¿Peligra la democracia Israelí? El paquete de reformas al Poder Judicial impulsado por Netanyahu ha comenzado a materializarse con una primera iniciativa aprobada, que suscitó multitudinarias protestas y la preocupación de sectores estratégicos que van desde la industria de la alta tecnología hasta el Ejército.
Para tratar de entender las posturas antagónicas que se ven enfrentadas en este conflicto, invitamos a dos analistas con un amplio conocimiento de la situación política de Israel, pero con opiniones diferentes sobre la pertinencia de la reforma judicial.
Por un lado, Gabriel Ben-Tasgal, asiduo interlocutor de Enlace Judío y reputado periodista, autor y analista político, quien está de acuerdo con la reforma, si bien con múltiples matices; por el otro, Juan Taifeld, ex director de la Agencia Judía en México y América Latina, quien figura entre los opositores de la iniciativa del gobierno más derechista en la historia de Israel.
En un debate respetuoso e intenso, ambos analistas coincidieron en puntos clave, aunque fueron divergentes en sus interpretaciones y consideraciones.
¿Esta reforma constituye una amenaza real para la supervivencia de la democracia israelí?
Ben-Tasgal se dijo en contra de dicha opinión, y aprovechó para poner un poco de contexto en el debate.
“Y yo, que considero que veníamos arrastrando un problema de hace 30 años, en donde se debilitaba la democracia israelí por una invasión del Poder Judicial en los otros poderes”. El autor se refiere a la anulación del Principio de Legitimidad.
“Cuando los jueces eliminaron el principio de legitimidad, invitaron a un montón de ONG políticas a elevar que cualquier decisión del Poder Ejecutivo sea tratable ante un juez. Entonces aumentaron el caudal y la politización de la justicia. Y lo segundo que ha ocurrido es que la doctrina del juez Barak decidió que todo tema, incluso si es político, es judiciable. Entonces, tú lo que haces es invitas a la justicia a que se meta en temas políticos”.
Al respecto, Taifeld opinó que, más bien, el Poder Judicial en Israel ofrece un contrapeso a un poder, el Ejecutivo, que a menudo resulta desmedido, pues en un sistema parlamentario como el israelí, un ministro puede ser, al mismo tiempo, legislador.
“El Poder Judicial sirve para que leyes que pueden ser en contra de principios de equidad —que puede ser equidad de género, equidad en contra de, por ejemplo, poblaciones que no son judías—, decisiones que no sean democráticas” no prosperen. La idea es que el Poder Judicial “pueda servir de contrapeso ante estos dos poderes”, el Ejecutivo y el Legislativo.
Por eso, Taifeld opina que “lo que pasó el lunes es solamente el principio de todo un paquete de reformas que lo que sí va a hacer es debilitar la democracia israelí. Las democracias no se terminan en un día, pero sí con este tipo de leyes, van debilitando su poder”.
La necesidad de una constitución
Aunque confrontados en ideas críticas, ambos analistas coincidieron en que, si bien es cierto que una reforma al Poder Judicial es pertinente para Israel, la forma en que Netanyahu y sus aliados han impulsado la suya es inadecuada, precipitada y no consensuada.
“Lo que necesitamos es una nueva reforma como parte de algo que es mucho más amplio, como la necesidad de una constitución (…), para que podamos resolver nuestras diferencias, no en la forma en la cual se está haciendo, todo sumamente rápido”, dijo Taifeld.
También se mostró preocupado por la reacción de economistas, representantes del sector tecnológico, calificadoras internacionales y otros sectores clave para el modelo económico del país. Pero más aún, lamentó la amenaza de reservistas de la Fuerza Aérea de abandonar su voluntariado, y del sindicato del médicos (según él, 90% se opone a la reforma) de irse a huelga.
Al respecto, Ben-Tasgal mostró su disgusto por la adopción de estas posturas que, a su juicio, contravienen los cimientos de un país tradicionalmente democrático y plural. “¿Desde cuándo hay (…) una discusión política (y) tú amenazas con romper el juego? Qué acaso la derecha, cuando se realizó la desconexión de la Franja de Gaza y cuando se realizó el Pacto de Oslo amenazaron con irse del país?”
A su juicio, estas posturas que considera radicales obedecen a un proceso de adoctrinamiento ideológico impulsado desde la prensa y la academia. “Lo que está pasando es que cierta parte de la población repite frases que hace que nos recuerden épocas en Europa donde la élite política hablaba en contra de los judíos, con un convencimiento doctrinal”.
