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Enlace Judío México e Israel – Con la misión de luchar contra la asimilación, Aish México presentó el proyecto de su nuevo edificio y celebró 13 años de existencia, con Henrique Cymerman como conferencista.
Se cumplían 13 años desde que Aish haTorá, la organización israelí que lucha por fortalecer la identidad judía, abrió una oficina en México, y lo celebraba con una cena de gala que tenía la conferencia del periodista Henrique Cymerman como plato fuerte.
Líderes comunitarios y representantes y dirigentes de Aish México se reunieron para escuchar el anuncio de la creación de un nuevo edificio para la organización, que servirá como cuartel general de la división internacional de Aish haTorá.
Como preludio, se mostraron algunas cifras que muestran el rápido proceso de asimilación que viven los judíos en Estados Unidos. Como el hecho de que casi dos terceras partes de ellos están casados con cónyuges no judíos, o que 62% piensa que el judaísmo es una cuestión meramente cultural.
Esta tendencia parece fortalecerse entre los jóvenes judíos mexicanos, que muestran cada vez menos conexión con la religión judía y más disposición a involucrarse sentimentalmente con compañeros de otras religiones y orígenes.
Para los dirigentes de Aish, esto amenaza la continuidad de una tradición milenaria, por lo que hicieron un llamado a tomar cartas en el asunto de inmediato.
En entrevista exclusiva con Enlace Judío, el rabino principal de Aish México, Abraham Cohen, dijo que esta organización fue creada “por un gran rabino, rab Noach Weinberg, que sabía que en todo judío del mundo existe una luz, existe un fuego adentro de su corazón y lo único que hay que hacer es encenderlo.”
Eso significa “aish”: fuego. La obra de Weinberg, “hizo una revolución mundial, en la que la gente se empezó a dar cuenta que tenía una conexión con Dios, que es para todos. Si eres ortodoxo, si no eres ortodoxo, pero tener una conexión, prender ese fuego que te conecta con Dios es para todos.”
También explicó que Aish “es un lugar que te respeta, que no te juzga, que la filosofía de Aish es que no es o todo o nada: cada paso cuenta. Todo lo que hagas para conectarte con Dios y con el judaísmo tiene un valor.”
La búsqueda de esa conexión es fundamental, según la visión de esta institución, para luchar contra ese proceso de asimilación que podría incidir en que, en pocas generaciones, los 7 millones de judíos que viven fuera de Israel (y muchos de los que viven dentro también) dejen de asumirse como tales y de transmitir a sus hijos los valores y la cultura de esta civilización milenaria.
“Cuando las personas se sienten queridas, respetadas, y se dan cuenta que el judaísmo es sabiduría de vida, eso prende el fuego”, dice Cohen, en cuya mirada se enciende esa pasión que caracteriza a quienes, como él, luchan por avivar el fuego interior de quienes hoy se sienten distanciados de Dios.
Para el rabino, no existen los judíos ateos. En cambio, “existen personas que no han sentido todavía esa conexión, por eso piensan que no creen en Dios.” Cohen habló también sobre las actividades que realiza Aish Center México:
“En Aish haTorá tenemos viajes a Israel, experiencias, tanto con los jóvenes como con las personas adultas, tenemos conferencias semanales, clases, tenemos proyectos para que jóvenes puedan impactar en otros jóvenes, tenemos información en las redes sociales (…), programas y programas que cualquier persona cabe.”
El plato fuerte de la noche fue la conferencia ofrecida por el corresponsal en Medio Oriente Henrique Cymerman. El prestigioso periodista habló durante casi una hora sobre la situación actual de Israel, sobre su historia y sobre los retos que enfrenta este complejo país de cara a un futuro incierto.
“Estamos en una encrucijada. Y hoy os voy a hablar de Israel, cuando estamos a punto de cumplir 75 años, pero os voy a hablar también del mundo judío dentro de este contexto. Porque estamos en un momento, yo creo, en el que no todo es negro, hay muchas dificultades en el camino, hay cosas que debemos superar, pero hay también algo de esperanza.”
