Enlace Judío – El Canal 13 israelí publicó esta semana el documental Ejecución en el corazón de México, que presenta a detalle la vida de Ben Sutji, quien atrajo los reflectores a nivel nacional en México en 2019.
De iniciar en la comisión de delitos menores en Tel Aviv, Ben Sutji terminó ultimado a tiros casi 20 años después en un restaurante exclusivo del sur de la CDMX, aparentemente, bajo ordenes de un cartel mexicano del narcotráfico.
¿Cómo fue el camino que terminó por llevarlo a una muerte casi hollywoodense al otro lado del mundo? Esta es una de las interrogantes que se plantea el documental, cuyas líneas generales se presentan en seguida.
Los inicios de Ben Sutji en el mundo criminal
Binyamin Yeshurun Sutji, nativo de una zona popular del sur de Tel Aviv, fue descrito por figuras entrevistadas en el programa como una persona “inculta” pero con sueños de llegar a las grandes ligas en el crimen organizado.
De mal carácter y con trastorno por déficit de atención, aunque muy inteligente, elocuente, carismático y con mucha presencia, según lo describen sus conocidos, a los 13 años llegó por primera vez a una correccional de menores y pronto se vio envuelto en actividades de extorsión y narcotráfico.
En 1997, Ben Sutji se involucró en un notable robo a una casa de cambio junto con un par de hermanos de la familia Musli, en ese entonces un par de jóvenes verduleros de Tel Aviv pero que años después se harían de su propio nombre en el crimen organizado israelí.
No obstante, tras el robo, él y los hermanos Musli tuvieron una disputa respecto al botín que terminaría por dejar una enemistad personal que se alargaría por años.
En esa época, Ben Sutji, con ánimos de conseguir un padrino en sus objetivos de ascenso delincuencial, se ligó a Ze’ev Rosenstein, uno de los grandes capos de ese entonces del crimen organizado israelí.
Encarcelado por intentar un asesinato
Rosenstein estaba involucrado en una guerra abierta de los negocios criminales contra la familia Aslan, otra relevante organización criminal.
En el marco de este conflicto criminal, Ben Sutji se vio inmiscuido a finales de 1997 junto con otros dos sujetos, Sharon Kain y Najman Cohen, en el intento de asesinato de uno de los integrantes de dicha familia, Menny Aslan.
Por el intento de homicidio, Ben Sutji fue sentenciado por las autoridades israelíes a 15 años de prisión. En su juicio, logró evitar evidenciar de manera alguna a su superior Rosenstein respecto al intento de homicidio, lo que fue considerado una muestra de su lealtad.
Ya dentro de la cárcel, Ben Sutji se alió con otro reo, Erez Akrishevky, un criminal involucrado en un asesinato en Tel Aviv, que poseía notables habilidades para salirse con la suya, como hacerse pasar por ultraortodoxo en Mea Shearim antes de su detención.
Arishevsky fue detenido en 2019, en una fecha cercana al asesinato de Ben Sutji, en la ciudad de Cancún, en México.
En la cárcel, Ben Sutji y Akrishevky se vieron beneficiados por un guardia de seguridad corrupto que les brindaba beneficios a cambio de dinero.
Huida de Ben Sutji a México
Aprovechándose de las facilidades que les brindaba el guardia corrupto, ambos lograron escapar de la cárcel en 2001 y huir a México. Desde entonces, la recaptura de Ben Sutji se convirtió en una de las tareas más importantes para la policía israelí.
Durante su estancia en México, Ben Sutji y Akrishevsky fueron detenidos en una ocasión tras un tercero israelí que levantó sospechas frente a las autoridades, aunque fueron liberados horas después, aparentemente, luego de un soborno.
Tras este incidente, un oficial de la Policía de Israel encomendando para la tarea de la detención, Guy Nir, comenzó a concentrar todas sus labores en México.
Ben Sutji y Akrishevsky se comenzaron a relacionar con otros criminales israelíes en México, se establecieron en una zona exclusiva de la CDMX, a fin de no levantar sospechas, y montaron un casino de apuestas, a fin de generar ingresos para solventar su estadía de prófugos y para sobornar a las autoridades que pudieran detenerlos.
El Canal 13 entrevistó al empresario Asa Barantz, israelí que vive en la CDMX y que financió a Ben Sutji para el casino. Según Barantz, que tras la inversión no volvió a tener contacto con ambos, el casino levantó en su primera noche más de un millón de dólares, lo que le abrió la ambición a Ben Sutji de ir por más y lo llevó a abrir dos casas de apuestas más.
En esta etapa, Ben Sutji tomó el nombre de Yoni Ben Yeshurun y comenzó a usar bigote, además de recibir a su familia desde Israel.
Para estas alturas de la historia, el oficial Nir entró en contacto con Eduardo Margolis Sobol, una destacada figura de la seguridad, lo que llevó a ambos a comenzar a trabajar juntos para lograr la detención de Ben Sutji.
Alrededor del año 2003, Ben Sutji buscó un apadrinamiento del crimen organizado de México, como en Israel lo hizo con Rosenstein, y así terminó por hacerse un cercano de Edgar Valdez Villarreal, La Barbie, lo que catapultó su ascenso criminal en el país.
Ese mismo año ocurre en México el asesinato de Dudi Dangor, un socio criminal de Rosenstein y conocido de Ben Sutji, el asesino de una mujer de la familia Aslan, lo que levantó sospechas de que hubiera estado involucrado en dicho homicidio, sin que hasta hoy exista evidencia concreta al respecto.
