Con renovados bríos, vuelve el Rocket Challenge, el concurso de emprendimiento para jóvenes de preparatoria de la Comunidad Judía de México. Conversamos con Liz Duek, en exclusiva, para conocer los detalles.
Un café instantáneo, endulzado y con leche, todo empacado en sobres biodegradables; una plataforma de compraventa B2B… Hace poco más de un año, estas eran solo ideas. Ahora, luego de ganar el primer y segundo lugar del Rocket Challenge 2022, ambas cuentan con el impulso necesario para convertirse en realidades.
¿Será tu idea la próxima ganadora?
El Rocket Challenge 2023 vuelve para ofrecer a los jóvenes preparatorianos de la Comunidad Judía de México la oportunidad de ganar magníficos premios, como un viaje a Nueva York, donde conocerán empresas de clase mundial; mentoría de expertos en el mundo de los negocios y, claro, una experiencia enriquecedora.
“Rocket Challenge es un concurso de emprendimiento para todos los jóvenes (…). Esta segunda edición también va a ser para preparatorias, pero tenemos proyectos a futuro para poder empezar con otros sectores que, la verdad, va a ser un reto interesante y sabemos que es muy importante y muy atractivo también para ellos”.
Así presenta Liz Duek, una de sus principales impulsoras, el concurso de emprendimiento que promete llevar a lo más alto las ideas de los jóvenes emprendedores de la comunidad. Sobre quiénes pueden participar, Duek explica:
“Participan todos los colegios ee la Red, de la comunidad. O sea, cualquier joven que quiera participar, incluso si no pertenece a un colegio de la comunidad, pero es parte de la comunidad, puede participar y lo padre es que pueden hacer equipos entre grados, o sea, puede hacer un equipo, un un joven de primero con uno de tercero de prepa o incluso con jóvenes de otros colegios”.
La Comunidad Judía de México es famosa por su espíritu emprendedor
Muchos de sus miembros son exitosos empresarios desde hace generaciones. Quizá por eso Rocket Challenge ha tenido una aceptación tan cálida en el seno de este grupo. Pero el proyecto no nació en el aire, sino después de un programa académico cuyos resultados sorprendieron a los fundadores de Rocket Challenge.
“Surge la idea porque vimos el interés y teníamos, al final del proyecto, unas presentaciones con diferentes jueces, diferentes empresarios, donde presentaban sus ideas. Entonces, al ver esta intención, esta capacidad, toda esta interacción y dinámica que se daba, surge la idea de hacerlo a nivel interescolar”.
No se equivocaban. El primer Rocket Challenge fue todo un éxito. “Creemos que hay una convivencia padrísima, los chavos tienen muchísimo potencial, surgen ideas increíbles y la verdad es que los empresarios y los mentores que los escuchan han visto que sí tienen un potencial increíble los jóvenes”.
Cuando habla en plural, Duek se refiere al equipo de WYI Center, una “comunidad de mentores, directores, consultores y emprendedores enfocados en crear, crecer y mejorar tu negocio”, cuya “misión es lograr la autosustentabilidad económica de la Comunidad Judía de Mexico”, según se presenta a sí misma la organización.
El equipo detrás del Rocket Challenge
Como todo gran proyecto, Rocket Challenge se debe al trabajo y apoyo de muchas personas. Como explica la propia Liz Duek:
“Se involucró el consejo de los directores, los directivos de la comunidad. Maguén David también ha desempeñado un papel muy, muy importante. Israel Bonds, que es nuestro patrocinador oficial, que la verdad nos ha apoyado al 100 en todo, y la Universidad Anáhuac, que también nos ha dado las capacitaciones de manera gratuita desde la primera edición”.
Para esta segunda edición, “tuvimos la fortuna de colaborar con una empresa que se llama Blue Yvy Coaching y esta empresa nos está ayudando desde el principio a darle ciertas capacitaciones puntuales a los jóvenes.
“Por ejemplo, en esta edición tuvimos la oportunidad de hacer un taller de Design Thinking para que los chavos empezaran a empezar a a bajar ideas diferentes, que empiecen a detectar problemas cotidianos y que puedan realmente proponer una idea de mucho valor, y van a estar acompañándonos en en mentorías para los jóvenes, para los equipos.
“Van a también ser parte de los evaluadores del jurado y van a dar también unas capacitaciones más más adelante, donde van a poder revisar de manera puntual y estratégica sus corridas financieras, su pitch de venta”.
Las fases: de la tierra a la estratosfera
Google no se hizo en un día. El camino que va de la idea a la empresa, de la tierra al cielo, es largo y requiere tenacidad, determinación, trabajo y entusiasmo. Quienes deseen participar en el Rocket Challenge aprenderán esta lección desde el comienzo, pues inscribir su proyecto y hacer que avance a lo largo de las sucesivas rondas eliminatorias, es ya un reto en sí.
Son cuatro las etapas en que se divide Rocket Challenge.
Pero antes, hay que inscribirse, y la fecha límite para hacerlo es el domingo 5 de noviembre.
“El 6 de noviembre inicia la etapa de deseabilidad, y lo que nosotros queremos que los chavos comprueben es que sus proyectos sean deseables. Esa es la primera etapa. ¿Cómo vamos a hacerlo? Ellos tienen que entregar dos formatos, uno que es el Business Model Canvas y el User Persona Canvas”.
