En una noticia de hoy, que refleja la de hace unos días, los jueces designados para evaluar el famoso Caso 4000, advirtieron a la parte acusadora que su caso era endeble, lo que suscitó una gran polémica, especialmente entre quienes se oponen a Netanyahu.
Mientras las redes sociales y los diarios se incendian en sentencias lapidarias contra el mandatario, Gabriel Ben Tasgal cuestiona la solidez jurídica del caso, la imparcialidad de la Fiscalía, y el papel de muchos medios de comunicación y de diversos periodistas a la hora de presentar a Netanyahu como culpable de algo que, si bien él mismo considera inmoral, no se halla siquiera tipificado en el Código Penal de Israel.
“Lo que ocurre con Benjamín Netanyahu es que provoca reacciones viscerales entre las personas en Israel y también entre miembros de las comunidades judías de la diáspora que conocen la interna israelí”, dice Ben Tasgal en entrevista. “Y también tienen una reacción muchas veces visceral hacia Netanyahu o hacia lo que Netanyahu representa. Entonces, plantear desde el punto de vista técnico qué ha ocurrido en el juicio y por qué este juicio es especialmente importante, puede provocar que el oyente que nos esté viendo diga ‘bueno, pero Gabriel tiene posturas o Enlace judío tienen posturas pro Netanyahu y anti Netanyahu’.”
Esa aproximación visceral es, en opinión de Ben Tasgal, un peligro, pues provoca que “personas racionales actúen de forma no racional. Es parecido a lo que provoca, por ejemplo, Cristina Kirchner en Argentina y Jair Bolsonaro en Brasil, o incluso Donald Trump en Estados Unidos”.
El caso más grave en el que se implica a Netanyahu es el 4000
Donde se le acusa de favorecer económicamente a Shaul Elovitz, dueño del sitio web Walla y de la telefónica Bezek, a cambio de recibir una buena cobertura mediática. “Entonces, ahí se la acusa de soborno y también de abuso de confianza y no cumplir con la expectativa que se espera de un cargo”.
Sobre esta segunda acusación, Ben Tasgal opina que “no queda claro en la tipificación del delito a qué se refiere. Puede ser trillones de cosas (…), pero si hay soborno y efectivamente se demuestra que hubo soborno, entonces también habría abuso de confianza. Están ligados una cosa con la otra”.
En cuanto al Caso 2000, se acusa a Netanyahu de haber influido en un asunto comercial entre dos diarios para obtener de uno de ellos una postura menos crítica contra su gobierno. Mientras que en el Caso 1000, se le imputa por haber recibido costosos regalos de un magnate, a cambio de ayudarlo a recuperar su visa para entrar a Estados Unidos.
“Es un caso en donde tenemos a un millonario, Milchen de apellido, que es productor de películas en Estados Unidos y demás, que se acusa de haber dado regalos en algunas joyas, habanos y champán por valor de 700.000 shekels. O sea, más o menos 200 mil dólares en regalos a Netanyahu, y que Netanyahu lo ayudó en algunas acciones que no debería haber hecho, como por ejemplo, pedirle a John Kerry que le extienda la visa en Estados Unidos, que se la habían cancelado porque Milchen había intermediado a favor de Israel en un tema de armas.
“Entonces, le habían cortado su visa en Estados Unidos y una de las acusaciones es que Netanyahu intervino a favor de esta persona. Netanyahu argumenta: ‘No fue esa cantidad de dinero y además yo también di regalos y a mí también me dieron regalos y era legal según mi asesor —que era un abogado muy famoso que falleció— recibir regalos de amigos’.”
‘Tráeme la cabeza de Bibi'”
Uno de los dos casos que se encuentran en curso actualmente, el Caso 4000 (siendo el otro el 1000) resulta, para Ben Tasgal, dudoso desde la perspectiva jurídica.
Primero que nada, opina, habría que demostrar que, efectivamente, la cobertura mediática que realizó Walla fue favorable para Netanyahu, y también, que este sobornó a su dueño y lo instruyó para que inclinara la balanza editorial a su favor.
