“El judaísmo es una religión de adultos”. Por ello, es indispensable la Universidad Hebraica

Enlace Judío México e Israel – Con 30 años de experiencia, la Universidad Hebraica se ha convertido en una institución académica de renombre en todo el continente. Estudiar al judaísmo en todas sus dimensiones requiere estructura y rigor académico. Al respecto, conversamos con su decano, el doctor Daniel Fainstein, en exclusiva. 

“El judaísmo es uno de los componentes fundamentales de la civilización de Occidente”, opina Daniel Fainstein, decano de la Universidad Hebraica, en entrevista exclusiva para Enlace Judío“Muchos filósofos hablan que Occidente es el producto de dos grandes ciudades que representan civilizaciones culturales, espirituales, religiosas: Atenas y Jerusalén”, añadió. 

“Atenas (representa) todo el mundo de la filosofía griega, de la cultura racionalista, del mundo de la mitología, de una de las grandes fuentes del conocimiento y la sabiduría de Occidente, y la otra fuente central es Jerusalén, que representa la profecía, que representa el conocimiento sagrado que representa, digamos, la conexión con Dios, que representa una ética social y una ética individual muy poderosa, que son componentes fundamentales de la cultura occidental.”

Formando educadores con rigor académico

De ahí la relevancia de los estudios judaicos que la Universidad Hebraica, que celebra 30 años de existencia, imparte desde el rigor académico.

Justamente este año cumplimos 30 años de creación con el objetivo de formar educadores y personas con conocimiento de estudios judaicos para garantizar la transmisión, la recreación, la continuidad del judaísmo en nuestras escuelas, en nuestras comunidades, con una perspectiva académica”.

El rigor académico hace la diferencia entre los diversos tipos de proveedores de conocimientos o saberes. “Existen centros culturales, pero no siempre operan con lo que lo hace una universidad, con un conocimiento basado en la investigación, en datos, en lo que la comunidad internacional académica define como un conocimiento sólido, fundamentado como tal.”

La Maestría en Estudios Judaicos

En cuanto a la Maestría en Estudios Judaicos, “es un programa adecuado, por ejemplo, para varios públicos. Primero, educadores. Estoy muy orgulloso de que hoy en día muchos de los coordinadores de Estudio Judaicos o directores Judaicos de las escuelas de la red son nuestros egresados. Muchos de los docentes que enseñan secundaria, en prepa, en nuestras escuelas son egresados de nuestra universidad.
“Eso es un motivo de orgullo porque vemos como se propaga el tema y es gente que tiene una buena formación, porque los estudios judaicos son como la medicina, como la química, como la matemática. Hay que formarse, no es improvisar y contar cualquier cosa. Hay que basarse en los estudios, en las investigaciones, en la información para darle a nuestros jóvenes conocimientos reales que los ayuden a enfrentar la vida, a enfrentar este mundo tan complejo, tan incierto en el que viven.”
También los académicos se pueden beneficiar de este programa de estudios. “Hay mucha gente que son psicólogos, filósofos, sociólogos, historiadores, que tocan temas que tienen conexión con lo judaico: biblistas, tenemos profesores de Biblia, de instituciones cristianas y católicas que dicen ‘quiero conocer la perspectiva judaica de estos temas que son tan fundamentales’. Entonces, para esa gente este programa es excelente también.”
Periodistas que quieran hablar sobre la historia judía, el Holocausto o la situación en Medio Oriente, pueden encontrar en la Hebraica las bases teóricas para hacerlo de una manera más profesional. “Este programa también le da herramientas que le va a ayudar a entender las cosas con una perspectiva que de larga duración; no caer solamente en cuestiones ideológicas o cuestión o perspectivas sesgadas como tales, sino tener un conocimiento sólido, académico, serio, como lo podría tener cualquier universidad del mundo.”

Única en su género

La Maestría en Estudios Judaicos, que es única en su género y la tenemos en la modalidad en línea con alumnos de Israel, Estados Unidos, Europa, casi toda América Latina y con alumnos de perfiles muy diversos, desde una profesora académica de una importante universidad norteamericana, hasta un sacerdote católico misionero en la selva de Guerrero, de origen africano, pasando por rabinos, filósofos, profesores universitarios, educadores.”

