Joseph Hodara / Israel: Dos factores quebrarán el presupuesto

Los sectores ortodoxos y nacional-religiosos ya han logrado en los hechos reformular en su favor el presupuesto nacional que habrá de presidir al país en los próximos dos años.

Conjeturo que en breve será formalmente aprobado con modestas enmiendas por la Knéset sin considerar tanto las masivas y reiteradas manifestaciones de protesta como las formales objeciones de la oposición.

Abrigo dudas, sin embargo, sobre el efectivo y el futuro desenvolvimiento del actual gobierno.

Una de ellas sugiere que, en estas circunstancias, sectores que en los últimos años imprimieron particular dinamismo a la economía se inclinarán a emigrar a países que ya les ofrecen atractivas condiciones.

Tendencia que ya se advierte en los últimos meses y que ganará dinamismo si las masivas protestas ciudadanas no revelarán efecto alguno.

Aludo en particular al personal y a las actividades vinculadas con la cibernética y la computación que aportan al país, directa o indirectamente, un tercio del producto nacional. Bien se sabe que sus líderes y la fuerza laboral empleada en estas actividades tienden a invertir y trabajar en países donde la democracia no encara riesgos.

Circunstancia que, a mi parecer, obligará al gobierno a alterar en los próximos meses el rumbo ideológico y político acordado si en verdad aspira a atenuar la crisis económica y financiera que desde el inicio del año trastorna al país.

Por otra parte, anticipo graves circunstancias que obligarán un radical viraje de la acordada actitud y composición gubernamentales: un choque militar, convencional o no, entre Jerusalén y Teherán.

Ciertamente, un escenario que involucrará altos riesgos si y cuando la capacidad cibernética del país se ve empobrecida como resultada de la fuga de talentos.

Circunstancias que impondrán cambios radicales en la presente estructura gubernamental y pondrán al desnudo la ineptitud de no pocos miembros del actual gabinete cuyas biografías apenas se ajustan a las obligaciones y a los
sacrificios de la mayoría ciudadana.

Confieso: personalmente quiero y anhelo estar en el error, pero mi andar profesional penosamente me obliga. Espero comprensión.

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