La heroína judía que desafió a la Gestapo

Enlace Judío- Cuando los vientos de la segunda guerra mundial amenazaban con destruir millones de vidas judías, como sucedió durante el Holocausto, apareció una impresionante mujer que, junto a su marido, Itzjak, hizo grandes esfuerzos para salvar las vidas de miles de refugiados judíos que huían de las garras de los nazis.

A Recha Sternbuch, quizás pudo habérsele dado el título de una “Madre de Israel”

Durante aquellos terribles años, Recha Sternbuch hizo todo lo posible para salvar las vidas de los judíos que huían de la Europa ocupada por los nazis. Aquellos que de alguna manera lograban cruzar la frontera suiza, hallaron un hogar con los Sternbuchs.

Además de proporcionar personalmente comida y albergue para sus refugiados huéspedes judíos, muchos de los cuales permanecieron allí por largos períodos de tiempo, Recha Sternbuch hizo todo lo que estuvo a su alcance, a fin de obtener los permisos para que pudieran permanecer en Suiza hasta que acabara la guerra.

De hecho, ella trabajo incansablemente para localizar hogares temporales para los refugiados judíos, en casas seguras en Zúrich. Los judíos recibian instrucciones sobre las rutas y los puntos de encuentro que proporcionarían un refugio seguro en Suiza.

Entre 1933 y 1937, se concedió refugio en Suiza a más de 6.000 judíos.

En 1938, mientras estaba embarazada, Recha paso muchas noches en el bosque muy cerca de la frontera con Austria, para pasar de contrabando a los refugiados que estaban siendo rechazados por los guardias fronterizos suizos.

Recha no conocía el significado del miedo cuando la vida de un judío estaba en peligro.

Una fría noche de invierno, uno de sus contactos le informo que un grupo de mujeres y niños judíos  fueron capturados por la policía de la frontera Suiza, cuando se disponían a cruzar ilegalmente, y estaban siendo enviado de regreso a Alemania.

La “neutral Suiza” no proveía asilo para los judíos que trataban de escaparse a través de la frontera y entrar a Suiza. Los suizos los regresaban a la Europa ocupada por los nazis.

Su contacto entonces le informo que ya nada podía hacerse para salvar a aquellos desdichados judíos, puesto que ya habían sido entregados a la Gestapo, al otro lado de la frontera Suiza, y era casi imposible que un judío regrese vivo después de caer en manos de los nazis.

Recha Sternbuch entonces se dispuso a presentarse ante el oficial nazi, para rescatar a las mujeres y niños judíos. Le advirtieron que no sólo no lograría liberarlos de las manos de los alemanes, sino que ella misma pondría en peligro su propia vida al cruzar a tierra de nadie, donde sin lugar a duda le dispararían al ver a una figura solitaria.

Sin embargo, nada de lo que le dijeran podía disuadirla.

La señora Sternbuch ignoró las advertencias y se dirigió a la frontera suizo-alemana en la oscuridad de la noche, a través de tierra de nadie. De repente se escucharon disparos y una voz gritó:” ¡Alto!”  Eran los guardias alemanes de la frontera, que estaban acompañados de feroces perros: “¿Qué está haciendo usted aquí?”

– Quiero hablar con su jefe, respondió la mujer, por favor llévenme con él.

Los guardias debían haber estado totalmente sorprendidos ante la presencia de la intrépida mujer, puesto que la llevaron ante el oficial. De pronto se vio parada frente a aquel hombre quien se veía sádico y cruel y que estaba sentado junto a un perro con enormes colmillos.

El nazi le preguntó en un tono amenazante: “¿Qué quiere?”

Sternbuch respondió: “Soy suiza, y estos judíos vinieron a mi país bajo mi iniciativa, por consiguiente, soy la responsable de su seguridad y vengo a solicitarle que se me permita llevármelos conmigo a Suiza. De lo contrario, si no me los entrega, me uniré voluntariamente a ellos”.

El rostro del oficial de la Gestapo estaba rojo de furia, probablemente porque no podía creer la audacia de esta mujer judía.

De repente, un tenebroso silencio reinó en la habitación, y entonces sucedió lo increíble: se le ordenó a la mujer partir de inmediato “con sus doce judíos”, antes de que cambiaran de opinión.

 

Las actividades de los Sternbuch no se limitaron a ayudar a los refugiados, sino que, también intentaron detener el asesinato de judíos por los nazis. Precisamente fueron los Sternbuch quienes dieron a conocer al mundo los planes de los nazis, enviando el famoso “cable Sternbuch” informando al “Vaad Hatzala” (Comité de rescate de la Unión Americana de Rabinos Ortodoxos), que los alemanes tenían la intención de matar a los judíos restantes con gas venenoso, antes de fin de año.

