El 7 de octubre de 2023, siendo Shabat y Simjat Torá, el día de festejo de la culminación de la lectura de la Torá y el inicio de la misma, el grupo terrorista Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, perpetró en Israel el peor ataque en toda la historia del Estado judío, en el que fueron vilmente asesinadas más de 1,200 personas inocentes, mujeres violadas, niños, ancianos y familias enteras fueron abusadas, quemadas vivas y toruturadas a manos de brigadas de terroristas en más de 21 poblados israelíes antes de que dieran las 8 de la mañana.
AARON POLICAR
En ese mismo acto de terror, Hamás secuestró a más de 240 personas, entre ellos niños menores de 5 años, madres embarazadas, ancianas con enfermedades, padres y madres de familia, jóvenes que se encontraban en una fiesta…¡festejando por la paz!
Hoy en día, después de 98 días desde ese espantoso suceso, siguen secuestradas 136 personas, entre los que aún tienen niños menores de 5 años, ancianos, mujeres jóvenes y hombres civiles que se encuentran en situaciones deshumanizadas, sin acceso a alimentos, comunicación, medicinas e incluso, escondidos en túneles terroristas construidos por Hamás con el apoyo humanitario que se roban en lugar de entregarlo a sus ciudadanos.
El 11 de enero de 2024, Sudáfrica comenzó un juicio en contra del Estado de Israel frente a la Corte Internacional de Justicia en La Haya, acusando a Israel de estar perpetrando un genocidio contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza, mencionando que la gran cantidad de bajas palestinas, destrucción de zonas habitacionales, espacios públicos, escuelas y hospitales, son una demostración de la “búsqueda israelí de terminar con la vida del pueblo palestino”.
También, menciona que esta búsqueda por eliminar al pueblo palestino no comenzó con este conflicto, sino, que ha sido un plan sistemático desde la creación del Estado en 1948. Es importante mencionar que en su acusación, no menciona ni una sola vez lo ocurrido hace tan solo 98 días, así como omite toda acción perpetrada por Hamás contra Israel y contra la misma población inocente que sufre bajo el yugo de este gobierno del terror.
Israel no está peleando la guerra contra el pueblo palestino. Israel está peleando la guerra contra el grupo terrorista Hamás.
Hamás menciona desde su carta de fundación, en la primera página de su introducción, que su principal objetivo es la destrucción del Estado Judío, asi como sus líderes sostienen, en una incalculable cantidad de entrevistas, su intención y búsqueda por la destrucción y aniquilación del Estado de Israel y del Pueblo Judío, y me pregunto: ¿Acaso esto no es una clara manifestación de la búsqueda de un genocidio? ¿Acaso la utilización de la violación como arma de guerra, la cremación de personas vivas en sus propias casas, el asesinato de bebes en sus propias cunas y el secuestro de niños indefensos, no es una clara demostración de que este grupo busca la aniquilación de todo un pueblo?
En las guerras, las pérdidas humanas son una gran tragedia. No importa de qué lado sean, la pérdida de una vida es irreparable. Lamentablemente, en este tipo de conflictos mueren personas, inocentes, civiles.
El Estado de Israel tiene un fuerte compromiso por siempre cumplir las leyes internacionales, disminuir al mínimo posible las muertes civiles y terminar el conflicto con el menor daño colateral que sea posible. Lamentablemente, Hamás no piensa igual. Hamás utiliza como zonas de lanzamiento de misiles, áreas densamente habitadas por su propia población. Hamás utiliza escuelas, jardines de niños, hospitales y universidades como almacenes de misiles, metralletas, lanzacohetes y armas de alto calibre, sin importarle la ley internacional en la que se establece que no es posible utilizar estos sitios con fines militares.
Hamás usa a su propia población como escudo humano, amenzándolos con el asesinato si no hacen lo que ellos digan. Hamás le quita a su población la ayuda humanitaria que las organizaciones, gobiernos y el mundo manda para su bienestar, con el fin de utilizar los recursos para fines propios y para la construcción de su infraestructura terrorista. Es Hamás quien está haciendo un claro daño a toda la población de la Franja de Gaza.
Es muy triste ver los videos en los que Hamás asesina a sus propios pobladores por querer buscar la paz con Israel, por querer un mejor futuro para sus familias o simplemente, por no querer ser parte de sus actos terroristas. Hamás adoctrina a los niños y adolescentes en la Franja de Gaza, crea “campamentos de verano” donde militariza a los jóvenes, les enseña a usar armas y “las mejores estrategias para matar judíos”. Hamás, en sus libros de texto escolares, utiliza imágenes y ejemplos que influencian a los niños para incrementar la violencia y no para buscar la paz.
Con este conflicto, ha llegado una gran ola de manifestaciones a lo largo del mundo y es muy interesante analizar los mensajes y gritos que se utilizan en cada una. Al ver un sin fin de videos de manifestaciones a favor de “la causa palestina”, veo mensajes como: From the River to the Sea, Palestine will be free (Desde el Río hasta el Mar, Palestina será libre), Gas the jews (Gaseen a los judíos), “Maten a los judíos”, “Fuera a los judíos asesinos”, entre otros, lo cual me pone a pensar: ¿Cómo estos gritos aportan a la construcción de paz entre estos pueblos en conflicto?
¿Quizás el objetivo de esa manifestación está más relacionado al odio a los judíos que al apoyo a Palestina? ¿Qué están buscando estos manifestantes? ¿Cuál es su objetivo final?
En cambio, al ver las manifestaciones alrededor del mundo en apoyo al Estado de Israel, me he encontrado con mensajes muy distintos, por ejemplo: Rezos por la paz y el retorno de los secuestrados, cantos de salmos y canciones que exclaman por la paz, personas abrazadas, unidas y gritando por el regreso de los rehenes y el fin de la guerra.
También, me he enfrentado a ver una gran cantidad de muestras artísticas como una gran mesa de shabat, lista para recibir a todos, pero vacía, ya que no llegarán los secuestrados. Una serie interminable de mensajes de apoyo y de paz, escritos y pintados por niños de todas las comunidades judías del mundo. Es increíble ver la diferencia en las perspectivas de este conflicto.
La acusación frente a Israel no aporta a la construcción de paz en la zona, no aporta a que los 136 secuetrados regresen a su casa, no aporta a que las familias y los niños, sin importar de que lado lo veamos, puedan tener una vida normal, sin miedo ni preocupación, en cambio, perpetua un conflicto alimentado de odio construido por Hamás y que no permite el progreso y avance para Israel y mucho menos para el pueblo palestino de la Franja de Gaza.
Israel, desde su creación, ha enfrentado nueve guerras y múltiples operaciones militares, todas con un solo objetivo: SEGUIR EXISTIENDO.
El Estado de Israel nunca ha perdido una guerra, porque el día que pierda por primera vez, habrá sido su último día.
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