El ataque militar que provocó la paz

En la década de los 60, Gamal Abdel Nasser amenazaba constantemente al Estado de Israel, pero un 5 de junio de 1967, bajo el liderazgo del recién nombrado Ministro de Defensa Moshe Dayán, el estado de Israel hizo un ataque preventivo venciendo, en solo 6 días, a los 3 países árabes vecinos: Siria, Jordania y, por supuesto, Egipto.

Devastado y humillado el presidente de Egipto Gamal Abdel Nasser juró que no dejaría de intentar destruir al estado judío, pero en 1970 un infarto fulminante terminó con su vida.

Anwar Al Saddat sería el hombre que continuaría con la misión, ya no de destruir al estado de Israel, sino de recuperar la península del Sinaí que los israelíes habían logrado tomar en la guerra anterior.

Un nuevo intento se puso en marcha: El armamento de procedencia soviética se reunió y la fecha de ataque se estableció, pero en esta ocasión, no se trataba de una fecha cualquiera, pues el día elegido para iniciar la guerra fue el mismísimo Yom Kipur, el día más sagrado en el calendario judío.

De nuevo, Israel logró defenderse, sin embargo, en aquel octubre de 1973, el estado judío no logró salir ileso, y tuvo que soportar la terrible cifra de 3,000 soldados israelíes muertos.

Lo que es un hecho es que en aquellas guerras ganadas y guerras perdidas, lo único que abundaba en ambos pueblos eran miles de vidas destruidas, niños huérfanos por la guerra y por lo tanto familias incompletas.

El dolor era tanto que las posturas cambiaron, el débil entendió que nunca le ganaría al fuerte y el fuerte entendió que el enemigo pequeño también puede provocar heridas de muerte.

Era hora de cambiar, de abrir un diálogo y de negociar, era hora de llegar a un acuerdo de paz.

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