¿Cuál fue el pecado de los espías dentro de la Torá?

Enlace Judío – La relación entre D-os y el hombre siempre va a permanecer como un misterio, pues implica la relación del hombre con el mundo. Hay algo hermoso en la aceptación del misterio que nos invita a acercarnos a él; aquello que es completamente conocido pronto se vuelve aburrido y dejamos de ver la belleza que lo conforma. Incluso la sencillez y la simpleza se vuelven atractivas cuando las recibimos como algo que no es totalmente claro, ni totalmente nuestro. Cuando es algo donde podemos vernos, que podemos encontrar pero se escapa de nuestro control y existe también de forma ajena y separada.

Esa es también la necesidad del reto, aquello que nos reta se vuelve frente a nosotros sumamente atractivo. No se por qué el mundo estará hecho de esa forma, pero creo plenamente en esa realidad y podríamos ver cómo la Torá la retrata. Al final de cuentas la Torá narra la historia del hombre, su aprendizaje y crecimiento en el contexto del mundo frente a D-os. Cada una de sus historias incluye una experiencia de reto.

Es así con la historia de los espías y la tierra de Israel; uno de los pasajes más enigmáticos, y estudiado a lo largo de los siglos, que la Torá presenta. En Bamidbar (Números), cuando el pueblo de Israel está por entrar a la tierra Moisés manda espías para que traigan noticias del lugar y éstos regresan con mal reporte sembrando miedo y tristeza en los corazones de la nación. Ello lleva a que se quejen y D-os les prohíba entrar a la tierra. Es gracias a este evento que los judíos habitan el desierto más de treinta y nueve años en vez de entrar directamente a la tierra tras haber recibido la Torá.

El pasaje es bastante interesante y entenderlo conlleva la elaboración de varias preguntas que los comentaristas han hecho a lo largo de los siglos. La más obvia de todas es si el quedarse en el desierto fue un castigo de D-os o no, y en dado caso ¿por qué D-os los castigaría? Rab Breitowitz hace un análisis bastante extenso del pasaje y los comentarios. A continuación resaltaremos algunos de los puntos más importantes que el rabino señala.

Sobre la tierra de Israel

El pasaje no se entiende sin señalar lo que la tierra de Israel representa dentro de la Torá y el contraste con el desierto. Precisamente porque todo el libro de Números (Bamidbar) narra lo que debió haber sido el paso de habitar el desierto a habitar la tierra de Israel y que realmente se convirtió en el paso de un estado idílico de existencia para la nación, a uno de decadencia.

El desierto representa un estado de espiritualidad pura, donde la nación recibe la comida (el maná) directamente de D-os, donde no hay un trabajo de la tierra, donde D-os los guía de día y de noche; es un estado de intimidad absoluta con la divinidad. La tierra de Israel por su lado representa la espiritualidad insertada a la materia, la elevación como tal del mundo físico. Sin embargo, aparentemente es un estado de mayor separación de la divinidad porque es el hombre el que trabaja la tierra; si bien hay una guía divina, hay un cierto grado de separación.

Que implico la respuesta de Israel

Las siguientes son posibles razones por las cuales los judíos rechazaron la tierra de Israel y lloraron al escuchar el reporte de los espías:

1) No confiaban en que D-os les diera la fuerza suficiente para conquistar el lugar.
2) No querían rodearse del mundo material, querían mantenerse en un estado de pureza donde no se vieran obligados a lidiar con las cosas aparentemente mundanas. Al mismo tiempo no creían que la materia podría recibir la espiritualidad que se supone debía alcanzar.
3) No querían la independencia de D-os

La raíz del pecado

Sin embargo, el verdadero pecado no radicó realmente en ese rechazo, la raíz del mismo se encuentra en que los judíos del desierto no tuvieron confianza en sí mismos y eso afecto la forma en que escucharon el mensaje de los espías. Como señala el Kotzker Rebbe el versículo dice que se vieron a si mismos como grillos y entonces vieron a los habitantes como gigantes. La falta de confianza en sí mismos fue lo que hizo que vieron su tarea como imposible, que vieran el reto como demasiado grande.