Sus partidarios están creando un nuevo libelo de sangre al universalizar el papel de Israel como la supuesta raíz de los abusos contra los derechos humanos en todo el mundo, no solo para los palestinos. Para alcanzar este objetivo, están apuntando a la base misma de los Acuerdos de Abraham, la famosa industria de ciberseguridad de Israel.
Gracias al software espía comercial, Jerusalén ha podido traducir las relaciones de seguridad en avances diplomáticos, ya que sus socios más confiables pudieron abordar algunas de sus amenazas más graves provenientes de grupos terroristas, oposición revolucionaria, extremistas ideológicos y crimen organizado.
“El escándalo mediático que rodea al ahora infame software Pegasus, supuestamente utilizado por varios aliados y países adyacentes, es solo un ejemplo de cómo el movimiento BDS ha logrado asociar a Israel con presuntos abusos contra los derechos humanos”.
Una campaña de desprestigio concertada junto con escándalos mediáticos prolongados, formados por un conglomerado de publicaciones de izquierda frecuentemente vinculadas a Qatar, asociados de la Hermandad Musulmana y simpatizantes de la Primavera Árabe dieron como resultado que la administración Biden incluyera en la lista negra al desarrollador de Pegasus, el Grupo NSO y varios otras compañías de la ciberseguridad israelí.
Las politizadas organizaciones de derechos humanos que están por detrás de esta campaña (Citizen Lab, Amnistía Internacional, ACCESS NOW y Front Line Defenders, con sede en Canadá) nunca han proporcionado pruebas de la presencia de Pegasus para una verificación independiente.
“Estas organizaciones fueron criticadas por varios expertos técnicos por no respetar un método científico y por incumplir con los estándares académicos de transparencia, verificabilidad y revisión independiente por pares. Su respuesta fue descartar, ignorar o directamente difamar a los expertos que discrepaban con sus informes”.
Si bien los métodos y motivaciones de estas organizaciones son un tema aparte, su impacto en Israel ha sido sustancial. NSO Group ha reducido significativamente su alcance a varios países, lo que ha socavado los esfuerzos diplomáticos de Israel y la expansión de los Acuerdos de Abraham.
El exministro de Defensa, Benny Gantz, prohibió a Israel la exportación abierta de cualquier software espía comercial a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros países. Más recientemente, Israel abandonó un acuerdo de seguridad cibernética con Marruecos, que parece perjudicial independientemente de la razón, debido al nivel de ataques en Rabat por parte de Amnistía.
Según los informes, India está buscando alternativas a Pegasus después de que la publicidad negativa llamara la atención sobre sus propias preocupaciones de seguridad, amenazando su floreciente relación de defensa con Israel.
La pérdida de clientes o clientes potenciales no se detiene con Pegasus. Otra empresa de software israelí, Predator, también se ha convertido en fuente de controversia. Otro aliado cercano y creciente, Grecia, finalmente votó a favor de prohibir todo el spyware comercial, lo que podría arruinar importantes acuerdos de seguridad con Israel.
“Se está presionando a los EE.UU. para que prohíba todo el spyware comercial. Si cumple, esto conducirá a la proliferación de software espía del mercado negro no regulado, arruinará la industria de ciberseguridad de Israel y provocará un aumento en los abusos contra los derechos humanos. Este estado de cosas beneficiaría a los regímenes hostiles, como Rusia, China, Irán y Corea del Norte”.
La máquina de propaganda del BDS publica abiertamente su nueva estrategia. Las relaciones comerciales y de seguridad de Israel están bajo ataque, y los esfuerzos de BDS están logrando que aliados como EE.UU. cierren empresas israelíes sin una investigación transparente o un examen justo de las pruebas y sin darle a Israel la oportunidad de confrontar a sus acusadores. Ahora está en marcha una nueva y siniestra fase de esta campaña internacional, implementada por intereses en connivencia contra Israel.