otras cosas. Es indispensable que acudan los papás, los abuelos o “una persona que esté comprometida a seguir esta formación, porque es toda una formación. El niño, solo, si hace la clase, sale y él lo que quiere es irse a jugar. No se va a acordar ni va a retener y ni va a llegar a la casa a estudiar. Les damos muchas herramientas a los papás, como videos para que puedan seguir el paso a paso y que tengan las instrucciones muy, muy claras.”
La egresada más célebre de la escuela de Mizrahi es la pianista María Hanneman Vera. “Ella empezó conmigo a los cuatro años y medio de edad, y estuvo conmigo hasta casi los 10 años. Y después ya quiso irse al Conservatorio, ya hacer una carrera musical”, recuerda Mizrahi, quien dice sentirse muy orgullosa de Hanneman.
Aunque los padres de María no eran músicos, aprendieron el método para guiarla y adquirieron con ella la disciplina que “te ayuda en todo en la vida. La mamá de María, Claudia, era muy disciplinada y dijo ‘¿qué hay que hacer? ¿Hay que escuchar la música todos los días? Bueno, entonces, todos los días, tras veces al día’.”
Al principio, la práctica del instrumento es breve, aunque diaria. Cinco o diez minutos al día son suficientes pero hay que ser constante. Esa constancia, dice Mizrahi, “es la que construye a un gran músico.”
Pero la dimensión pedagógica del método incluye también a quienes no ven en la música necesariamente una actividad profesional. “No todos van a querer se profesionales de la música pero se van a llevar una formación muy humana.”
Un niño que tiene un instrumento en las manos nunca sostendrá una pistola
El Instituto Suzuki Vive la Música, ubicado en Bosques de Reforma, en la Ciudad de México, tiene 12 años de existencia, pero su fundadora, Leslie Mizrahi, lleva 17 enseñando el método. Ya era maestra de música en un preescolar cuando alguien le habló de él.
“Me quedé muy impresionada del método (…). Fui primero a Estados Unidos a aprender esto, y (los niños) tocaban increíble, con un sonido y con una soltura y con una técnica y con una musicalidad impresionante. Y te estoy hablando de niños de tres, cuatro años, que dices ‘a ver, ¿cómo puede ser esto posible?”
Así comenzó un proceso de capacitación que la llevó a adoptar el método como un modelo de enseñanza que hoy en día imparte con una pasión que se transparenta en su forma de hablar, dulce y enérgica al mismo tiempo.
“Suzuki decía ‘hay que conectar con el sonido desde el principio’. No es tan importante aprenderse los nombres de las notas o todo esto, sino poder hacer un sonido bello, con una buena postura y con soltura. O sea, si desde el comienzo al niño le enseñas la técnica profesional con soltura, con un buen sonido, lo aprende, porque los niños aprenden todo lo que tú les enseñas.”
En cuanto al talento, para Suzuki y para Mizrahi, el entorno es fundamental para desarrollarlo. Además, no hay que ser un superdotado para gozar de las muchas ventajas de aprender a tocar un instrumento musical. “Todos tienen derecho de aprender música y a beneficiarse, porque tiene muchísimos beneficios crecer con la música.”
Y si bien el método funciona idealmente para enseñar a los más pequeños, y de hecho el Instituto Suzuki Vive la Música cuenta con programas de iniciación temprana para bebés de brazos, se trata de un sistema que puede ayudar a cualquiera, en cualquier etapa de la vida.”
“No importa en qué momento de la vida, adolescentes, adultos, adultos mayores tengo que comienzan, y es impresionante la diferencia que te hace en la concentración, en la memoria, en la intuición. Te da una estructura, te da un orden, te da una organización, son muchísimos los beneficios.”
En el ISVLM, los niños toman clases individuales y grupales, “se crea un entorno comunitario también, empezamos a tocar y a trabajar en equipo desde el comienzo.” Ese trabajo en equipo incluye también a los distintos educadores que imparten el método.
“Yo soy parte del Consejo directivo de la Asociación Mexicana del Método Suzuki desde hace 12 años y fui presidente de la asociación cuatro años. Hemos tenido eventos nacionales, inclusive en la pandemia tuvimos eventos nacionales en línea, y es increíble porque aprendemos unos de otros y es una actividad muy comunitaria.”
El humanismo de Suzuki
Sobreviviente de las dos grandes guerras del siglo XX, Shinichi Suzuki concibió la música y su enseñanza como un método para fomentar la paz y el humanismo. “Si los niños tienen un instrumento musical en sus manos, nunca van a tener una pistola, porque se vuelven personas más humanas, más generosas, más sensibles”
Eso es así porque “cuando tú estás conectando con el sonido, están todos tus sentidos en ese momento, en el aquí y el ahora, y estás sintiendo, hay una vibración. Estás conectada con esa vibración y se siente por todo el cuerpo, y además lo transmites y te da una paz…
“Parte del método es observar a otros niños, y los niños quieren hacer lo que hacen otros niños. Y es de mucho gozo, de alegría. Los papás también se vinculan unos con otros. Y lo más importante es que se construye un corazón hermoso. Eso es lo que quería el doctor Suzuki, no llenar el planeta de músicos profesionales, sino que al conectar con un sonido bello, lo cual te da la técnica, vas a ser una persona más sensible, más humana, a través de la música.”
15% de descuento en un curso de verano musical
Puedes inscribir a tus hijos al curso de verano que el ISVM ofrecerá este mes, del 15 al 19 y del 22 al 26 de agosto. Ahí, los niños “van a poder experimentar varios instrumentos como violín, chelo, flauta, guitarra y piano, y canto. Vamos a tener una actividad de coro y canto, que ese es el primer instrumento que todos tenemos y que lo llevamos con nosotros.”
Pero no solo eso: “vamos a tener también clase de yoga para niños, y clase de arte y de clown, o sea, de teatro. La combinación de todo esto hace una mañana tan divertida… Contamos con profesores altamente capacitados y los grupos son muy pequeños. Tenemos realmente cupo solo para 18, 20 alumnos porque es muy especializado y, bueno, en un ambiente muy seguro.”
Si inscribes a tus hijos hoy, puedes tener 15% de descuento. Solo di que viste esta información en Enlace Judío. Son bienvenidos los pequeños de entre dos y medio y once años.
Más información: 55 5502 21 43 o www.isvlm.com.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
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