Mark Schiff ha estado abriendo para Jerry Seinfeld en gira durante 25 años y en el camino ha traído sus tefilín. El cómico es muy conocido por interpretarse a sí mismo en la serie de comedia Seinfeld, que creó y escribió con Larry David. En su gira durante 25 años y durante este tiempo, Schiff dijo que trata de mantenerse tan atento como puede en el camino, participando en los servicios de Shabat, ya sea en una sinagoga cercana o en su habitación de hotel. Pero es modesto en cuanto a su compromiso. Realmente espero que Dios marque una curva, bromeó, informa Israel National News.
En un libro de memorias publicado a fines del año pasado titulado “¿Por qué no? Lessons on Comedy, Courage, and Chutzpah”, Schiff detalla su vida y su carrera, desde sus comienzos desfavorables como un niño que creció en la ciudad de Nueva York hasta convertirse en un comediante que trabaja junto a un grupo de cómicos judíos que definieron una generación.
El penúltimo capítulo de su libro está lleno de encuentros con suficientes nombres en negrita como para poner celoso a Forrest Gump. Schiff ha colaborado de diversas formas con Robin Williams, Chris Rock, Rodney Dangerfield, Carl Reiner, Paul Reiser y más. Era un invitado habitual en programas nocturnos como “The Tonight Show with Jay Leno” y “Late Night with David Letterman”, y consiguió especiales tanto en Showtime como en HBO. Desde la década de 1970, cuando invitó con éxito a Bob Dylan a su departamento y se hizo amigo de Anthony Hopkins durante su presentación en Broadway de “Equus”.
“En su mayor parte, la proximidad de Schiff a estas estrellas se produjo como resultado de un trabajo persistente durante un largo período de tiempo. Pero incluso por eso, Schiff está agradecido”.
No cambiaría esos días por nada, y ninguno de los amigos con los que empecé, escribe en su libro. En una noche cualquiera, había veinte de nosotros compitiendo para continuar. No había otra forma de decirlo excepto que nunca me sentí tan vivo.
Schiff todavía “trabaja limpio”, evitando esas famosas palabras de cuatro letras, en parte porque eso es lo que hacían la mayoría de los cómics antes de la llegada del streaming y HBO, y en parte debido a su dedicación a su fe. Siempre ha incorporado chistes judíos en sus sets y apenas cambia su material para audiencias que sabe que serán fuertemente judías.
“Como compartió, Schiff, de 71 años, atrapó el gusanillo de la comedia por primera vez a los 12 años, cuando sus padres lo llevaron al Boulevard Night Club en Rego Park, Queens, para ver a Dangerfield, una leyenda de la comedia judía que obtuvo mucho respeto”.
Rodney atravesó las cortinas y comenzó a contar estos chistes de una sola línea y la audiencia estaba golpeando la mesa, gritando y riéndose. Miré a mis padres, nunca los había visto reírse tanto en toda su vida. Y tuve una inspiración, esto es todo. Sé lo que quiero hacer para ganarme la vida, recordó Schiff en una entrevista.
A partir de ahí, Schiff hizo todo lo que pudo para aprender el oficio de la comedia: ver comediantes en la televisión, comprar discos de comedia y cuando tenía 16 años, obtener una identificación falsa para poder ver a los grandes en persona en el club de comedia The Improv. Corte a mediados de los años 70 y Schiff se encontró actuando regularmente en el club Comic Strip junto a stand-ups que solo estaban tratando de aprender antes de dominar nuestras pantallas de televisión.
No había Seinfeld, solo estaba este tipo, Jerry, que recién comenzaba a convertirse en comediante. Su grupo incluía a Reiser, Gilbert Gottfried, Hiram Kasten y Larry Miller. Todos los judíos sentados en el bar esperando la oportunidad de subir al escenario y empezar a ser buenos en esto. ¿Conoces a esos amigos que haces al principio de la escuela? Como segundo grado, ¿se convierten en tus amigos de por vida? Esto es lo que pasó con nosotros.
Schiff, ahora residente de Los Ángeles desde hace mucho tiempo, ha llenado su libro con tantas anécdotas detrás de escena de ser un comediante en activo que es la continuación perfecta de “The Marvelous Mrs. Maisel”, y podría ser aún más judío. Por ejemplo, su uso de la palabra yiddish shmendrick puede no ser completamente único, pero es más raro encontrar una versión humorística del concepto de olam ha-ba, o el “mundo por venir” adyacente al más allá del judaísmo.”Florida sin la humedad . Pastel de chocolate sin calorías. madres judías sin los gritos”.
Cuando llegó la pandemia de COVID, Schiff había estado contribuyendo con ensayos para el LA Jewish Journal. Cuando su programa de giras se evaporó, cambió de marcha y comenzó a escribir durante seis o siete horas al día.
“Ya tenía un montón de historias escritas y publicadas, y luego llegó la pandemia y dije: ‘Sabes, Mark, es posible que tengas un libro aquí”.
También tenía alguna experiencia previa útil. En 2007, Schiff fue coautor de “I Killed: True Stories of the Road from America’s Top Comics” que los jóvenes comediantes consideran casi como la biblia de la carretera, alardea Schiff. El libro le da al lector un vistazo a los altibajos de la vida de las giras de la realeza de la comedia, desde Seinfeld hasta Joan Rivers, desde Larry David hasta Mike Myers.
La experiencia de stand-up de Schiff le sirvió mucho para escribir estas nuevas memorias. Cada historia tiene unas 700 palabras y como comediante, tienes que hacerlo de inmediato. Tienes que llegar al meollo del asunto de inmediato. No puedes parar, así que hay muy pocas tonterías en esto. Podría haber titulado el libro Sin tonterías’ si hubiera querido.
A pesar de los altibajos que recuerda el libro de Schiff, desde una infancia tumultuosa hasta un ataque de alcoholismo, el judaísmo y la firme creencia en Dios son las fuerzas impulsoras de su vida. Por ejemplo, aprender sobre lashón hará, chismes escandalosos que la Biblia prohíbe, le enseñó a mantenerse alejado de “golpear” en la comedia, aunque, para que algo sea divertido, ciertamente tienes que elegir algo bueno, admitió Schiff, pero no lo llaman chiste por nada.
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