Enlace Judío – Cuando quieres contar una buena historia o cuando tienes un mensaje tan importante para trasmitir que quieres que se preserve durante años, siglos quizás, ¿cómo le haces? ¿Qué técnicas usas para narrarlo y que tus palabras den honor a lo que quieres decir? Es una pregunta que se encuentra en el centro del seder de Pésaj. Éste es uno de los momentos más importantes del calendario judío; durante milenios Pésaj ha sido una de las festividades más celebradas a lo largo de los siglos. Todavía hoy es un momento que une a las familias y a los judíos en todas partes del mundo. Una de las mitzvot (mandatos, tradiciones) centrales de Pésaj es el séder (rito) que se realiza en la noche, lo que se hace es narrar la salida de Egipto. Sin embargo, es una narración que dista mucho de lo común; de entrada no es lineal nunca hablamos de temporalidad ni se sigue un trayectoria histórica clara. En segundo lugar, lo hacemos a través de la lectura de la Hagadá: un texto un tanto largo donde no queda bien claro dónde realmente estamos hablando de Egipto y la salida.
Aún así, la tradición está pensada en cierta manera para que realmente nos involucremos y realmente escuchemos y entendamos los múltiples mensajes que están involucrados dentro de la estructura misma del séder, la Hagadá y la unión de ambos. Uno de los objetivos no es sólo narrar sino revivir; pasar de Egipto a la liberación nuevamente y eso sólo se puede hacer de una forma que necesariamente rompa la normalidad.
En el siguiente video rab Yitzchak Breitowitz expone los elementos principales del seder y la forma en que podemos relacionarnos con ellos. En una parte se centra especialmente entre la diferencia de narrar una historia de forma “normal” y revivirla, que es justo lo que buscamos en esa noche. Para explicarlo me basare en algunos de los puntos más importantes que el rabino señala y al mismo tiempo incluiré un poco de mi propia lectura y experiencia. El video de la clase se encuentra aquí:
La estructura de la Hagadá. ¿Dónde se narra la salida?
La primera vez que uno lee la Hagadá (por lo menos así fue conmigo) uno se sorprende de la enorme riqueza que tiene el texto, la variedad tan amplia de temas que toca y la forma tan bella en que lo presenta. Todos son fragmentos del Tanaj y del Talmud; tienen una razón de ser y cada pasaje es digno de estudiarse con cuidado y seriedad. Sin embargo, para profundizar en su mensaje es importante saber un poco de cómo están construidos. La pregunta ¿en dónde se narra la salida dentro de los pasajes?, es muy útil para entenderlos.
Rab Breitowitz hace una división las partes dentro de la Hagadá que son introductorias y las partes que directamente hablan del Éxodo. Las narraciones iniciales sobre los cuatro hijos, sobre el talmudista que adquiere canas y las preguntas que cantan los niños son introductorias, nos enseñan a cómo narrar. Nos hablan de la importancia de las preguntas, del descubrimiento en nuestra vida. Sin embargo, la narración real se encuentra después y se centra en 4 versos que son tomados del libro de Devarim, (26:5-11) dicen así:
1) Mi padre fue un arameo que descendió a Egipto … allí se convirtió en una gran nación
2) Los egipcios nos oprimieron, nos esclavizaron
3) Clamamos a Hashem… vio nuestro sufrimiento
4) Nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido
En ellos se resume por completo la salida de Egipto la redención de D-os. Los versos que lo acompañan es para que reflexionemos sobre ellos. Dentro del libro de Devarim (Deuteronomio) estos versos los recitaba la persona cuando iba a ofrendar los primeros frutos de su cosecha; en ellos reconoce a D-os y la liberación de Egipto.
¿Por qué estos versos?
La pregunta es obligada por qué hacer la narración de la salida de Egipto con estos versos y no con versos directamente del libro de Éxodo (Shemot) que es donde realmente se cuenta la historia. También ¿por qué hacerlo a través de alusiones en vez de narrarlo directamente? Hay cuatro razones:
1) es por brevedad, leer los capítulos del libro de Shemot sería leer doce capítulos. 2) Hagadá quiere decir declarar, cuando la persona llevaba las frutas como ofrenda y decía esos versos declara su creencia en D-os, reconocía a D-os y a la salida de Egipto. 3) Las primicias también son un símbolo de gratitud, en Pésaj también expresamos nuestra gratitud a D-os. 4) En toda la Hagadá no se menciona a Moisés más que una sola vez y de forma tangencial. La Hagadá adrede no hace centrales los pasajes de Shemot (del Éxodo) para no deificar a la figura de Moisés, para que el centro siga siendo la esclavitud y la Redención, D-os y el pueblo de Isarel más que una persona, que un sólo líder.
