Enlace Judío – El rezo (tefilá) es una de las prácticas más importantes para cualquier monoteísmo y una de las más aceptadas y recurridas dentro de nuestras culturas. Sin embargo, bajo un ángulo filosófico el tema es sumamente complejo: ¿qué implica que podamos hablar con D-os?, ¿cómo podemos creer que D-os siendo un Ser abstracto, o la totalidad, realmente escuche lo que decimos? Son preguntas que incitan al diálogo y que se dirigen al centro de lo qué es realmente el rezo para cada cultura, pues cada religión ha definido el rezo de forma distinta y ha reglamentado la práctica desde la postura particular que tiene el creyente frente a D-os. En los siguientes dos apartados discutimos cómo ve al rezo la perspectiva judía; particularmente ¿qué es el rezo?, y cuatro principios básicos que la Mishná señala como preparación a la hora de rezar. La información e ideas fueron tomadas de las clases que el rabino Yoseph Dweck ha dado.
Tefilá: el espacio donde encuentras a D-os
El término judío para referirse al rezo es “tefilá” proviene de “palal” imaginar, pensar o considerar; está intrínsecamente ligado a la mente. La tefilá como el rabino la define es encontrar a D-os en el lugar que compartimos con Él, es intentar construir un puente entre nosotros y D-os. Esto se hace a través de la mente, no en sí el cerebro como tal, sino nuestra subjetividad, nuestra consciencia y nuestras emociones. Pues la mente es aquello en donde más nos asemejamos a D-os, es la única característica abstracta de nuestro ser.
También es la consciencia lo que nos permite percibir a D-os. De todas los seres creados, el hombre es el que tiene un pensamiento más desarrollado; es el único que puede percibir la realidad que lo rodea como Unitaria y es el único que puede darle sentido a la Creación, que puede ver más allá de lo material. Por eso mismo el hombre es el único que puede establecer una relación con D-os. El centro de la tefilá al final es dicha consciencia de la Presencia Divina; es preparar la mente para poder hacernos conscientes de nuestra interacción con D-os. Para eso hay ciertas características que la Mishná señala que definen a la tefilá y nos enseñan a llevar a cabo esa preparación.
¿Cómo creamos ese espacio?: Cuatro principios básicos al pararnos frente a D-os
Mente pesada
Lo primero que destaca la Mishná es que uno no puede hacer tefilá sin “una mente pesada” (koved rosh). Esto se refiere especialmente a la concentración, una mente “ligera” es aquella que divaga piensa en más de una cosa a la vez. Para hacer tefilá uno debe vaciar su mente de todos los pensamientos que puedan interrumpirlo, al punto tal que incluso si una serpiente se enreda en la pierna de la persona, ésta no causaría distracción. Es decir uno debe prepararse para el rezo y el rezo es lo único en lo que uno debe estar concentrado. Incluso si hay una situación que le impide la concentración como el regreso de un viaje largo, la preocupación y la tristeza uno no tiene la obligación de rezar, se incita a que no lo haga.
Frente a D-os
Ahora, ¿qué es esa cosa única en la que uno debe pensar?: en que está parado frente a D-os. El cuerpo el corazón la mente todo el ser de la persona debe de concentrarse en actuar como si D-os estuviera frente a él. Y esa es en realidad la base del rezo, no sabemos si D-os está presente, no sabemos si va a contestar, pero uno debe poner toda la intención a que es de esa forma, pues al fin al cabo la tefilá es para la conciencia que uno genera dentro de sí; el puente que uno construye dentro de la mente. Sin embargo, debe estar tan presente en el acto como si no hubiera una limitante natural en la acción.
Tiempo
Uno debe tomarse tiempo para hacerlo con calma antes y después de la tefilá. No puede correr, ni tratar el asunto como si fuera un peso frente a sí mismo, sino una oportunidad que le es dada.
Las peticiones
Otro elemento que se menciona en los textos judíos es que uno debe hacer peticiones a D-os, esta exigencia es un poco misteriosa ¿por qué esto sería un requerimiento? La razón es que hacer peticiones es una forma de reconocer la presencia de D-os en nuestras vidas y nuestra dependencia hacia Él. Ahora, uno genuinamente debe desear lo que pide y debe saber que en efecto es D-os y únicamente D-os Quien puede proveerle lo que pide; es una forma de reconocer que todo lo que existe proviene de Él.
Conclusión
Al final las reglas (halajot) sobre la tefilá son para ayudarnos a realmente volver tangible en nuestra mente la Presencia Divina, a realmente buscarla.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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