“¿Qué hicieron? Como no lo pudieron demostrar, la Fiscalía le pidió a la justicia retocar la carta de acusación y en vez de ponerle que había hecho buena cobertura mediática, la acusación era ‘cobertura mediática desproporcionada a los pedidos de la oficina del Primer ministro’. O sea que el medio de comunicación accedió a hacer muchos cambios por pedido de la oficina del Primer Ministro”.
La Fiscalía tampoco ha podido demostrar que Netanyahu se reunió con el director general del medio para darle la orden de favorecerlo. “Ahora, muchos de los testigos en este caso dicen ‘a mí me presionaron y me trajeron en un caso a una amante de un testigo para que se transforme en testigo de la Fiscalía y me la pusieron adelante para amenazarme, que iban a destruir mi familia’, y a otro: ‘me amenazaron que tenían cosas en mi contra para presionarme a que diga cosas en contra (de Netanyahu)’, la frase que se repite es: ‘Tráeme la cabeza de Bibi’.”
Para Ben Tasgal, en ese contexto, la actuación de los jueces representa “una bendición para nuestra justicia. Le ponen freno a la Fiscalía y también a la defensa cuando se pasan de la raya. Son ejemplares. Los tres jueces le dicen, a través de una filtración, pero la filtración va a parar a uno de los dos periodistas portavoces de la Fiscalía, que no hay carne para condenar a Netanyahu. Por lo tanto, le sugieren, le aconsejan, que se bajen del carro”.
Un antecedente peligroso
Ante buena parte de la opinión pública, azuzada por los medios de comunicación, Netanyahu ya es culpable. Sin embargo, cada vez surgen más dudas desde el punto de vista legal. Para Ben Tasgal, la actuación de la Fiscalía es un motivo de horror, pues parece proclive a fabricar pruebas con tal de comprometer la carrera política del primer ministro.
“En algunos aspectos del proceso a Netanyahu estoy tan horrorizado que hoy me puedo declarar claramente pro palestino, porque si llevaron a juicio a un primer ministro con las pruebas que tuvieron, yo, a partir de ahora, quiero saber que cuando llevan a juicio a un palestino realmente tienen pruebas. Porque si me guío por lo que acaba de pasar en este juicio al primer ministro, me da vergüenza a mí lo que ha ocurrido con la Fiscalía, con la Fiscalía y la asociación, el negocio Fiscalía-Policía-medios de comunicación”.
Si bien el juicio parece endeble, para Ben Tasgal, sin embargo, el primer ministro Netanyahu es, al menos desde el punto de vista moral, cuestionable, “porque recibir regalos de gente siendo tú primer ministro y siendo además millonario, para mí, es una vergüenza”.
Lo compara con Manajem Beguin, a quien considera su ídolo, y de quien dice que, al terminar su mandato, era tan pobre que hubo que hacer una colecta entre sus seguidores para comprarle una casa, pues no tenía ni dónde vivir.
“Ahora tenemos a este primer ministro y a otro primer ministro que recibe regalos, habanos, champán. Para mí está mal. Moralmente está mal. Este es un punto. Moralmente no debería ocurrir. La pregunta es si es una violación del Código Penal. Y ahí te digo que la Fiscalía ha hecho tantos errores que se están llevando un sopapeo, un nocaut por ahora de la defensa”.
En opinión de nuestro entrevistado, las implicaciones políticas del caso son tan graves como las éticas, que enfrentan los prejuicios de unos y otros y ponen de manifiesto la tendencia a usar a la justicia instrumentalmente para resolver lo que en las urnas no puede resolverse.
Una de las consecuencias que Ben Tasgal considera nefastas de todo este proceso, por ejemplo, es el boicot que Yair Lapid le declaró al gobierno de Netanyahu so pretexto del caso, y que derivó en la alianza del ahora primer ministro con Ben Gvir, una figura de la ultraderecha más radical de Israel. “Por lo tanto yo, primera cosa que te digo, es que puede ser que debido al deterioro del caso en contra de Netanyahu, Benny Gantz se termine uniendo al gobierno, cosa que sería la primera novedad”.
En cuanto al contenido de la polémica reforma, Ben Tasgal resalta que, aunque contiene puntos absurdos (como la pena de muerte para terroristas y las restricciones de vestuario para visitar el Muro de los Lamentos), también incluye medidas necesarias, como limitar la incidencia de los jueces en asuntos que no vulneran los derechos humanos y que solo representan decisiones del gobierno en temas administrativos o políticos.