El resto de la estructura existe de esa forma también por la mitzvá de revivir la historia más que sólo contarla.
La diferencia entre revivir la historia y recordarla
En la Torá hay dos mitzvot que nos piden recordar la salida de Egipto y mencionarla verbalmente. Sin embargo, cada una tiene sus particularidades y se cumplen de forma distinta. La primera es Zejirá (recordar) y la segunda es Sipur (narrar / revivir). En la Torá se nos pide recordar (Zejirá) la salida todos los días de nuestra vida; mientras que se nos pide narrarla (Sipur) únicamente en la noche de Pésaj, una vez al año. Con la primera cumplimos simplemente con decir verbalmente que la recordamos, con la segunda hacemos un seder alrededor de narrarla. ¿Por qué esa diferencia tan radical entre una y otra? ¿Cuáles son las características que distinguen a cada una?; rab Breitowitz señala las siguientes:
1) Sipur requiere de un proceso de averiguación; de que haya preguntas y respuestas. La Hagadá está estructurada al rededor de las preguntas y uno esta obligado a hacerse preguntas incluso si lleva a cabo el rito en soledad.
2) Uno está obligado a iniciar narrando lo negativo, la dureza de la esclavitud o la vergüenza de la idolatría
3) Uno no sólo está obligado a recordar la salida de Egipto, sino también el maror (la amargura de la esclavidtu), el sacrificio de Pésaj y la matzá (el pan que se come). Hay una parte de la Hagadá donde se mencionan estos tres elementos, según la opinión de rab Gamliel si uno no lo escucha o lo dice no cumplió con la mitzvá de “sipur” en la noche.
4) Uno tiene que ver la situación como si él mismo hubiera estado en Egipto; vivirlo como si estuviera siendo redimido.
La Hagadá entera está construida bajo estos cuatro principios.
¿Por qué preguntar?
La Hagadá le da mucho peso a las preguntas incluso están las preguntas explicitas en ella para que puedas incentivar a tus hijos a preguntar. Incluso hay historias de rabinos que hacían cosas raras en el seder para que sus hijos notaran el cambio y preguntaran por él. Sin embargo, porque son tan importantes. Porque es la base de cualquier conocimiento, es la base de cualquier crecimiento y es la base de cualquier relación. Todo aprendizaje comienza con una pregunta; la base del involucramiento es el misterio. Cuando una persona cree saberlo todo, ya no se relaciona con el mundo que lo rodea simplemente lo declara y rompe toda posibilidad a cualquier cambio, a cualquier descubrimiento nuevo; por ende a cualquier crecimiento y cualquier relación. Para crecer necesariamente tenemos que estar abiertos a conocer lo que no es evidente para nosotros, sin cancelarlo inmediatamente.
¿Cómo revivir la vivencia?
Varios textos de la tradición judía se preguntan que quiere decir que uno debe considerarse como si uno mismo hubiera sido salvado de Egipto. Remarcan que no es lo mismo decir que nuestros antepasados fueron a decir que fue uno mismo. Uno forma de verlo es que uno debe intentar imaginar lo que era vivir la esclavitud e involucrarse personalmente desde esa directriz. Miesntras que la respuesta que da el Baal Tanya es que cada quien tiene que reconocer su Egipto personal y liberarse de él. Esto lo hacemos también con el jametz, uno tiene que asomarse a ver aquellas cosas que no lo dejan crecer como persona y realizar los cambios internos necesarios para crecer.
¿Por qué recordar lo malo?
En Pésaj uno también reconoce, todo el crecimiento que podemos llegar a tener a través de la adversidad. Hay varios pasajes de la Torá que nos recuerdan que fuimos esclavos en Egipto ¿por qué? Porque esa adversidad nos vuelve empáticos. Uno debe recordar el dolor que ha vivido en su vida y ser humilde para recibir al otro. Debe abrirse a ver al prójimo y entender la situación que vive.
¿Por qué el corbán Pésaj?
El sacrificio de Pésaj estaba prohibido hacerlo a solas, uno debía juntarse con más personas para realizarlo, ya sea su familia, sus amigos o alguien. Eso impulsa a la persona a reconocer la belleza de poder tener alguien con quien caminar en este mundo. Como judío uno no está solo, hay más gente con la que puede uno compartir sus tradiciones y crecer espiritualmente en conjunto. Rab Hirsch en su comentario da otra interpretación a esto, nos dice que fue el momento en que reconocieron un poder más grande que ellos mismos, que el individuo vio más allá de sí mismo y en base a ello creo la unión con quienes lo rodeaban.
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