Equiparar el valor del servicio militar con el estudio de la Torá
Sin embargo, Ben-Tasgal reconoció que el paquete de reformas incluye algunos absurdos, como el intento de equiparar el valor del servicio militar con el estudio de la Torá. “Yo considero que hay un quiebre filosófico en el mundo ortodoxo al creer que un judío tiene que estudiar y no puede hacer otra cosa. Nuestros sabios más importantes tenían profesiones además de estudiar y por lo tanto es importante estudiar (la Torá) pero también es importante producir y también es importante servir”.
Dijo que todos los grupos que componen la sociedad israelí deberían de aportar un servicio a la nación, sea este social, militar o de otro tipo. “Un árabe israelí tiene que dar también su servicio nacional”, ejemplificó. “De ahí a intentar, en una ley, comparar los dos como si fuese el mismo servicio, por supuesto que estoy en contra y es más, no creo que este gobierno apruebe una cosa así”.
También se dijo en contra de la iniciativa que pretende castigar con pena de muerte a los terroristas, y dijo que el actual gobierno “promueve algunas leyes que son problemáticas o que realmente son oscuras”, y señaló que en Israel hay “un cambio grande generacional. Este país fue creado por socialistas laicos y creo que nosotros vemos un aumento enorme de gente conservadora, de derecha y más religiosa”.
¿Judío, laico, plural…? Cómo será el Israel del futuro
Ambos analistas abordaron un tema sustancial: la transformación demográfica de un país conformado por distintas y muy diversas minorías, cuyos efectos comienzan a notarse en la gran dificultad de llegar a acuerdos, de formar gobiernos estables y de alcanzar consensos para realizar reformas o incluso para redactar una constitución que represente a todos los grupos.
Taifeld vislumbra un panorama incluso más peligroso: “a lo que estamos acercándonos hoy en día es a un peligro de que Israel esté cercano a una guerra civil. Y hay gente que ya habla en esos términos y eso es lo peligroso. Entonces, a mí me resulta muy doloroso e hipócrita por parte de políticos, especialmente políticos religiosos que se dejan la barba y están de luto por algo que pasó hace dos 2000 años (la destrucción del templo), pero por otro lado promueven leyes que chocan mucho con lo que es la sociedad de Israel”.
Taifeld reconoció que no está entre quienes han comenzado a exhibir sus intenciones de abandonar el país, pero también se dijo preocupado por el futuro, de cara a la transformación demográfica que vive Israel. “La tasa de natalidad del sector judío ortodoxo y el sector judío nacional religioso es más de dos veces mayor que la tasa de los judíos laicos y también de los árabes”.
Así, la dinámica demográfica podría llevar a Israel a convertirse en un estado en el que la mayoría de la población sea ortodoxa o judía nacionalista, “y ahí sí tendría que preguntarme yo si ese es el Israel en el cual yo quiero vivir”, admitió.
Los retos
A ese respecto, Ben-Tasgal replicó: “en una situación como la actual, en donde esa es la realidad, de que hay un cambio demográfico real, hubiese sido inteligente de parte de la oposición, la más racional, no dejarse llevar por dos cuestiones, por lo que dicen los fanáticos de la oposición o por algunos portavoces que, como Barak, que ha perdido el norte completamente, y negociar una reforma que sea escalonada y que sea consensuada y que sea lógica”.
También, dijo, la oposición debería de dejar de boicotear al gobierno de Netanyahu con base en los procesos judiciales que se siguen en su contra y que, dijo, son bastante endebles. En lo que ambos expertos coincidieron casi sin reservas es en la necesidad de dejar a los extremos fuera del debate y construir un sólido centro que permita realizar las reformas necesarias, no solo al Poder Judicial sino a cada institución que lo requiera.
“Acá, el tema de fondo es que hay dos cuestiones que cada vez generan una tensión mayor en Israel, y es que este es un país judío y democrático“, dijo Taifeld. “Hay quien quiere que sea judío halájico y no democrático (…) y hay quien quiere (…) un país completamente igualitario y un país en donde los judíos no tengan mayoría y todo. Esos son los dos extremos, el poder convivir con esta fórmula que es compleja, que genera todo el tiempo tensiones que van en aumento, no es fácil”.
Para finalizar el debate, Ben-Tasgal se dijo convencido de que “la gran mayoría de israelíes habla y discute como lo hemos hecho Juan y yo. Y estoy seguro también que como bien dijo Juan antes, este es el tipo de ejemplo que debemos transmitirle a las comunidades judías“.
Te invitamos a ver el debate completo en el video anexo.
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