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jueves 19 de diciembre de 2024

Oppenheimer, el padre judío de la bomba atómica

El científico judío estadounidense Robert Oppenheimer es conocido como el “padre de la bomba atómica” y este año el director Christopher Nolan lleva su vida a la pantalla grande con Oppenheimer. ¿Cómo fue la relación de Oppenheimer con su origen judío? Aquí te brindamos datos clave.

La complicada relación con su judaísmo

Oppenheimer nació en 1904 y creció en Manhattan, Nueva York, hijo de una acaudalada familia judía secular de origen alemán.

Su padre, Julius Oppenheimer, era un empresario judío de Alemania que llegó desde Hanau a Nueva York en 1888.; y su madre, Ella Friedman, una pintora judía de Baltimore cuya familia llegó desde el sur de Alemania en la década de 1840.

Los Oppenheimer vivieron en una época en la que judíos de EE. UU. originarios de Europa buscaban alejarse de su identidad étnico-religiosa del viejo mundo y asimilar la vida americana por completo.

La familia Oppenheimer abrazó un camino hacia la asimilación al ser seguidores del llamado movimiento ético, una corriente de pensamiento que propugnaba hechos, no credos religiosos, iniciada por Felix Adler en 1876.

Adler, como el padre de Oppenheimer, era un judío originario de Alemania e hijo de un rabino reformista.

Oppenheimer y su hermano fueron educados en una escuela del movimiento, que favorecía los principios morales universales sobre los vinculados a una sola religión, como el judaísmo.

El físico y rabino Jack Schlachter, cree que dicha escuela pudo haber influido decisivamente en la cosmovisión de Oppenheimer, incluidas sus posturas políticas progresistas que a futuro le generarían problemas con Washington.

Robert Oppenheimer y su padre Julius a inicios del siglo XX.

Ray Monk, autor de la biografía Robert Oppenheimer: A Life Inside the Center, afirma que un amigo del físico, Isidor I. Rabi, creía que Oppenheimer trató de negar su origen judío.

Esta negativa a sus raíces, creía Rabi, pudo haber llevado a Oppenheimer a sufrir de un problema de identidad y a mantenerlo en un estado de dudar de uno mismo.

El físico judío Abraham Pais, uno de sus colegas contemporaneos, también llegó a considerar que la negativa de Oppenheimer a su judaísmo lo afectó y esto lo llevó a buscar un marco espiritual y ético a donde acoplarse.

No obstante, este sentimiento complejo hacia su origen no significó que se viera indiferente al pueblo judío en sus momentos más trágicos.

En 1954, durante su controversial interrogatorio por el gobierno de EE. UU., Oppenheimer recordó lo que sintió en los años 30 cuando tenía parientes en la Alemania bajo el régimen nazi.

“Tenía”, dijo, “una furia continua y ardiente por el trato que se daba a los judíos en Alemania. Tenía parientes allí, y más tarde ayudaría a sacarlos y traerlos aquí”.

En 1934, cuando Oppenheimer era profesor en Berkeley, destinó el 3% de su salario durante dos años para ayudar a los científicos judíos a salir de Alemania.

Sus colegas judíos y la bomba

Oppenheimer no fue el único científico judío que participó en el Proyecto Manhattan, el acelerado esfuerzo de EE. UU. para crear la primer arma nuclear.

En particular, 6 de los 8 líderes del Proyecto Manhattan eran judíos, y las filas del proyecto incluían a cientos de otros científicos, soldados y técnicos.

Un número significativo de los científicos clave del Proyecto Manhattan eran refugiados judíos de Europa, incluidos Hans Bethe, Otto Frisch, John von Neumann, James Franck, Edward Teller, Klaus Fuchs y Rudolf Peierls.

Muchos de ellos habían inmigrado a los EE. UU. después de haber sido invitados a realizar investigaciones en las mejores universidades sobre lo que se convertiría en elementos de la bomba atómica.

Por ejemplo, Franck, el físico italiano Enrico Fermi, quien huyó de la Italia fascista para proteger a su esposa judía, y el físico judío Eugene Wigner comenzaron su trabajo sobre la bomba en la Universidad de Chicago.

Leo Szilard, nacido en Hungría, un refugiado judío que se unió al Proyecto Manhattan, a menudo es reconocido como el genio creativo detrás de la bomba debido a su papel en la iniciación del proyecto en la Universidad de Chicago.

Szilard y Fermi patentaron un diseño de reactor nuclear.

Szilard también persuadió a Albert Einstein, un judío alemán pacifista que huyó de Europa cuando los nazis tomaron el poder, para que fuera coautor de una carta al presidente Franklin Roosevelt para financiar un programa de investigación nuclear de EE. UU.

Pese a que Einstein no participó activamente en el Proyecto Manhattan, sus teorías científicas sentaron las bases para comprender la energía nuclear.

Einstein y Oppenheimer, con 25 años de diferencia en sus vidas, se cruzaron en multitud de ocasiones, encontrándose en varias conferencias científicas, pero este último era de una generación más joven de físicos.

Robert Oppenheimer y Albert Einstein en 1950.

Sus lazos con Israel

Pese al alejamiento personal de su identidad judía, Oppenheimer se vio ligado a Israel por el tema nuclear cuando este era un país recien fundado.

En 1947, el futuro primer presidente de Israel, Jaim Weizmann, visitó la Universidad de Princeton y tuvo un encuentro personal con Oppenheimer.

Aunque en ese momento no se publicó el contenido de la reunión, Weizmann tenía un claro objetivo: su deseo de que el movimiento sionista desarrollara su propio reactor nuclear.

Oppenheimer fue directo en su postura a Weizmann: le parecía una mala idea que el entonces Yishuv fuera adelante con un reactor nuclear.

Se desconoce a ciencia cierta si Weizmann tenía interés en el tema nuclear solo para fines civiles o si acaso también para la creación de un arma nuclear.

Israel eventualmente estableció un centro de investigación nuclear, sobre todo, con ayuda de Francia.

Se cree que en secreto ha desarrollado decenas de armas nucleares, pero Jerusalén nunca ha declarado algo oficial al respecto.

En 1958, el Instituto Weizmann de Ciencias otorgó un reconociminento académico a Oppenheimer y a otros colegas científicos suyos, quien ofreció un discurso inaugural en ese momento en su Instituto de Física Nuclear.

En una conferencia en los años 60, Ben Gurión habló en parte de su plática con Oppenheimer en ese año de 1958 cuando tuvo un encuentro personal con él.

El entonces primer ministro dijo haber planteado a Oppenheimer la idea acerca de que Israel podría ser un refugio para científicos judíos de la diáspora que se sintieron ahí como en casa.

“Él [Oppenheimer] no era tan optimista como Einstein, pero pensaba que algunos podrían irse [a Israel]. Dijo que él mismo no se sintió a gusto en EE. UU. en la era McCarthy y, añadió, si hubiera sido más joven, se habría movido a Israel“, dijo.

“La vida no tiene sentido en EE. UU.“, dijo Oppenheimer a Ben Gurión, según relató el mandatario. “Tiene sentido en Israel“.

En 1966, un año antes de su muerte, Oppenheimer visitó de nuevo Israel como parte de su actividad docente. Una foto de él dando un discurso se encuentra en los archivos de la Biblioteca Nacional de Israel.

Robert Oppenheimer en el Instituto Weizmann de Israel en 1966.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

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