El día del Bar Mitzva de su hijo, en Shabat, Recha Sternbuch se enteró de que se estaba preparando la deportación de los judíos de Francia.

Inmediatamente se retiró en medio de la ceremonia de Bar Mitzvá de su hijo, para subirse al tren con destino a Francia, donde distribuyó visas y dinero a los judíos franceses para ayudarlos a escapar.

Como mujer ortodoxa, normalmente no tomaría un tren en Shabat, pero la preservación de la vida humana anula prácticamente todos los demás mandamientos de la Torá.

Cuando los nazis descubrieron las actividades de la señora Sternbuch, fue arrestada y enviada varias semanas a prisión, lo que le provocó un aborto. Fue acusada de contrabando ilegal de judíos a Suiza, y adquisición de pasaportes falsificados, entre otros delitos.

Recha admitió libremente su culpabilidad. Querían que ella nombrara a sus cómplices, pero se negó, y hasta les preguntó: “¿De verdad esperan que yo denuncie a los padres de estas familias y les traiga más desgracias?”

Finalmente, por “falta de pruebas”, el juez desestimó todos los cargos en su contra. Después, el mismo juez la llamó a su oficina y le entregó un sobre, en el cual había una contribución de 100 francos para sus operaciones de rescate.

Un millón de dólares a cambio de los judíos de los campos

En 1944, Increíblemente ella se contactó con Jean Marie Musy, ex presidente de Suiza y amigo cercano del jefe de las SS nazi, Heinrich Himmler. Recha entonces convenció a Musy para que negociara con Himmler, quien acordó liberar a los judíos de los campos de concentración, a cambio de un millón de dólares.

Aproximadamente 1200 judíos fueron liberados antes de que los colaboradores nazis en Suiza cerraran el intercambio. La señora Sternbuch también negoció la liberación de miles de judíos detenidos en campos de concentración en Austria.

Cuando acabo la guerra, Recha Sternbuch se preocupó en ayudar a los sobrevivientes del Holocausto. Incluso viajó a los países donde se encontraban los refugiados judíos, para buscar la manera de reconstruir sus vidas. También recaudó personalmente enormes sumas de dinero, con el fin de ayudar a aquellas personas. En una ocasión, cuando otros judíos le advirtieron del riesgo de llevar dinero a Polonia y le sugirieron que lo enviara por otros medios, ella respondió: “Si es tan riesgoso pasar a escondidas dinero a Polonia para el alivio de nuestros hermanos judíos, entonces, ¿por qué otros asumirían el riesgo y yo no?”

Un sobreviviente de la guerra conto que la señora Sternbuch insistió en visitar la ciudad de Kielce, luego de haber tenido lugar un pogrom, después de la Segunda Guerra Mundial.

Aquella persona relató: “Intentamos disuadirla, advirtiéndole lo peligroso que era visitar esa ciudad, pero ella insistía:

“Si los judíos están siendo asesinados allí porque son judíos, uno debe arriesgar la propia vida a fin de ayudar”

Recha Sternbuch nunca acepto ningún reconocimiento por los impresionantes actos que hizo por sus hermanos judíos. Frecuentemente ayudaba a transportar a grupos de niños huérfanos judíos de Europa a Israel, muchos de los cuales, eran los únicos sobrevivientes de sus familias.

En una ocasión, alguien le sugirió a la señora Sternbuch que visitara a los niños que rescató, a fin de que la conocieran. Sin embargo, su respuesta fue contundente: “No tengo interés en que me otorguen ningún agradecimiento por salvar a los niños, ese es mi deber, y tengo que permanecer aquí, ya que todavía hay demasiados judíos para ser salvados”.

Recha Sternbuch estuvo dispuesta a sacrificar incluso su propia vida a fin de ayudar a sus hermanos judíos.

Miles de judíos sobrevivieron al Holocausto debido a los esfuerzos de esta “heroína del rescate” quien desafíó a la Gestapo.

Por increíble que parezca, ella fue responsable de salvar más de 300.000 vidas judías, entre ellos a los famosos rabinos Aharon Leib Shteinman y Moshe Soloveichik, hijo del Rab Jaim de Brisk.

Los descendientes de los judíos que Recha Sternbuch salvó, ahora se cuentan por cientos de miles.

Su heroísmo alumbro como una luz resplandeciente en las terribles penumbras y oscuridad del Holocausto.

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