Cymerman recordó la famosa frase del expresidente David Ben Gurion: “en Israel, quien no cree en milagros, no es realista”. El mismo conferencista, que migró a Israel hace cuatro décadas, ha sido testigo de cómo esos milagros ocurren.
Narró que, siendo joven, decidió visitar el país asiático y, luego de estar un tiempo ahí, supo que su destino era quedarse. Por eso, envió un escueto telegrama a sus padres: “Quedo Israel”.
“Entré a un supermercado y había un solo tipo de pan y un solo tipo de queso”, narró para ejemplificar la situación de un país que estaba todavía muy lejos de convertirse en la potencia económica, científica y tecnológica que es hoy en día.
Si Ben Gurion viviera, decía Shimon Peres, no creería lo que estaría viendo, dijo Cymerman. Sin embargo, a la “Start-up Nation” le queda un largo camino que recorrer si quiere permanecer en el mapa y afianzarse como esa “luz de las naciones” que ha pretendido ser.
Si bien comenzó por halagar los éxitos israelíes, desde su propia existencia hasta su papel de liderazgo mundial en innovación y tecnología (es el tercer país con más empresas “unicornio” del mundo), Cymerman señaló las múltiples circunstancias que hacen que Israel enfrente un futuro particularmente incierto.
“De verdad, no creo que haya ningún país del mundo con ese tipo de desafíos por delante”, opinó. Y si bien los Acuerdos de Abraham dan cuenta de un cambio de paradigma en la región, son todavía muchos los desafíos que debe enfrentar este país si quiere consolidarse como una potencia.
“Uno de los grandes desafíos que tenemos es el vínculo con la Diáspora, y cómo hacemos para impedir que millones de judíos desaparezcan en las próximas generaciones.”
Cymerman dijo que ese es un tema que lo ocupa y del que habla continuamente. Era ese el tema de la noche, el que preocupaba a una concurrencia que no dejó de escuchar con atención el discurso elocuente y desenfadado del periodista.
Ofreció una posible solución para este reto específico: “crear, al lado de la Knesset, un Senado del Pueblo Judío. Crear una institución parlamentaria en la que el pueblo judío esté representado.”
Este parlamento alternativo no se enfocaría en temas domésticos, como el servicio militar o las políticas sociales del país, sino en temas como, justamente, la lucha contra la asimilación, las diversas corrientes religiosas, la cultura y la identidad judía.
Porque la desconexión que existe entre Israel y los judíos que vienen en la Diáspora es un tema evidente para muchos. Ante esta situación, dijo Cymerman, los gobiernos de Israel “se tienen que preocupar también por ello y tienen que ser parte de este tema.”
Para el periodista, el gran éxito económico de Israel ha supuesto también un problema social de grandes dimensiones. “Hoy en día tenemos brechas que son de las más altas de occidente.”
Llamó a imaginar a la alta tecnología israelí como un tren que fue abordado por 80% de la población, y que se movió hacia el progreso económico vertiginosamente. Pero “hay un 20% que se quedó por detrás y perdió el tren.”
Dijo que las diferencias sociales podían entenderse también a partir de la división de la sociedad israelí en cuatro tribus reconocidas: los religiosos nacionalistas, los ortodoxos, los seculares y los árabes, pero habló de una quinta tribu que incide y, de cierta forma, da sentido al país: los judíos de la Diáspora.
Cymerman abordó un asunto problemático más: “somos el único país del mundo que no tiene fronteras aún reconocidas por la comunidad internacional. Y la pregunta es cómo lo vamos a hacer y cuándo lo vamos a hacer.”
El contexto regional representa, para el también analista, un problema que Israel debe afrontar si quiere lograr ese papel de liderazgo y ese desarrollo sostenible que imagina hoy en día.