Estos formatos se llenan en la plataforma rocketchallenge.org. Una vez que los concursantes hayan subido sus proyectos, deben invitar a sus conocidos, amigos y familiares a que los visiten en la plataforma y voten por ellos. Eso demostrará la deseabilidad de los proyectos.
Luego viene la etapa de factibilidad, donde los participantes deben “comprobar que su proyecto es factible, que sí lo pueden llevar a cabo y cómo lo vamos a hacer. Se les piden también otros dos formatos, que es el Canvas de validación de proyecto, que es un experimento donde ellos tienen que proponer ciertas teorías y, a partir de ellas, generar hipótesis para comprobar con su gente, con el mercado, qué tan factible y qué tan, qué tan real es lo que ellos proponen”.
El segundo formato es el Product Canvas. “Ahí es donde tienen que describir su producto o servicio. Pero una vez que entregan los formatos, en esta etapa ya solo están 20 proyectos. Lo que hacemos es una feria, literal, una expo en WYI Center donde les damos un stand a cada equipo y invitamos a jueces para que escuchen el pitch”.
Esa actividad comienza a entrenar a los chicos para que aprendan a vender su proyecto, a seducir a posibles inversionistas y clientes. En ella, “reciben retroalimentación y a partir de ahí empiezan a hacer modificaciones en su proyecto”.
La última puerta por abrir es la etapa de viabilidad, “y aquí lo que van a hacer es una corrida financiera. Ellos tienen que hacer una proyección a cierto tiempo con un archivo de Excel que les entregamos, y aquí es donde les va a dar una capacitación uno a uno, a cada uno de los equipos, para que realmente puedan hacer esta proyección de una manera correcta y van a presentar sus números”.
Para esa última etapa, la mayor parte de los proyectos habrán sido eliminados.
Los 10 afortunados que hayan sobrevivido la dura carrera tendrán que subir un video a Instagram, donde expondrán su propuesta de valor. Cinco de ellos pasarán a la gran final.
“Y la final es un pitch ante un panel de jueces muy sobresalientes. El año pasado trajimos a tres empresarios y a dos académicos de la Anáhuac, que fue un panel súper distinguido. Este año, igual pretendemos traer un panel muy distinguido de jueces”.
A la usanza de los programas de concursos para emprendedores, los jueces le harán preguntas a los participantes, quienes deberán convencerlos de apoyar sus proyectos. Al final, los jueces darán su veredicto en medio de un ambiente festivo al que están invitados los amigos y familiares de los participantes.
“El primero y segundo lugar se van a Nueva York. Y bueno, el tercer lugar gana Tercer lugar. Pero la verdad es que el año pasado se rifó un viaje también y se lo ganó el tercer lugar. Entonces, también nos lo llevamos a Nueva York y la experiencia en Nueva York fue algo increíble.
“Visitamos empresas espectaculares, fuimos a Google, fuimos a Wells Fargo, fuimos a la ONU… Estar con esta gente tan grande, tan importante, escucharlos de primera instancia es algo increíble. Es algo que de verdad creo que les transformó la vida a los chavos”.
La mente del emprendedor
No cualquiera puede crear una empresa exitosa. Además de ideas originales o planes ambiciosos, se necesita cierta personalidad. Así lo describe Liz Duek, quien ha estado involucrada en el ambiente del emprendimiento desde hace años.
“Primero que nada son habilidades propias de la persona: se necesita resiliencia, se necesita mucha persistencia, mucha entrega, estar literalmente 24/7/365 entregados al proyecto, saber salir de las caídas, porque no es una historia plana el emprendimiento. Sabemos que pueden surgir muchos fracasos”.
Justo son estos fracasos un valor agregado para quienes buscan triunfar en los negocios. “Algo que que sí hemos escuchado mucho de las incubadoras es que incluso le invierten más a los emprendedores que han fracasado más veces que a los que no han tenido fracasos. ¿Por qué? Porque ya saben que tienen mucho más experiencia, tienen mucho más callo en lo que hacen y saben que el siguiente emprendimiento va a ser mucho mejor que el anterior”.
Además de esas capacidades, los emprendedores deben pasar por procesos de aprendizaje sistemáticos que les faciliten el camino a la cima. También en eso ha pensado el equipo detrás de Rocket Challenge.
“Esta metodología que utilizamos en Rocket Challenge, que se llama Lean Startup, les ayuda mucho a prevenir y previsualizar todo lo que viene en su empresa. Entonces, evitan y previenen muchísimos errores porque ya se hace un estudio de mercado, ya se hacen diferentes formatos donde analizan todo lo que va a suceder dentro de la empresa, hacen proyecciones.
“Entonces, es muy interesante ver cómo pueden ellos construir de manera virtual una empresa y, a partir de ahí, empezar a experimentar y ya poder realmente sacarla al mercado, y ya tener un poquito más de sustento de lo que va a suceder dentro de la empresa”.
Así que ya lo sabes: si tienes una gran idea y quieres convertirla en un gran proyecto, esta es tu oportunidad. Regístrala en rocketchallenge.org antes del 6 de noviembre. El cielo es el límite.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío
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