Durante la manifestación semanal en Tel Aviv por la liberación de los rehenes en Gaza se proyectó ante la multitud el testimonio de Agam Goldstein-Almog, de 17 años, liberada después de 51 días en cautiverio, informó Haaretz.
“Un día nos mudamos de una casa a un túnel, de pronto se abrió una puerta y vimos a seis chicas. Nos dimos cuenta de que había chicas solas. Muchas sufrieron abusos sexuales graves, tenían heridas, muy, muy graves y complejas que no estaban tratadas. Ellas mismas curaban sus heridas o nosotros las ayudábamos”, dijo Agam.
“No puedo imaginarme cuál es su situación ahora, a qué esperanzas se aferran. En cautiverio vives la muerte. No sabes cuándo sucederá y cómo se verá, si habrá torturas o si simplemente te fusilarán, o si morirás en los bombardeos de la fuerza aérea. Piensas constantemente en cómo será la muerte”.
Romi Cohen, la hermana gemela de Nimrod Cohen, de 19 años, secuestrado por Hamás en Gaza, dijo que para ella los últimos tres meses han sido “por un lado una eternidad y, por otro, un día largo y agotador que nunca termina”.
“Mi familia y yo aún vivimos ese día maldecido, cuando vi un video en YouTube de la persona que más amo en el mundo siendo secuestrada por terroristas. Nimrod tiene 19 años y todavía es un niño que debería estar en casa… Tiene sueños que realizar y recién comienza su vida, no se puede creer que está en cautiverio”.
“Paso por su habitación y me siento destrozada porque aún no está aquí. Conforme pasa el tiempo, pienso que la gente se olvidará, que no sacarán a mi hermano de este infierno. Se los ruego. No nos dejen solos. El tiempo se acaba”.
Aimad Havke, padre del teniente coronel Salman Havke, quien cayó en combate en Gaza en noviembre, dijo: “A pesar de todos los esfuerzos, solo algunos rehenes han regresado a casa. Lamentablemente, todavía hay personas inocentes en cautiverio, siguen viviendo una pesadilla. Debemos actuar para traerlos a casa con sus familias lo antes posible. El gobierno ha hecho esfuerzos para liberar a los rehenes, pero no es suficiente. Debemos trabajar más duro”.
“Mi familia y yo, la comunidad drusa, fortalecemos y apoyamos a todos. Haremos todo lo posible para liberar a todos los rehenes… Deseo dirigirme personalmente al primer ministro: debe hacerlo. Actuar para liberar a los rehenes. Haga de esta misión su máxima prioridad. Deben regresar con vida”.
Yadin Galman, soldado de combate en la unidad de operaciones especiales Sayeret Matkal quien fue gravemente herido el 7 de octubre dijo: “Ese día las fuerzas llegaron demasiado tarde, muy escasas. Fuimos de casa en casa y rescatamos familias que estaban cautivas en sus hogares, y a las pocas horas quedé herido, me mandaron a rescatar a una familia y no terminé mi misión, y asumo la responsabilidad… Si pudiera regresaría ahora mismo … Mi unidad aún está luchando para que todas nuestras familias regresen a casa”.
“Sin traer a los rehenes, estamos perdiendo nuestra brújula moral. Esto debe quedar claro para todos, no podemos quitar el pie del pedal. Debemos traerlos a todos a casa ahora. Mientras ellos estén en Gaza, todos estamos en Gaza“.
Posteriormente se proyectó el testimonio de Ofir Engel, de 18 años, liberado después de 54 días en manos de Hamás. “En Gaza nos llevaron inmediatamente a una casa, parecían orgullosos de mostrar lo que lograron pescar. Nos decían constantemente que no regresaríamos con vida, que nadie nos quiere en Israel y que nuestras familias no se preocupan por nosotros. Cada día, nos quebraban un poco más, y luego un poco más. Escuchas explosiones sin parar. Escuchas un boom y el edificio tiembla. Vives con miedo de que tu edificio sea golpeado, de que tus guardias resulten heridos y se vuelvan contra ti. Pueden volverse contra ti en una fracción de segundo y dispararte”.
Recalcó que el padre de un amigo suyo que fue secuestrado con él, Yossi Sharabi, de 53 años, y su hermano, Eli Sharabi, de 51, continúan como rehenes en Gaza, y dijo: “Quien pueda debe presionar para que aquellos a cargo de la toma de decisiones paguen cualquier precio por los rehenes. Queremos a nuestros secuestrados de regreso, no ataúdes”.
Daniel Alony, liberada con su hija Emilia de 5 años después de 54 días en el cautiverio de Hamás, ofreció entrevistas a los canales 12 y 13 el sábado por la noche y pidió la liberación inmediata de los rehenes. “Estoy aquí hoy para decir que no podemos sacar de la agenda las negociaciones sobre la liberación de rehenes”, enfatizó.
Cuando se le preguntó sobre la petición de la esposa del primer ministro, Sara Netanyahu, a los rehenes y sus familias de no ofrecer entrevistas a los medios, Alony respondió: “Esa es su opinión. ¿Quién gritará? ¿Quién hará ruido? Estamos aquí gracias a la unidad del pueblo, gracias al revuelo que han hecho aquí. ¿Qué quiere decir con no hablar? ¿Cómo no vamos a hacerlo?… Tienen que regresar todos a casa. Hablaremos, y actuaremos, pero no es la decisión del pueblo. Las decisiones las toman el gabinete, quienes toman las decisiones, aquellos involucrados en las negociaciones. Les pido a todos los involucrados que pongan sobre la mesa el acuerdo de liberación de rehenes como la máxima prioridad todos los días, todo el día”.
Alony relató los horrores que ella y su hermana Sharon Alony-Cunio vivieron antes de ser tomadas como rehenes, escondidas en la habitación segura con sus hijas: “Nos dimos cuenta de que estaban quemando nuestra casa. Mi hermana dejó un mensaje de que nos estaban quemando y que no saldremos vivas de allí. Aceptamos el destino de morir allí, respirando humo o quemadas vivas, lo que suceda primero. Después de cubrir a mi hija con una manta, ni siquiera sé por qué lo hice, tal vez para protegerla del humo, la abracé fuerte y le dije lo siento, nos vamos a morir, ella no respondió, no habló. Lloró y gritó que no puede respirar. Algo en el llanto de mi hija me decía que no, no puede pasar en esta agonía, tiene que ser rápido, por un disparo”.
“Sacudí a mi hermana, que para entonces ya no tenía fuerza y le dije: ‘Sharon, muramos con un disparo. Te dolerá, pero será más rápido. ¿Por qué? ¿Por qué pasar por esto?’ ¿Esta agonía con las niñas? Solo me imaginaba escuchar la tos por respirar humo, no teníamos fuerzas, ya llevábamos seis horas en la habitación segura, ella me ayudó a abrir la ventana, donde estaban varios terroristas parados con sus armas apuntadas hacia nosotros. Cierro los ojos, espero a que me disparen. Oímos disparos. Y luego simplemente nos dicen que salgamos”.
Sharon y sus hijas de tres años, Ema y Yuli, fueron liberadas del cautiverio tres días después que Daniel y Emilia. El marido de Sharon, David Cunio, de 33 años, continúa como rehén en Gaza.
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