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domingo 22 de diciembre de 2024

En la India, un lama puso en sus manos un libro que marcaría su destino. Era un libro de cabalá. Con Daniela Gemma Abravanel

Enlace Judío México e Israel – ¿Qué tienen que ver el temazcal, la yoga y la cabalá? ¿Cómo pudo una judía nacida en Libia y criada en Italia encontrar en México la puerta hacia el conocimiento profundo de la espiritualidad hebrea?

Conoce a Daniela Gemma Abravanel, en esta entrevista exclusiva que compartimos contigo, y descubre las respuestas. 

Daniela Gemma Abravanel podría encarnar todos los supuestos que radican en el imaginario colectivo cuando nos referimos al pensamiento new age. En su discurso, tan pausado como asertivo, se entremezclan conceptos propios de la tradición mística judía con ideas budistas, psicología jungneana y hasta chamanismo. 

Pero Abravanel está lejos de ser una astróloga de revista o una gurú de celebridades. Formada en las más importantes yeshivot de Israel, cuenta con un bagaje teórico sólido. Es una estudiosa de los textos sagrados y una cabalista rigurosa que, sin embargo, ha sabido abrevar de diversas tradiciones espirituales para encontrar su propio camino de conexión con lo sagrado. 

Autora de cuatro libros, Daniela Gemma Abravanel se encuentra en México preparando la edición en español del primero de ellos, una versión corregida y aumentada del volumen que publicó en Italia originalmente, y que aparecerá con el título El secreto del alfabeto hebreo. 

En una conversación con Enlace Judío, la autora narró el origen de su familia pero también de su vocación espiritual, una que parece haber descubierto pese a los intentos de sus padres por mantener oculto el pasado. 

No muchas personas saben que en Libia hubo campos de concentración

Eso dice Abravanel al referirse a su país natal, ese del que tuvo que emigrar en 1967, cuando la hostilidad contra los judíos ya se volvía insostenible en el país árabe. 

Antes que ella, otros familiares habían decidido dejar Libia para establecerse en Italia. Intuían que su seguridad dependía de ello. La autora los siguió. Llegó a aquel país sin conocer la situación de sus padres, que se habían quedado un poco más.

Finalmente, unos meses después, la familia entera se reencontró en Italia, el país donde Abravanel iniciaría su carrera, no sin antes pasar por escenarios insólitos que la acercarían a su vocación espiritual. 

De su tierra natal, Abravanel recuerda a su nana, una mujer que vivía en un barrio pobre en el que judíos y musulmanes convivían pacíficamente, en un ambiente de respeto, y donde ella pudo sentir por primera vez el significado espiritual del Shabat. También se llevó consigo el recuerdo del mar y de los caballos, sus grandes pasiones, además del conocimiento espiritual. 

Su abuela, una figura fundamental en su vida, crió sola a nueve hijos gracias a sus facultades como sanadora. Esa mujer, luego supo, era la descendiente de Shimon Labi, “el más grande alquimista del siglo XVI”. 

Ella nunca la conoció y, sin embargo, se entrecorta su voz cuando la evoca y cuando nos cuenta que cada uno de sus nueve hijos conservó de ella una serie de recuerdos e imágenes portentosos.

El mayor, su padre, tiró a la basura el violín que aquella mujer le regaló, cuando una negligencia médica devino en la muerte de la matriarca. 

Apenas con 15 años, el padre de Abravanel se convirtió en el contador de confianza de un gran número de personas en Libia. Como buen judío, invirtió buena parte de sus ingresos en una tierra distante, Italia, a donde llegaría finalmente a vivir. Al principio, en condiciones de hacinamiento pero, poco a poco, recuperando la prosperidad perdida. 

Nacida para sanar 

En la visión de Daniela Gemma Abravanel, la salud es el resultado de un estado de equilibrio entre el cuerpo, la mente y el alma. Los caminos que tuvo que recorrer para fundamentar dicho concepto son tan diversos como estrambóticos: primero, el descubrimiento de ese ancestro suyo, Shimon Labi, un médico bondadoso que lo mismo atendía a árabes que a judíos, y cuya muy venerada tumba fue desalojada por el propio Gadafi. 

Después, por un encuentro insólito con un chamán en México. Un hombre que, según ella, descendía de los astrólogos mayas, que vivía en Valladolid, Yucatán, y que “tenía una relación con las estrellas muy particular”. Tanto, que podía realizar viajes astrales para suplir las carencias que en 1981 existían en materia de telecomunicaciones y decirle, con total precisión, lo que le estaba ocurriendo a su familia, en ese momento, en Italia. 

“Panchito” era el sobrenombre de aquel chamán yucateco, a quien ella recuerda como uno de sus maestros y el primer e insólito motor que la llevaría hasta Israel. “Tienes que ir a estudiar sobre Dios”, le ordenó el hombre. Y ella, luego de año y medio en México, decidió buscarlo en la India. 

Ahí, sin embargo, un lama puso en sus manos un libro que marcaría su destino. Era un libro de cabalá. Le bastó una semana de estudio para saber que debía dirigirse a Israel y estudiar la Torá. 

Ahí descubriría un mundo fascinante. En la yeshivá Mayanot, dirigida por el rabino León Ashkenazi, entendería que, más que estudiar, la Torá se hace, y que hay momentos en que la acción debe imponerse sobre el pensamiento y el estudio. Que cuidar el planeta, la salud del mundo, es uno de los principales objetivos de un pueblo que aspira a la redención. 

También entendería que, como dijo Elijah Benamozegh, la Torá es “una obra de prevención contra las enfermedades”, y que  “toda la tradición judía verdadera está basada en un approach holístico a la enfermedad”.

Según su cosmovisión, la enfermedad es la ruptura de un equilibrio, algo que deja de funcionar en la relación entre lo emocional y lo físico. Por eso, a lo largo de su vida, Abravanel ha intentado seguir esa aproximación a la hora de enseñar a la gente a mejorar su salud. Para ello, utiliza conocimientos tan disímiles como el chi kung, la yoga y la cabalá. 

En los talleres que imparte en Cozumel, por ejemplo, hay tanto danza como temazcal, y la psicología profunda de Carl Gustav Jung está presente en ese complejo universo de saberes que busca compartir con el mundo, judío o no, con la misión de recuperar lo que considera una esencia perdida en la espiritualidad de Israel. 

Antes de despedirse, la autora anticipa que pronto estará disponible El secreto del alfabeto hebreo, editado en España y distribuido por canales digitales en todo el mundo, y que en octubre volverá a México para impartir talleres presenciales para todos aquellos que quieran saber más sobre la cabalá y otras tradiciones místicas hermanadas insólitamente. 

Te invitamos a ver la entrevista completa en el video adjunto. 

 

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

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