Más de 200 economistas advirtieron este domingo que el presupuesto estatal del gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu acelerará el deterioro de Israel hasta convertirlo en un país del tercer mundo, informó Haaretz.
Los académicos citaron las subvenciones masivas previstas para al sistema escolar ultraortodoxo, así como el aumento de los estipendios para los estudiantes de yeshivá a tiempo completo.
En una carta abierta, advirtieron que la distribución prevista de los fondos del gobierno causará “un daño significativo a la economía de Israel y a su futuro como país próspero a largo plazo”.
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Con el fin de atraer al partido ultraortodoxo Yahadut Hatorá a su incipiente coalición, Netanyahu acordó el año pasado aumentar sustancialmente la financiación pública de las instituciones ultraortodoxas que no enseñan estudios básicos como matemáticas e inglés, por miles de millones de shekels al año.
Netanyahu también acordó aumentar los estipendios para los hombres ultraortodoxos que renuncian a un empleo a tiempo completo para estudiar en los kollels, o yeshivás para hombres casados, y aumentar la financiación de vales de comida de 850 millones de shekels (234 millones de dólares) a mil millones de shekels, a pesar de las advertencias de que el nuevo sistema politizaría el sistema de bienestar social.
Actualmente, el gobierno tiene previsto otorgar más de 200 millones a las escuelas que no enseñan materias básicas. El ministro de Vivienda y Construcción, Yitzhak Goldknopf, declaró que su partido Agudat Israel, que forma parte de Yahadut Hatorá, votará en contra del presupuesto si no recibe 600 millones de shekels adicionales para las escuelas primaria de varones jaredíes.
Agudat Israel rechazó la semana pasada una oferta de la mitad de esta cantidad, unos 300 millones de shekels. En caso de que el gobierno no apruebe el presupuesto, la Knéset se disolverá, lo que desencadenaría nuevas elecciones.
“Para permitir su integración en el mercado laboral, los niños deben recibir una educación adecuada, y los adultos deben recibir incentivos”, advirtieron los economistas.
“Lamentablemente, el gobierno israelí no solo no se ocupa de esta grave cuestión, sino que opta por medidas que agravan el problema y deterioran el futuro de la economía de Israel hacia el tercer mundo”.
Según documentos del Ministerio de Educación obtenidos por Haaretz, en 2019 más de 90,000 estudiantes jaredíes, el 27 por ciento de todos los estudiantes ultraortodoxos. fueron eximidos de estudiar materias básicas ese año.
Solo el 53 por ciento de los hombres ultraortodoxos ingresaron al mercado laboral en 2019, según un estudio del Instituto de la Democracia de Israel.
Datos recientes de la Oficina Central de Estadística de Israel muestran que la comunidad ultraortodoxa aportó solo el 2% de los pagos del impuesto sobre la renta, a pesar de constituir el 7% de los hogares israelíes.
En la reunión semanal del gabinete celebrada esta mañana, Netanyahu declaró que el presupuesto para 2023-2024 es “razonable”, ya que busca “igualar las condiciones de un niño ultraortodoxo a las de un niño secular, porque un niño jaredí no es la mitad de niño”.
Aunque las escuelas ultraortodoxas privadas que no enseñan materias básicas reciben menos fondos que las públicas, un examen de la distribución del presupuesto del Ministerio de Educación entre las escuelas privadas revela una clara preferencia por los alumnos jaredíes.
Los partidos ultraortodoxos se han acercado cada vez más a Netanyahu en los últimos años y forman parte de su gobierno. Actualmente, el mandatario depende de su apoyo para mantener la coalición.
Sin embargo, en una entrevista ofrecida el año pasado al profesor de psicología canadiense e icono conservador Jordan Peterson, Netanyahu declaró que las preferencias políticas y presupuestarias de los ultraortodoxos están llevando a Israel al “colapso demográfico y económico”, según el rotativo.
Líderes de la comunidad empresarial israelí e importantes economistas advirtieron además contra las consecuencias de la reforma judicial que busca limitar significativamente las facultades de la Corte Suprema de Justicia.
A principios de este año, cientos de economistas israelíes publicaron una carta de “emergencia” en la que alertaban de “graves daños” para la economía de Israel, mientras que una segunda carta abierta de decenas de exaltos funcionarios israelíes publicada poco después advertía que el plan del gobierno “causará un daño sin precedentes a la economía israelí”.
Desde entonces, funcionarios estatales se han hecho eco de sus advertencias, incluida la oficina del Ministerio de Finanzas, que advirtió al ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, que si la clasificación de la democracia israelí caía, afectaría a la calificación crediticia del país y probablemente causaría una disminución de aproximadamente 270,000 millones de shekels (73,841,112,000 dólares) en el PIB en el transcurso de cinco años.
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