Simón Galico, abogado mexicano que reside en España, hizo un llamado a los descendientes de sefardíes para hacer conciencia y alinearse con Israel en este momento de crisis y ante la embestida de una prensa sesgada que condena con más enjundia la respuesta israelí que los ataques de Hamás que la motivaron. Conversamos con él, en exclusiva.
Galico ha apoyado a decenas de descendientes de sefardíes a obtener su nacionalidad española.
“Mi petición es sencilla: les ruego que no se dejen manipular ni desinformar ante esta terrible situación”.
“Sepan que Israel, el único Estado judío en el mundo, defiende los valores democráticos, la igualdad y, sí, la libertad frente a enemigos fanáticos”.
Así concluye el artículo “Nosotros los sefardíes en contra de Hamás”, que Simón Galico publicó en Enlace Judío el 25 de octubre pasado, y que ha circulado ampliamente entre los miembros de la comunidad, pero también fuera de esta. En el texto, Galico expone su preocupación frente a la cobertura mediática que la prensa internacional ha dado a la más reciente guerra en Gaza, y pide a los descendientes de sefardíes, judíos profesos o no, hacer consciencia sobre las implicaciones de tener “sangre judía”.
El artículo “nació como un correo electrónico a mis clientes, después de sentir esta presión moral de comunicar qué es lo que siento yo que está pasando en Israel“, explica Galico, en entrevista. “Después de ver a la prensa en España, en México, internacional muy sesgada, muy inclinada (…), sentí la necesidad de comunicar a un colectivo del cual soy parte, la importancia que tenemos nosotros como sefardíes, y la responsabilidad que tenemos como sefardíes de mirar este asunto desde el ángulo correcto”.
Galico, quien ha trabajado en su despacho durante años para ayudar a los descendientes de sefardíes a obtener la nacionalidad española o portuguesa, dice que la ley de nacionalidad española por ascendencia sefardí tuvo el espíritu de reparar una intolerancia que, por desgracia, se ve reeditada hoy. En la época de la Inquisición, “nos persiguieron, nos asesinaron, nos quemaron vivos (…) y lo que estamos viendo desde el 7 de octubre es otro episodio de odio en la humanidad, no necesariamente a los israelíes, no necesariamente a Israel sino a los judíos y, por lo tanto, a los sefardíes, porque finalmente están atacando a una identidad”.
A Galico le sorprendió, según relata, que varios de sus clientes no judíos, descendientes de sefardíes, le escribieran para preguntarle por su familia y por su bienestar, y para alinearse del lado de Israel, para decirle que ellos “también defienden a Israel y que ellos también defienden la libertad y que ellos también defienden la democracia y defienden el derecho de existir del único Estado judío”.
Ahora, Galico piensa que el colectivo sefardí necesita un medio de comunicación que lo mantenga informado sobre asuntos relevantes, por lo que ya planea el lanzamiento de un sitio web que subsane dicha necesidad. Apunta que, hasta ahora, el gobierno español ha otorgado 70 mil cartas de nacionalidad por descendencia sefardí, pero muchas otras solicitudes se mantienen en trámite. Además, muchas otras personas con derecho a la nacionalidad optaron por no solicitarla, por lo que el colectivo al que ahora apela, dice, es muy relevante.
Estas cifras hicieron eco en la prensa recientemente, tras la presentación del libro Cuánto os hemos echado de menos, de José Antonio Lisbona, en la que estuvieron presentes los exministros de Justicia de España Juan Fernando López Aguilar y Rafael Catalá, además de Gabriel Elorriaga, ponente de la ley.
Una ley cerrada
Aprovechando su presencia en nuestra pantalla, el abogado hizo una advertencia a quienes aún aspiran a solicitar su nacionalidad española por ascendencia sefardí: “Cualquiera que les diga que la ley de sefardíes aún se puede tramitar, eso es una completa mentira. Hay comunicados oficiales del Ministerio de Justicia de España, diciendo que son fake news y que esta ley ya concluyó”.
Sin embargo, acota, hay todavía algunos expedientes en revisión. Por ejemplo, los de los menores de edad que firmaron el acta de notoriedad en los años inmediatamente posteriores a la pandemia y que por un vacío legal quedaron atascados, o los que fueron rechazados por alguna inconsistencia en su expediente y que presentaron una moción para subsanarla dentro de los plazos de la ley.
En cuanto a la ley homóloga promulgada por Portugal, Galico explica que esta enfrentó grandes dificultades. Primero, porque una de las dos instituciones avaladas por el Estado para certificar el origen sefardí de los solicitantes, la Comunidad Israelita de Porto, enfrentó un juicio por corrupción que, aunque ganó, la hizo claudicar de su empeño y negarse a emitir nuevos certificados.
Eso dejó a la Comunidad Israelita de Lisboa como la única institución capaz de recibir solicitudes y emitir certificados, lo que la hizo “colapsar”, según el abogado. Ahora, miles de expedientes se encuentran atorados en un embudo del que pueden tardar años en salir, lo que representa una complicación prácticamente insalvable para quienes aspiran a la nacionalidad portuguesa por ascendencia sefardí.
Sin embargo, Galico anima a quienes hayan presentado su solicitud a tiempo a seguir adelante con el trámite, que puede tardar, según calcula, hasta cinco años, debido a que el gobierno portugués ha sido incapaz de cumplir con los plazos establecidos por la ley, debido a la altísima afluencia de solicitudes recibidas.
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