Enlace Judío – El ataque con drones contra una instalación de Irán fue llevado a cabo por Israel para proteger sus intereses de seguridad y no para evitar las exportaciones de armas a Rusia, según The New York Times.
El ataque del sábado fue llevado a cabo por la agencia de inteligencia Mossad, según el periódico, que citó a altos funcionarios de inteligencia de EE. UU.
El informe señaló que Isfahan es un centro para la industria de misiles de Teherán, y es donde se ensambla el misil de alcance medio Shahab, que tiene un alcance capaz de alcanzar a Israel.
Irán aún no ha entregado misiles a Rusia a pesar de los informes desde octubre de que planea hacerlo, pero Teherán ha estado suministrando drones suicidas Shahed-136 para que los use el Kremlin en la invasión de Ucrania de casi un año.
Los drones “kamikaze” se han desplegado para atacar sitios civiles ucranianos e instalaciones de infraestructura crítica desde septiembre. Algunos reportes han dicho que el presunto ataque israelí tuvo como objetivo el programa de drones de Irán.
Una declaración del Ministerio de Defensa iraní describió el lanzamiento de tres drones en la instalación el sábado, dos de los cuales fueron derribados con éxito. Aparentemente, un tercero logró golpear el edificio, causando “daños menores” en su techo y sin herir a nadie, dijo el ministerio.
El medio de noticias iraní de la oposición con sede en Londres, Iran International, citó a testigos oculares que dijeron que vieron tres o cuatro explosiones.
La agencia de noticias estatal IRNA describió más tarde a los drones como “cuadricópteros equipados con bombas”.
Los cuadricópteros, que reciben su nombre por tener cuatro rotores, suelen operar desde distancias cortas por control remoto. La televisión estatal iraní luego transmitió imágenes de los escombros de los drones, que se parecían a los cuadricópteros disponibles comercialmente.
Los drones se han utilizado en ataques anteriores dentro de Irán, como un ataque de junio de 2021 contra un centro de fabricación de centrífugas en Karaj y un ataque de febrero de 2022 contra una instalación militar de almacenamiento y fabricación de drones en Kermanshah, ataques que también fueron atribuidos a Israel por varios medios de comunicación.
Funcionarios estadounidenses dijeron el domingo que Washington no estaba detrás del ataque.
Fue el primer supuesto ataque israelí dentro de Irán desde que el primer ministro Benjamín Netanyahu regresó al cargo y puede marcar su continuación de la política del gobierno anterior, que intensificó los ataques de Jerusalén dentro de la República Islámica.
Irán condenó el ataque, calificándolo de “cobarde” y acusó a los enemigos de Irán de intentar sembrar la inseguridad en la República Islámica.
“Este acto cobarde se llevó a cabo hoy como parte de los esfuerzos realizados por los enemigos de la nación iraní en los últimos meses para hacer insegura a la República Islámica”, dijo el domingo el ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, en una conferencia de prensa.
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