Los esfuerzos para reparar las relaciones UE-Israel se deben aplaudir

Las relaciones entre Israel y la UE, que han tenido una buena cantidad de altibajos en las últimas décadas (a decir verdad, más bajos que altos), ahora parecen estar en una fase ascendente después de una larga reunión en Bruselas el martes entre el Ministro de Asuntos Exteriores Eli Cohen y el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, publicó The Jerusalem Post.

¿Cómo pueden mantenerse consistentes las relaciones Israel-UE en un constante vaivén de altibajos?

Tal es el repunte que el Ministerio de Relaciones Exteriores, luego de la reunión que duró más de dos horas y media, emitió un comunicado diciendo que se había pasado una “nueva página” en los lazos de Israel con la UE y que este año tendrá lugar una cumbre Israel-UE, “probablemente en Jerusalén”.

Si bien la declaración de Borrell después de la reunión no mencionó ni una “nueva página” ni que la próxima reunión del Consejo de Asociación Israel-UE, la “cumbre” en la jerga del Ministerio de Relaciones Exteriores, se llevaría a cabo en Jerusalén, adoptó un tono significativamente diferente del que tomó Borrell a mediados de marzo.

Luego, en un artículo que escribió cuando Israel estaba en medio de un aumento feroz del terror, Borrell pareció comparar a las víctimas del terrorismo israelí con los palestinos eliminados en las respuestas de las FDI a ese terror. También comparó la negativa de Hamás a reconocer el derecho de Israel a existir y el “acuerdo de coalición del gobierno de Netanyahu [que] niega el derecho de los palestinos a su propio estado”.

Esas comparaciones enfurecieron a Jerusalem y provocaron una llamada telefónica enojada de Cohen. Posteriormente, se citó a funcionarios israelíes diciendo que el gobierno dejó en claro a Borrell que no era bienvenido a visitar (sin embargo, no se estaba planeando tal visita en ese momento).

Las mejoras entre la UE e Israel han experimentado cambios constantes

Después de años de una mejora constante en las relaciones diplomáticas entre Israel y la UE que comenzó cuando Borrell reemplazó a Frederica Mogherini en 2019 y Gabi Ashkenazi se convirtió en ministro de Relaciones Exteriores en 2020, y que continuó bajo el mandato de Yair Lapid como ministro de Relaciones Exteriores, de repente pareció que la relación con el nuevo gobierno retrocedió a los días tensos que a menudo caracterizaron la relación durante el mandato anterior del primer ministro Benjamin Netanyahu.

Esos años estuvieron marcados por la santurronería de la UE predicando a Israel y amenazando con dar varios pasos en respuesta a las políticas de asentamiento del gobierno, y por funcionarios israelíes que frecuentemente atacaban y acusaban a la UE de un enfoque unilateral e hipócrita del conflicto.

Las cosas se deterioraron hasta el punto en que, luego de una decisión de la UE en 2015 de etiquetar como “productos de asentamiento” los productos fabricados en Judea, Samaria, el este de Jerusalén y los Altos del Golán, Netanyahu suspendió el diálogo diplomático de Israel con Bruselas y pidió una reevaluación de los lazos.

Aunque la declaración del Ministerio de Exteriores tras la reunión del martes entre Cohen y Borrell fue más positiva que la de la UE, de ambos comunicados se desprende que las partes están intentando mejorar las relaciones y seguir adelante.

Como dijo Borrell en su declaración, “La cooperación entre la UE e Israel es muy fuerte, y la UE está interesada en profundizar aún más esta relación, con la esperanza de que se celebre otra reunión del Consejo de Asociación este año. Tener el Consejo de Asociación como el máximo nivel institucional de diálogo bilateral es importante no solo para seguir fortaleciendo [la] relación UE-Israel, sino también por la importancia de la cooperación para hacer frente a los desafíos globales, entre ellos la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, o el rol regional de Irán”.

Borrell condenó los recientes ataques con cohetes y terroristas contra israelíes, pero también “recordó que cualquier respuesta debe ser proporcionada y acorde con el derecho internacional”. Expresó además “preocupación por la situación” en los territorios.

Si bien a Cohen seguramente le habría bastado sin la última parte de la declaración de Borrell, estaba muy lejos de la declaración del alto diplomático de la UE en marzo.

Ni Israel, para quien la UE es su mayor mercado de exportación, ni la UE, que solo puede desempeñar un papel diplomático regional si disfruta de un mínimo de confianza entre los funcionarios del gobierno israelí, se benefician de las tensiones entre ellos.

Ambos lados, después de todo, se necesitan mutuamente para servir intereses más allá de la cuestión palestina: Israel necesita la ayuda de la UE para presionar a Irán y la UE necesita gas natural israelí para ayudar a reducir su dependencia de Rusia.

El martes, las dos partes comenzaron a reparar las cercas que se rompieron gravemente en marzo. Esa ruptura no le hizo ningún bien a nadie. Los esfuerzos para repararla son dignos de aplauso.