También “hay la modalidad presencial, que tenemos la única maestría en Estudios Judaicos” que permite “comprender el judaísmo maduro. De adultos, de no quedarse solamente con el conocimiento superficial que recibimos los que participamos en la escolaridad judía, que es muy importante pero que damos condiciones muy básicas y que no siempre se sustentan frente a la investigación, a los datos, a lo que sabemos.”

Porque para comprender el pensamiento y la civilización judíos hay que saber, también, cómo interactúan con otras formas de conocimiento y con otras civilizaciones a lo largo de la historia, “poder contextualizar las interacciones de lo judío con la civilización helenística, con el mundo cristiano, con el mundo islámico, con la modernidad, con la sociedad en América Latina.”

Formación de líderes

La formación de líderes ha ocupado los esfuerzos de esta institución, dice su decano. “En estos 30 años, la universidad ha formado a cientos de maestros, coordinadores, directores; ha formado a investigadores, a líderes comunitarios, a múltiples poblaciones que hoy en día son parte integral de la vida de esta comunidad”, lo que la hace la única universidad de su tipo en América Latina y una de las pocas del mundo. 

Pero además, la Universidad Hebraica cuenta con “programas también que tienen que ver con la educación, que tienen que ver con la solidaridad, el tratamiento de adicciones, que tienen que ver con intervención en catástrofes humanitarias y culturales. O sea, tenemos un paquete de programas muy específicos y muy interesantes y originales.”

El conocimiento judío es una pieza importante para comprender la civilización occidental, no solo desde las visiones éticas sino también desde la ciencia más abstracta. “No se puede entender la historia, el arte, la filosofía, la historia del mundo de Occidente sin la participación de numerosos judíos en distintos contextos, con distintas formas”, dice Fainstein.

Desde pensadores del mundo antiguo como Filón de Alejandría, tal vez el primer gran filósofo religioso de Occidente, que tuvo tanto impacto en el mundo cristiano y otros ámbitos. Figuras como Maimónides, de la Edad Media,  y figuras de la modernidad, como Spinoza, uno de los padres críticos de la modernidad y después en el mundo.”

Hasta llegar a los siglos XIX y XX, donde irrumpen figuras fundamentales del pensamiento occidental, como Freud, Marx, Buber y Levinas, pero también músicos como Mahler o científicos como Einstein. “La contribución judía a la civilización es muy impresionante. Tomando en cuenta que los judíos somos un 0.03% de la población mundial y sin embargo hay más del 24 al 25% del Premio Nobel en química, en física, medicina, que son de origen judío. Creo que eso es bastante llamativo.”

Una civilización, más que una religión

Pero, ¿cómo hablar de pensamiento judío e incluir en la categoría tanto a científicos como a filósofos o rabinos? La clave está en ver al judaísmo como algo más que una religión.

“Un gran pensador del mundo judío, Mordejai Kaplan, de Estados Unidos, plantea que el judaísmo no es una religión en el mismo sentido que el cristianismo. El judaísmo es una civilización que incluye, por supuesto, un núcleo religioso.

Hay un núcleo étnico, hay un núcleo cultural, hay lenguas, hay folklore, hay una tierra sagrada, hay diáspora.”

Se trata, pues de “un complejo muy rico que incluye muchas cosas y por lo menos en los últimos 200 años tenemos muchos judíos que se identifican como judíos en lo más profundo de su ser, pero que no serían religiosos en el sentido convencional”, reflexiona Fainstein, y ejemplifica con figuras como Einstein, mientras que hay entre los académicos y pensadores, quienes “sí se consideraban pensadores eminentemente religiosos, figuras como Emmanuel Levinas, el gran renovador de la ética en la segunda mitad del siglo 20.”

