El controversial músico, exmiembro de la banda Pink Floyd y reconocido activista antisemita a nivel mundial, se ha vuelto a meter al ojo del huracán y probablemente vaya a tener problemas legales en Alemania por el reciente concierto que dio.
Por supuesto, otra vez comienzan los dimes y diretes entre sus defensores y sus detractores. Pero el asunto no se debe analizar de un modo tan simple.
Irving Gatell, partiendo del vergozoso episodio protagonizado por Waters, nos comparte una amplia reflexión sobre lo que es el arte, y sobre un mito que se ha desarrollado principalmente en los entornos ideológicos de la izquierda: que el artista tiene libertad para decir lo que sea.
Lamentablemente, el caso de Waters nos vuelve a demostrar que no, y por ello es importante entender de qué se trata la libertad de expresión, y cuáles deben ser los límites de la creatividad y el activismo de los artistas.
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