Enlace Judío México e Israel – El ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel, Amijai Chikli, visitó México para conmemorar el Yom Hashoá, donde encontró una comunidad a la que definió como “un pequeño imperio judío”.
En entrevista exclusiva, el ministro aprovechó para exponer su punto de vista respecto a la polémica reforma judicial emprendida por el actual gobierno de su país, así como para llamar a México a adoptar la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional de Recordación del Holocausto.
Antes de encabezar el Ministerio de Asuntos de la Diáspora, Amijai Chikli fue un aguerrido diputado de oposición en la Knesset. En 2021, Chikli llegó al Congreso de la mano de Yamina, el partido de Naftali Bennett, pero luego decidió integrarse a Likud y oponerse al gobierno de amplia coalición que, hasta las pasadas elecciones, intentó estabilizar la complicada vida política israelí. Unir fuerzas con la izquierda y con los partidos árabes no era admisible para Chikli.
Con la misma energía, Chikli, de 41 años, clava su mirada intensa en los ojos del entrevistador, y responde elocuentemente cada pregunta que este le hace.
Y aunque dice que no ha venido a México para hacer política ni para discutir la polémica reforma judicial que el primer ministro Netanyahu promueve, no tiene ningún reparo en hablar sobre ello con Enlace Judío.
“Creo que es una reforma muy, muy importante que debe llevarse a cabo. Obviamente, es mucho mejor si podemos lograr un consenso más amplio”
Lo dice Chikli en lo alto de un rascacielos desde donde puede contemplarse la Ciudad de México, con tantos habitantes como Israel (sin considerar su Zona Metropolitana), y cuyo cielo luce contaminado esta tarde primaveral.
“Se ve en las encuestas que el público en Israel busca consenso, busca un compromiso. Pero también entiende la necesidad de esta reforma judicial”, agrega el político. Chikli hace el mismo diagnóstico que otros analistas, algunos desde la izquierda, quienes piensan que Suprema Corte de Israel tiene un peso demasiado poderoso, incluso desequilibrado. Ofrece, como muestra un ejemplo:
“El año pasado, la ministra de Educación, Shasha-Biton, quiso revocar el Premio Israel que sería otorgado a un profesor, Goldreich, que es partidario del BDS. Dijo que no había razón para otorgar un premio a un profesor que piensa que necesitamos boicotear al estado de Israel. Tiene sentido. Pero la Corte Suprema la obligó a entregar el premio al profesor Goldreich. Entonces, la ministra de Educación ni siquiera tiene la autoridad para decidir quién recibirá el premio debido a la Corte Suprema”.
Chikli dice que este es solo un pequeño, prácticamente insignificante ejemplo del desmedido poder que, en su opinión, tiene la Corte en un país donde ni siquiera hay todavía Constitución.
La designación del Abogado Asesor del Estado, la política migratoria y otras funciones que normalmente le corresponden al Ejecutivo, en Israel quedan en manos de los magistrados. Por eso, el ministro para la Diáspora dice que “la reforma es importante. Y espero que lleguemos a un consenso y que la tengamos eventualmente”.
Sin embargo, las encuestas más recientes parecen castigar al Likud, el partido del primer ministro y del representante de su gobierno ante los judíos del mundo, que hoy se encuentra en México y que accede a opinar respecto a esta histórica baja en las intenciones de voto de la población israelí por el partido que encabeza Netanyahu. ¿Es esta tendencia un efecto de la reforma judicial?
“Creo que la situación de seguridad es más relevante que la reforma judicial porque vimos un declive debido a la situación de seguridad, menos que a la reforma (…). La historia está abierta con Hamás y con Hezbolá. Y seguimos sin responder como debiéramos al desafío y a los ataques que estamos enfrentando. Y espero y estoy seguro también que responderemos (pero) tomará tiempo”.
“Se necesitan más de tres meses para establecer una nueva estrategia e implementar los cambios que queremos hacer. Se necesitaron más de tres meses para crear, por ejemplo, la Guardia Nacional. Y sí, la reforma judicial en sí también es un componente de la caída que vemos en las encuestas.
“Hay una campaña muy fuerte contra el gobierno, una campaña que creo que también cruzó una línea roja al involucrar a los militares, alentando a los pilotos u otros soldados a no servir debido a la reforma judicial.”
Chikli apunta sus torpedos contra varias figuras de la oposición política, como el exprimer ministro Ehud Olmert, de quien dijo, “actúa como partidario de BDS”, y al también exmandatario Ehud Barak, que “perdió completamente la cabeza. Dice que tenemos que rebelarnos contra el gobierno y decirle a las tropas que no sirvan en el ejército si prosperan las reformas judiciales… Afortunadamente, la gente no está con ellos”.
En opinión de Chikli, las posturas más radicales de la izquierda israelí, así como las de la ultraderecha, han sido más castigadas en las preferencias electorales que el relativamente centrista Likud.
“La extrema izquierda, incluido Yesh Atid, con Lapid, que lidera un enfoque muy, muy agresivo hacia el gobierno, lamentablemente, creo que es irresponsable. Pero lo va a pagar y lo está pagando en las encuestas”.
“Puedes verlo ahora. Es la líder de la oposición formalmente. Pero en términos de poder político y relevancia, no es realmente el jefe de la oposición. No es relevante.”