La Universidad Hebraica, una labor de integración

El trabajo de la Universidad Hebraica es también de integración, pues en los estudios judaicos convergen ciencias y disciplinas tan diversas como el propio campo de conocimientos que se engloba en la civilización judía. “Los últimos 200 años se han desarrollado los estudios académicos del judaísmo, de entender el judaísmo a través de su historia, de su arqueología, de la investigación de datos, y hoy en día los estudios judaicos son un campo extraordinario que tiene miles de académicos en todo el mundo.”

Como ejemplo, el catedrático nos comparte que recientemente participó en “el Congreso Mundial de Estudios Judaicos, que se realiza cada cuatro años en Jerusalén. Había más de 1,200 académicos de todo el mundo y los temas abarcan desde la Biblia hasta el cine contemporáneo, su representación de los judíos, pasando por la literatura, la sociología, la antropología, la historia, la filosofía, es decir, los estudios judaicos son un campo muy desarrollado que intenta comprender en una forma profunda el ámbito de lo judío.”

Incluso la dimensión religiosa del judaísmo es lo bastante compleja como para ameritar un estudio serio:  “El gran filósofo Emmanuel Levinas decía que el judaísmo es una religión de adultos, así lo llamaba, y eso requiere conocimiento, requiere formación, no solo afectividad y emoción. Requiere una base sólida para poder entender. ”

Al referirse a la comunidad judía de México, Fainstein observa áreas de oportunidad. “Tiene tantas fortalezas y tantas virtudes, porque es una comunidad maravillosa realmente, y lo digo con conocimiento de causa: conozco prácticamente todas las comunidades judías de América Latina y de otros países. Es una cosa maravillosa, pero creo que debe profundizar la relevancia intelectual, espiritual del judaísmo, más allá de visiones tradicionalistas ortodoxas.”

Una universidad universal

Así, la Universidad Hebraica “es el espacio para poder estudiar y conocer estos temas. Y otro dato importante: la Universidad Hebraica, como toda universidad, es universal, está abierta a todos aquellos que quieran estudiar este tema, a judíos, no judíos, creyentes, no creyentes. Tenemos alumnos islámicos, alumnos, católicos, evangélicos, judíos de todas las corrientes, gente que que viene de otras tradiciones.”

Para Fainstein, la Hebraica es  un referente cuando se habla de “estudios judaicos a nivel de México y América Latina. Por ejemplo, recientemente recibo correos de académicos de otros lugares de la república que dicen ‘estamos dando un curso de tal tema y nos gustaría conocer la perspectiva judaica de la ética comercial o la perspectiva judía de la bioética frente a temas de trasplantes u otros’.”

Interacción con otras instituciones

Así, la Universidad Hebraica interactúa con otras instituciones. “Organizamos hace un tiempo, con unos colegas, un curso en la UNAM de filosofía judía e islámica, algo que no se trabaja comúnmente, y realizamos algunos proyectos de investigación. Es decir, una universidad es eso, es producir conocimientos, transmitir conocimientos y difundir conocimientos, y nosotros tenemos programas académicos con reconocimiento, validez oficial de la Secretaría de Educación Pública, tenemos nuestras dos maestrías, tienen revoque y son programas que habilitan la cédula profesional, como todo programa académico.”
Pero no se limita a eso: para “aquellos que no quieren un programa tan sistemático, tenemos varios programas muy interesantes de educación continua. En este momento, por ejemplo, tenemos un diplomado de Introducción al Judaísmo, un diplomado de Judaísmo y arte, un diplomado sobre espiritualidad y cabalá, que son programas muy interesantes y abiertos, como decimos, a todo público.”
La lista de cursos sigue extendiéndose conforme el tiempo previsto para la entrevista se extingue: “Ahora nos quedan hasta fin de este año tres programas que creo que son fascinantes: tenemos dos cursos cortos, uno que se llama Psicología positiva y Midrash, que tiene que ver con reconocer nuestras fortalezas, como nos enseña la psicología positiva (…). Tenemos otro programa muy interesante sobre la historiografía de la Shoá, es decir, cómo se escribe y cómo se explica este fenómeno, que es una catástrofe clave para entender el siglo XX.
Y por último, un tema que a veces es tabú en nuestra comunidad, el tema de la conversión al judaísmo.”

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

 

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