Ben Sutji terminó por percatarse de los esfuerzos para su captura y, en una ocasión fue junto con Akrishevsky a una de las oficinas de Margolis, quien terminó por dispararles 4 tiros con un arma de fuego para ahuyentarlos. Poco después, Ben Sutji huyó de México y las autoridades lograron cerrar 2 de sus casinos.
Breve huida a Venezuela y su nuevo arresto
Ben Sutji continuó con sus actividades criminales en América del Sur, en países como Venezuela, donde, según el Canal 13, logró salir adelante gracias a sus nexos con altos políticos, incluido el presidente Hugo Chavez.
El oficial Nir logró detener en Venezuela a Ben Sutji, pero, haciendo de las suyas y ayudado de sus contactos políticos y sus talentos para corromper, Ben Sutji quedó libre.
Ben Sutji llegó al punto de contactarse vía telefónica con Nir y solicitarle un “cese al fuego”, es decir, que la Policía de Israel dejara de buscarlo y lo dejara vivir su nueva vida en Venezuela. Nir, quien cree que la corrupción en América Latina retrasó considerablemente las labores de captura, rechazó en absoluto la propuesta.
A partir del año 2005, Ben Sutji hizo viajes esporádicos a México para continuar con sus actividades criminales. Fue en una de sus estadías en la CDMX en este período cuando, en una acción coordinada entre la policía israelí y Margolis lograron detenerlo en el sitio donde se hospedaba, luego de lo cual fue extraditado con éxito a Israel.
Margolis relata que Ben Sutji trató de comunicarse con él desde la cárcel en Israel para amenazarlo.
Ya dentro de la cárcel, las autoridades mantenían separadas a Ben Sutji y sus cercanos de los delincuentes de la familia Musli, que se habían convertido ya en uno de los grupos más relevantes del crimen organizado israelí. Pese a ello, transcurrió los 14 años restantes de su condena sin mayores percances.
Tras su salida de la cárcel en 2019, la Policía le advirtió a Ben Sutji de los peligros que enfrentaría fuera de la cárcel, sobre todo frente a la familia Musli. Esta situación eventualmente lo llevó a decidir regresar de nuevo a México.
Regreso a México y su fin en Plaza Artz
A su regreso a México, Ben Sutji buscó a Margolis, quien pensaba que venía a matarlo. Para su sorprensa, el israelí le aseguró que regresaba en son de paz, entendía que el trabajo de Margolis en 2005 fue atraparlo debido a sus actividades criminales, pero que en el presente las cosas habían cambiado.
Margolis, quien cree que pasar 15 años en la cárcel debió de haber cambiado algo en el interior de Ben Sutji, asegura que incluso lo comenzó a considerar un “amigo” luego de ese encuentro.
En su nueva estadía en México, Ben Sutji decidió contratar a guardaespaldas para aparentar una postura intimidante de su parte de manera pública, reveló un asesor de seguridad israelí que contactó.
En mayo de 2019, un hombre de negocios franco israelí y criminal de cuello blanco, conocido como “Mónaco”, se puso en contacto con Ben Sutji, para que mediara en una disputa financiera entre él y una mujer mexicana llamada Vanessa Ballar, ligada al Cartel Jalisco Nueva Generación.
Vanessa Ballar colaboró con “Mónaco” en el robo de 45 millones de euros a cuentas de bancos, de lo que a ella le correspondía una cuarta parte, pero, según “Monaco”, la mujer buscaba tenerlo todo. Ben Sutji aceptó la misión de “Mónaco” y, de cumplirla, recibiría un total de 5 millones de euros.
Ben Sutji aseguró a Margolis que con el dinero que ganaría por esta labor se dedicaría a tener una vida tranquila en México. Margolis, no obstante, le advirtió que tuviera cuidado, debido al nivel de gente con el que se estaba involucrando.
Las negociaciones tomaron rumbo y Ben Sutji y Vanessa incluso comenzaron a llevarse bien al punto de que ella prometió que incluso pagaría a “Mónaco” la suma buscada y 4 millones de euros más.
Sin embargo, el 24 de julio de 2019, cuando Ben Sutji, su guardia Alon Azulay y Vanessa se encontraban en el restaurante Hunan de la Plaza Artz en la CDMX, ambos fueron asesinados.
Aunque el par de pistoleros a sueldo fueron detenidos y Ballar fue arrestada 2 años después, el autor intelectual de la emboscada sigue siendo un misterio.
“¿Por qué pagarle a alguien cuando es más fácil matarlo?”, es una de las conclusiones a las que llega Margolis respecto al asesinato y el embrollo en el que terminó por meterse ante una figura del Cartel Jalisco Nueva Generación.
“Se metieron al territorio de los cárteles [mexicanos], y mira, no puedes hacer eso. Ningún israelí puede andar metiéndose en esos territorios ahí”, concluye Michel Bujbut, quien asesoró en materia de seguridad personal a Ben Sutji.
La familia de Ben Sutji declaró sobre el documental:
“La familia no tomó parte en este documental, una decisión que deriva del hecho de que el difunto nunca acordó entrevistarse con los medios de comunicación. Ben Sutji Z”L, amado y querido, pagó su deuda con la sociedad y no se involucró en actividades criminales luego de que salió de la cárcel [en 2019]. Ben fue un padre y abuelo devoto con sus hijos, con su esposa y nietos, quienes eran todo su mundo y así pide la familia que sea recordado”.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
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