Enlace Judío – La diputada Orit Struck de Hatzionut Hadatit, afirmó este domingo que los médicos deben tener derecho a negarse a proporcionar tratamientos que vayan en contra de su fe religiosa, siempre que otro médico esté dispuesto a proporcionarlo, informó The Times of Israel.
Varios políticos de la coalición saliente condenaron los comentarios de Struck como racistas y discriminatorios, en tanto que el primer ministro entrante, Benjamín Netanyahu, se distanció de su postura y negó que su partido permitiera la aprobación de una ley semejante.
Por su parte, el presidente de la Asociación Médica de Israel, profesor Zion Hagay, insistió en que los médicos de Israel desafiarán cualquier intento de permitir el uso de prácticas discriminatorias en el tratamiento de pacientes.
“Si se pide a un médico proporcionar algún tipo de tratamiento que va en contra de su fe religiosa, y hay otro médico que puede hacerlo, no se le puede obligar a darlo”, declaró Struck a la radio pública Kan.
“Las leyes contra la discriminación son justas y correctas cuando crean una sociedad justa, igualitaria, abierta e inclusiva. Pero hay una cierta desviación en la que se pisotea la fe religiosa y queremos enmendar esto”, explicó.
Struck se refería a tratamientos en los que un médico puede tener alguna objeción religiosa, como el tratamiento de fertilidad para mujeres solteras, en el contexto general de la legislación propuesta por su partido para permitir a los comercios o empresas privadas negarse a prestar servicios por motivos religiosos.
Según el reporte de Kan, una cláusula del acuerdo de coalición entre el Likud y Hatzionut Hadatit estipula que el nuevo gobierno aprobará un proyecto de ley que permita a propietarios de negocios negarse a prestar servicio a clientes que viole sus creencias religiosas.
Netanyahu negó la inclusión de la legislación en el acuerdo de coalición.
“Las palabras de la diputada Orit Struck son inaceptables para mí y para mis colegas del Likud. Los acuerdos de coalición no permiten discriminar a personas LGBT ni perjudicar el derecho de ningún ciudadano de Israel a recibir servicios. El Likud garantizará que no se perjudique a las personas LGBT ni a ningún ciudadano israelí”, señaló Netanyahu en una declaración a la prensa.
La ley, en su versión actual, prohíbe la discriminación por parte de quienes prestan servicios o suministran productos públicos por motivos de raza, religión, sexo, orientación sexual y otras consideraciones similares, y quien lo haga podrá ser multado.
Según Struck, la legislación que ella y su partido promueven permitiría a dichos proveedores negarse a prestar un servicio si consideran que viola su fe religiosa, siempre que exista otro servicio similar a una distancia razonable.
La legisladora puso como ejemplo una situación en la que un cristiano desea celebrar la Navidad con un árbol de Navidad en un local propiedad de un judío religioso.
“Supongo que un judío observante no querrá hacer esto porque va en contra de su fe religiosa… Los judíos evitaron hacer esas cosas a lo largo de la historia. La ley no debe tratar la ley judía como algo de menor valor”, dijo.
“El Estado de Israel es el Estado del pueblo judío, un pueblo que renunció a su vida por su fe religiosa. Es inaceptable que, habiendo establecido un país tras 2,000 años de exilio y de entregar su vida por la Torá, este país llame ‘discriminación’ a la fe religiosa.”
En apoyo a Struck, el diputado Simja Rothman de su mismo partido sugirió que si un hotel quisiera negar el servicio a personas homosexuales por motivos religiosos tendría derecho a hacerlo.
“El propietario de un negocio puede hacer lo que quiera en su negocio. Él creó el negocio y no le debe nada a nadie”, dijo Rothman a Kan.
“La ley establece que una empresa no puede discriminar por toda una serie de motivos. Este proyecto de ley no pretende abolir la prohibición general de discriminación, sino dice que cuando exista un obstáculo religioso para que alguien haga algo, estaría permitido negar el servicio, en lugar de que esté obligado a hacer algo que va en contra de sus creencias”, dijo Rothman.
A la pregunta de si se permitiriá a un judío negarse a prestar servicio a los árabes por considerar que no deberían vivir en la Tierra de Israel, Rothman no respondió, negándose también a decir qué mecanismo se pondría en marcha para definir si la negativa a prestar servicio se basa o no en una creencia religiosa legítima.
Varios miembros de la oposición entrante calificaron los comentarios de Struck y Rothman como racistas, homófobos y discriminatorios.
El primer ministro saliente, Yair Lapid, condenó los comentarios de Struck y culpó a Netanyahu del auge de tales sentimientos, afirmando que “nos está conduciendo a un Estado ignorante [regido por] la ley judía”.
El diputado Gilad Kariv de Avodá tuiteó: “No deberían sorprendernos los comentarios racistas de Orit Struck. Es la enseñanza de su vida. Deberíamos estar indignados por la ecuanimidad de los diputados del Likud a la luz de estos comentarios vergonzosos y peligrosos”.
El diputado Ram Ben Barak de Yesh Atid dijo que no creía las negaciones de Netanyahu y advirtió que el país se dirige hacia la discriminación generalizada.
“Hemos vivido periodos en los que había carteles que decían ‘prohibida la entrada a judíos’, y ahora vemos estas leyes que establecen que los propietarios de negocios pueden decidir a quién quieren vender. Habrá tiendas de comestibles que dirán ‘prohibida la entrada a mujeres’ y mañana habrá otra que diga ‘prohibida la entrada a árabes'”, advirtió Ben Barak.
El profesor Zion Hagay, presidente de la Asociación Médica de Israel, insistió en que “los médicos de Israel están comprometidos con el juramento médico y no permitirán que ninguna persona ni ninguna ley cambie este hecho”.
“No permitiremos que se introduzcan consideraciones extranjeras o políticas entre médicos y pacientes. El sistema de salud siempre ha sido una isla de cordura, un símbolo de coexistencia, un lugar en el que judíos y árabes trabajan codo con codo, con el valor de la igualdad como faro que les guía”, tuiteó Hagay.
“El juramento del médico hebreo dice explícitamente: ‘Ayudarás a un enfermo por estar enfermo, sea extranjero o no judío, y sea ciudadano, despreciable u honorable’. Y en la oración de los médicos de Maimónides está escrito: ‘Sólo veré lo humano en un enfermo’. Así fue y así será siempre”.
La presidenta de la Asociación para la Igualdad LGBTQ en Israel, Hila Peer, rechazó los comentarios, describiendo la ley propuesta como “no judía” y vergonzosa.
“Los diputados Struck y Rothman quieren marcar a las personas LGBT para que permanezcamos en nuestros hogares como en los días oscuros de la humanidad. No vamos a estar de acuerdo con esto de ninguna manera”, dijo Peer, y pidió a Netanyahu oponerse al proyecto de ley.
En respuesta a las críticas, Struck declaró: “Nadie pretende discriminar a las personas LGBT por su identidad o por aquello con lo que se identifican. Ni a través del tratamiento médico, ni de ninguna otra manera. Las personas LGBT son seres humanos que merecen respeto y amor como cualquier otro”.
Insistió, sin embargo, en que si hubiera “un tratamiento médico que vaya en contra de la ley judía, un médico religiosamente observante no se vería obligado a proporcionarlo, independientemente de la identidad del paciente”.
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