Queridos hijos, Ari y Guy
Siempre temí tener que escribir esta carta, una carta a mis hijos que están en la guerra.
Nunca pensé en lo que significa estar en la retaguardia, viendo cómo ustedes luchan y yo, desde una relativa comodidad, por televisión, ver el horror en vivo y en directo.
La pasividad se vuelve aquí, en la retaguardia, un enemigo letal, donde más ráfagas que preguntas perforan nuestro cerebro, 24 horas, día y noche.
Queridos hijos, hoy son ustedes soldados.
Siempre los eduqué en tres principios muy importantes: el amor por la paz, el amor por el prójimo, sea de la tribu que sea, y en ser protagonistas del tiempo que viven. En otras palabras, en ser parte en la construcción de la historia.
Ninguno de estos principios se contradice con defender el derecho a la vida y a nuestra Patria, que es nuestro pueblo de Israel. La lucha en este caso es contra Hamás, la Yihad, y contra todos aquellos que en todo el mundo apoyan al yihadismo o tienen miedo de condenar los crímenes de lesa humanidad que esta organización terrorista islámica de carniceros cometió el sábado 7 de octubre.
Sean conocidos míos, amigos parientes, sepan todos que quienes defienden a Hamás son la fuerza inmoral que apoya al enemigo, una banda de secuestradores, violadores y asesinos de bebés, niños, mujeres, hombres y ancianos.
El que hoy duda que hay que destruir a Hamás es un ignorante, un antisemita o …un judío cobarde.
La lucha por la vida y la paz tiene momentos violentos en tiempos de guerra, tiempos de neutralizar por la fuerza a los enemigos de la vida y la paz.
En la guerra, se mata o se muere y sé que ustedes, mis hijos, lo tienen claro, que están preparados, y que su inteligencia y humanidad sabrán guiarlos en esta responsabilidad de ser combatientes del ejército popular de un país democrático, en una guerra que no quisimos.
Queridos hijos, venimos de Argentina, un país cuyo propio ejército secuestró y desapareció a 30,000 Argentinos. Sabemos el dolor que cada familiar de un secuestrado tiene.
En Gaza, hay 240 secuestrados Israelíes. Aunque sabemos que muchos están muertos, su situación de desaparecidos nos impide confirmarlo.
La liberación de estos civiles debe ser una prioridad. Con vida los llevaron, con vida los queremos.
Para terminar, quiero decirles que, pese a mi miedo como padre, estoy orgulloso que sean combatientes de este ejército, de las Fuerzas de Defensa de Israel.
Un abrazo gigante, venceremos.
Alguna vez, Bertold Bretch dijo:
“Hay hombres que luchan un día, y son buenos. Hay quienes luchan un mes, y son mejores. Pero hay hombres que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles’’.
17 de noviembre 2023
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
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