Jefe de la central sindical de Israel pide nuevas elecciones y que Netanyahu renuncie

Arnon Bar-David, líder de la central sindical israelí, la Histadrut, pidió este sábado al primer ministro Benjamín Netanyahu que asuma la responsabilidad por no impedir las masacres de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel y convocar elecciones antes de fin de año, advirtiendo que el sindicato podría unirse a las protestas antigubernamentales, informó The Times of Israel.

El gobierno de Netanyahu “trajo un desastre a Israel”, dijo Bar-David en una conferencia en la ciudad sureña de Be’er Sheba.

“Nos llevó al límite, a un lugar en el que no deberíamos haber estado… Estamos en un callejón sin salida y sólo hay una salida: las elecciones”, dijo Bar–David. “Debería asumir la responsabilidad de lo sucedido y luego debería tomar decisiones sobre sí mismo. Si fuera primer ministro, dimitiría”.

El partido Likud de Netanyahu arremetió contra Bar–David, diciendo que es “vergonzoso que en medio de esta guerra, mientras la nación clama por unidad, el presidente de la Histadrut, Arnon Ben-David, decidiera involucrarse en política mezquina que divide a la nación y debilita el esfuerzo bélico”.

Netanyahu ha enfrentado críticas por su negativa a asumir la responsabilidad del 7 de octubre, mientras que prácticamente todos los demás líderes militares y civiles que participaron en los acontecimientos lo han hecho.

También se espera que muchos altos funcionarios renuncien una vez que concluya la guerra, mientras que Netanyahu ha señalado que no tiene tal intención. El primer ministro se ha opuesto a investigar los fallas que permitieron el ataque de Hamás mientras la guerra continúe.

El jefe de la central sindical pidió a Netanyahu que fije una fecha para nuevas elecciones y advirtió que el sindicato, que puede paralizar gran parte de la economía, se unirá a las protestas si Netanyahu intenta aferrarse al poder.

El movimiento de protesta que se extendió por las calles de Israel durante gran parte de 2023 en medio de los intensamente polémicos esfuerzos de reforma judicial del gobierno de Netanyahu ha guardado silencio desde el 7 de octubre, pero recientemente ha comenzado a cobrar fuerza ante la situación sobre los rehenes, el gobierno y la guerra.

Bar-David dijo, sin embargo, que celebrar elecciones ahora no sería prudente, con la guerra en curso y el peligro de una escalada en el norte, pero dijo que se debería fijar una fecha acordada para nuevas elecciones “para finales de año, diciembre”. — para entonces la guerra podrá ganarse”.

“El país no puede seguir así… el Estado de Israel necesita un reinicio”, dijo.

Y añadió: “Necesitamos construir algo nuevo. Todo el mundo quiere algo nuevo… que nuevas personas entren en política… No podemos continuar con las 120 personas [actuales] en la Knéset… que no hacen casi nada por nosotros”.

“Quizás tengamos que salir a las calles” para presionar por elecciones, advirtió. “Espero que eso no sea necesario”.

“Y si la gente [cuando vota] quiere la misma coalición… que así sea. Y si la gente quiere un cambio, habrá cambio”.

En marzo del año pasado, la Histadrut anunció una huelga general en medio de protestas masivas mientras la coalición intentaba impulsar la reforma judicial. Esa huelga duró un solo día y Netanyahu rápidamente detuvo la legislación para permitir conversaciones con representantes del partido de oposición.

Posteriormente, Bar-David resistió la presión de la oposición para realizar más huelgas mientras el conflicto nacional por la reforma continuó durante todo el año.

La guerra que comenzó en octubre y la decisión de la Corte Suprema de Justicia de enero de anular la primera ley de la reforma judicial frenaron al gobierno en sus intenciones.

Incluso antes de la guerra, Israel había pasado por “el peor año de su historia, un año de polarización, división y revolución judicial”, dijo Bar–David, refiriéndose al intento polarizador de la coalición de restringir el poder judicial.

“Y alguien nos convirtió en enemigos unos de otros, alguien instigó a un sector contra el otro; El escrito estaba en la pared.”

Denunció la atención que antes de la guerra se prestaba a la reforma judicial, cuando Israel debería haberse centrado en sus enemigos externos.

Bar-David también pareció acusar a Netanyahu de retrasar un acuerdo para liberar a los rehenes que permanecen en Gaza por razones políticas.

“Hay una fecha límite. Tenemos que liberar a los rehenes y llegar a un acuerdo, si no sucede porque a alguien no le conviene políticamente, entonces el gobierno se desmoronará”, afirmó.

Bar-David también fue muy crítico con la conducta económica del gobierno y dijo que la reciente decisión de Moody’s de rebajar la calificación crediticia de Israel es “un escándalo” por parte del gobierno.

“Es algo que podríamos haber evitado si el gobierno y el ministro de Finanzas hubieran tomado las medidas correctas… Les hablé sobre esto. Si hubieran tomado las medidas correctas, no muy complicadas, podríamos haber estabilizado la economía, estabilizado la confianza pública en el gobierno, que ahora es casi inexistente.

“Deberían haber preparado un presupuesto mucho más serio, más ajustado, más inteligente, orientado al futuro; entender que tenemos un problema con el mundo y que nuestro crédito se está acabando”.

Dijo que los economistas de todo el mundo no están ciegos ante el fracaso de Israel a la hora de adoptar esas medidas.

“Había aquí una oportunidad única para cambiar el paradigma en el país”, dijo, refiriéndose a las recientes actualizaciones del presupuesto en medio de la guerra.

“Deberían haber cancelado todos los ministerios superfluos, deberían haber cancelado todos los fondos discrecionales de la coalición y haberlo invertido en el ejército, la guerra y la seguridad israelí. Esto no se hizo y el mundo no se lo perdió”.

Dijo que todo esto no se había hecho porque a Netanyahu le preocupaba principalmente la supervivencia política.

“Ha habido errores tras errores y nos ha causado un daño terrible”.

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