Un pequeño imperio judío
Pero Chikli no ha venido a México para hablar sobre la polémica reforma sino para ver con sus propios ojos el mural que, por iniciativa de ILAN y su presidente, Isaac Assa, México obsequiará a Israel, con motivo de su cumpleaños 75 y del aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Llegó en Yom Hashoá (día de recordación del Holocausto) para conocer el mural que será expuesto en el aeropuerto Ben Gurion, sí, pero también “para visitar el proyecto en el que estamos invirtiendo”, el de la educación judía y el liderazgo comunitario en la Diáspora.
No ha necesitado mucho tiempo para constatar lo que otros han dicho sobre esta comunidad.
“Lo resumo diciendo que la comunidad judía en México es un pequeño imperio judío. Cuando ves los datos, más del 90% de los niños (judíos) van a escuelas judías; cuando ves la cantidad de voluntarios en la comunidad, la comunidad que está tan involucrada, comprometida con la vida judía, con el sionismo; cuando ves el amor independiente al Estado de Israel, esto es algo que no ves en todas las comunidades. Es diferente a lo que ves en otras comunidades. Y la falta de cinismo también es algo que es único de lo que vi aquí en México.”
Para Chikli, los judíos “somos una nación”. Por eso, a los miembros del gobierno de Israel, “nos importa mucho lo que sucede en las comunidades judías de todo el mundo, especialmente en el Ministerio de la Diáspora. Algunas comunidades están más orientadas políticamente. Lo vemos en algunas de las comunidades de Norteamérica. Algunos están menos metidos en la política interior israelí y estamos de acuerdo con el enfoque de los dos.
“Aquellos que critican al gobierno, lo hacen porque les importa el Estado de Israel. No lo vemos como si estuvieran haciendo algo malo. Y aquellos que dicen ‘tenemos un enfoque positivo incondicional del Estado de Israel y no nos interesa la política del Estado de Israel’, también respetamos este enfoque. Así que estamos de acuerdo con ambos enfoques. Y nos importa mucho lo que las comunidades judías tienen que decir”.
Sobre el caso concreto de la comunidad judía en México, Chikli celebra que se trate de “una comunidad muy poderosa y muy comprometida. Y creo que es un modelo no solo para otras comunidades en el extranjero, sino también para nosotros en Israel.
“Quiero mencionar una experiencia cuando visité el Colegio Maguén David y vi una exposición que hicieron los estudiantes para el Día de la Memoria del Holocausto. Absolutamente increíble. Una versión más pequeña que crearon, y están trayendo a más de 500 no judíos a visitar durante todo el año. Y cada año cambiarán la exposición. Fue muy inspirador verlo.
“Acabo de llamar al CEO de Yad Vashem. ‘Tienes que ver lo que están haciendo aquí en una pequeña escuela en México’.
Así que creo que son una comunidad inspiradora y estoy muy feliz de estar aquí. Me siento muy afortunado y espero que hagamos grandes cosas juntos: empoderar la educación judía, la educación sionista. Y en el campo nacional tal vez convenzamos al gobierno para que adopte la definición de la IHRA, que es una herramienta muy, muy importante para combatir el antisemitismo de manera efectiva.”
La eterna lucha contra el antisemitismo
Si se atiende solo a los ejemplos que expone cuando se le pregunta a Chikli sobre qué ha tenido que enfrentar en su gestión en materia de antisemitismo en el mundo, cabe coincidir con él en que el trabajo es intenso y, pareciera, interminable.
“Solo la semana pasada, tuvimos un incidente de antisemitismo en Polonia, donde una marioneta con la palabra “Judah” escrita en ella fue prendida en fuego. Tuvimos que instruir a nuestro embajador en Polonia para que respondiera seriamente. (También) hubo un incidente en Atenas, en un partido de basquet bol, donde quemaron una bandera de Israel y lanzaron piedras a los aficionados del Apoel (de Jerusalén).
“Tuvimos que ocuparnos de ello y afortunadamente la FIBA tomó serias medidas: les prohibió (al AEK, el equipo rival) llevar a su público y también les impuso una multa que tendrán que pagar. Tenemos (también) a Fancesca Albanese, diciendo que el Estado de Israel no tiene derecho de proteger a sus ciudadanos en Judea y Samaria, y muchos, muchos incidentes más que ocurren cada semana”.
Para el gobierno israelí, dice Chikli, la filosofía es que no debe guardarse silencio respecto a ningún incidente antisemita. “Vamos a pelear, a nombrar y a avergonzar a cada individuo o grupo que ataque al pueblo judío por serlo, incluso si es un ataque a la identidad judía colectiva, al movimiento sionista o al Estado de Israel.
“Por cierto, la mayoría de los incidentes son lo que llamamos nuevo antisemitismo: BDS, y van contra el Estado de Israel y el sionismo, pero muchas veces, los que pagan el precio no son el Estado de Israel en sí, sino que puede ser un estudiante en la Universidad de Berkeley o en Europa.
“A veces, la gente en la Diáspora enfrenta más que un israelí promedio”.
Chikli celebra que en América Latina, la situación para las comunidades judías sea relativamente buena, en comparación con Estados Unidos o Europa. “Es interesante que ustedes tengan una fuerte identidad judía, comunidades muy fuertes, y que sean capaces de darnos respuestas a estos desafíos como una comunidad unida”.
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