En una vecindad conformada por países que, a raíz de conflictos recientes, han quedado “totalmente destruidos”, y entre los que citó a Siria, Irak y Somalia, y que en los que han muerto un millón de personas en los últimos años a causa de las guerras, el papel de Israel como un motor de desarrollo regional es fundamental.
Cymerman habló de la nueva ola migratoria que ha llevado a miles de judíos a la “tierra prometida”. Dijo que, aunque el gobierno mantiene en secreto las cifras, se sabe que una gran cantidad de rusos y ucranianos han migrado desde que estalló el conflicto armado entre ambos países.
El antisemitismo europeo, que en los últimos años ha vuelto a encumbrarse, es otro motor que lleva a los judíos a buscar una nueva vida en Israel. Hoy en día, dijo Cymerman, un judío puede sentirse más seguro al caminar por las calles de los Emiratos Árabes ataviado con símbolos religiosos que al hacerlo en calles de ciudades europeas.
“El aumento del antisemitismo en Europa es muy importante y es algo que tenemos que ocuparnos de ello muy en serio”, sentenció. Antes de responder a las preguntas del público, Cymerman volvió a citar a Ben Gurion. Finalmente, el optimismo es un rasgo judío típico:
Los judíos, “las cosas difíciles las hacemos inmediatamente; las cosas imposibles tardan un poquito más.”
El rabino Steven Burg, CEO de Aish, también estuvo presente en la cena de gala que la filial mexicana de esta organización internacional organizó para presentar el proyecto arquitectónico de su nueva sede en México.
En conversación con Enlace Judío, el rabino habló sobre la historia y vocación de Aish haTorá. Recordó que “Aish fue creado hace 45 años en la Ciudad Vieja de Jerusalén, como una institución educativa donde muchísimos judíos que venían del mundo occidental al Kotel y simplemente no sabían nada sobre su herencia, y nosotros éramos ese lugar donde ellos podían aprender al respecto, y luego lo expandimos alrededor de todo el mundo.”
Aish México fue creado justo después de la muerte de su fundador, Noach Weinberg, por lo que para su actual presidente internacional, este centro representa “el siguiente nivel”.
“Nuestros valores son muy simples: creemos que cada judío tiene una relación con y la forma en que lo hace es a través de la sabiduría judía. Por eso trabajamos con judíos al rededor del mundo para ayudarlos a alcanzar esa sabiduría que les permita conectarse con su herencia.”
Sobre la sede principal, explicó que se encuentra “justo al lado del muro occidental, tenemos 700 estudiantes y es un lugar maravilloso porque puedes entrar sin saber nada de hebreo, no tienes que saber siquiera Alef Bet y sentarte y estudiar, y eso es lo que lo hace tan especial. También empezamos una escuela para chicas recientemente, que está justo a fuera de la Ciudad Vieja y, de nuevo, es un lugar donde puedes entrar caminando desde la calle y empezar a estudiar.”
El rabino dijo que “los valores espirituales del judaísmo están en el corazón, en conectar tu corazón con otros judíos”, y que “Aish es un lugar muy especial porque no solo estudiamos Torá, también somos activistas y creemos en hacernos responsables. Muchas organizaciones que defienden a Israel alrededor del mundo vienen de Aish.”
Entre estas organizaciones, citó a Hasbará Fellowships, que lleva a decenas de miles de jóvenes estudiantes a Israel para enseñarles a defenderlo”, y a Momentum (JWRP), que está hecho para mujeres.”
Israel está en el centro de ese fuego que da nombre a la organización. “Israel es uno de nuestros más grandes valores, de nuestros más grandes tesoros. Parte de lo que hacemos es traer a gente de todo el mundo a Israel, porque puedes hablar de Israel pero hasta que no estás ahí respirando el aire y experimentándolo, no lo entiendes por completo.”
El CEO de Aish haTorá enfatizó la importancia de su filial mexicana, a la que se refirió como “una de las más asombrosas que tenemos en todo el mundo”, y anunció que “nuestro cuartel general internacional estará aquí, en el nuevo edificio, para alcanzar a toda América Latina.”
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