También es necesaria una reforma a la Fiscalía, opina, pues “está fuera de control” y actúa facciosamente. “No se puede permitir algo así. A menos que tú consideres que la democracia es buena si te sirve ideológicamente, está mal (…).
“Ahora bien, dentro de la reforma, el gobierno hizo un montón de cosas apresuradas de manera prepotente, pero se sentaron a hablar. Entonces, si tú estás a favor del gobierno, vas a decir que la culpa la tuvo la oposición, que no quiso ceder en nada. Y si tú eres parte de la oposición, vas a decir que el gobierno es prepotente y que nunca quiso negociar.
“Lo importante ahora es que se están empezando a aprobar ciertas cosas de manera escalonada. Lo primero que está sobre la mesa es reducir el principio de razonabilidad, y es que los jueces no puedan anular una decisión del gobierno cuando fue tomada por el procedimiento correcto y legal porque ellos consideran que es demasiado extremo lo que ellos han hecho y no se trata de un tema de derechos humanos.
“O sea, quieren reducir la capacidad de un juez de anular lo que decía el gobierno porque se le canta al juez, porque él se cree Platón y cree que él sabe más que los políticos. En este asunto, principio de razonabilidad, quieren achicar, reducir la capacidad del juez para intervenir.
“Ahora bien, si bien el Gobierno y dice que, ante cualquier violación de los derechos humanos, el juez no debería intervenir, yo voy a salir a la calle a protestar también. Porque si por ejemplo te dicen a ti que no puedes tener hijos porque se le ocurrió al gobierno, eso es una medida extrema, irracional y ahí el juez debe intervenir para defender los derechos humanos del ciudadano. La pregunta es si puede intervenir ante cualquier cosa que él considere irracional”.
Un loco o un héroe
Según Ben Tasgal, la Fiscalía ha arruinado la carrera política de muchas personas, a menudo mediante la fabricación de causas penales, y piensa que cuando decidió acusar a Netanyahu, ese era su propósito, “se imaginaban que con la emisión de la carta de acusación, Netanyahu iba a renunciar y con eso se terminaba su carrera política”.
Lo que no se imaginaron los acusadores fue que “este loco —porque no hay otra forma de definirlo— , en vez de renunciar dice ‘yo voy a salir a juicio y les voy a ganar’. Cuando él sale a juicio empieza a surgir” información que pone en tela de juicio las acusaciones que, mediáticamente, habían sido instauradas como ciertas en la mente pública.
“Netanyahu tiene que terminar su papel en el Gobierno por voto popular. La gente que piense que está mal recibir regalos, que no lo vote más. Está bien. Está bien. Él tiene que terminar por la urna. No puede terminar su cadencia por una demanda judicial. Y menos cuando esta es tan endeble. Eso es lo que piensa un demócrata en serio.
“Si eres un demócrata en serio, tienes que defender al palestino que ha sido procesado de forma ilegal. Tienes que exigir justicia igualitaria para todos y tienes que exigir que a un primer ministro de Israel, sea Netanyahu, sea Ehud Barak, sea Yair Lapid, se lo procese con pruebas contundentes. Si no, pasas a ser alguien que es visto como alguien que hizo una persecución política para terminar la carrera de un primer ministro en una sala de acusaciones”.
Para concluir, Ben Tasgal sentencia: “Somos judíos y, por lo tanto, nos guiamos por el principio de justicia. ‘Justicia, justicia perseguirás’. Ahora, en este juicio, se ve realmente qué posición ocupa cada uno. Conozco a muchas personas que no votan a Netanyahu y que dicen ‘esto está mal’. Y personas que lo votan, que dicen ‘a pesar de que el caso, el juicio en su contra es endeble, yo no puedo aceptar que un primer ministro reciba ningún tipo de regalos. Eso también está mal’. Muy bien. Uno es una percepción moral y otro es una percepción legal. En una corte de justicia se procesa legalmente, moralmente, cada uno, en su urna, que vote en contra de Netanyahu”.
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