Mario Karpuj es el nuevo rabino de la comunidad masorti Bet-El de Madrid. Nacido en Argentina, lleva casi treinta años desempeñando su labor y actualmente reside en Jerusalén, donde oficia en la congregación Navah Tehillah y en la Masortí Maayanot, de la que es parte de su comité directivo. Durante casi dos décadas, estuvo al frente de la Congregation Or Hadash, en Sandy Springs, en los Estados Unidos, de la que fue su fundador junto a su esposa, la rabina Analia Bortz.
Antes, ofició en la sinagoga Ahavath Achim, en Atlanta, en los EE.UU., en la Congregación Israelita de Valparaíso, en Chile, en la Comunidad Judía de La Habana, en Cuba (durante los Yamím Noraím) y en otras cuatro instituciones y en una de las cárceles más grandes en la Argentina. Recibió su ordenación en el Seminario Rabínico Latinoamericano “Marshall T. Meyer”, en la Argentina, en 1994. En 2021, el Jewish Theological Seminary, de New York, le otorgó el título de Doctor of Divinity en reconocimiento a su distinguida tarea en pro del Movimiento Conservador y del pueblo judío durante más de 25 años.
Antes de empezar, muchas gracias Rabino por su tiempo y contestar a mis preguntas.
P.- Rabino Ud. sigue viviendo en Jerusalén, ¿ cómo se organiza para ser el Rabino de Bet-El en Madrid?
R.- Para mi es una situación nueva, nunca había vivido en una ciudad y ser el rabino de otra. Gracias a Dios estamos en una época en que las comunicaciones y los viajes son mas fáciles. Viajo una vez por mes y por internet estoy presenta a diario. Ahora que estamos en guerra, solo tengo una opción para volar, que es El Al, y eso implica el aumento de las tarifas. Pero afortunadamente tenemos a las líneas aéreas de Israel, operando todos los días.
P.- ¿Qué le motivó o le convenció para aceptar venir a España para ser el Rabino de Bet-El?
R.- Después de 20 años en Estados Unidos, mi mujer y yo decidimos hacer ALIA y vivir en Jerusalén. De alguna forma decidí dejar el pulpito, digamos el trabajo a tiempo completo en la sinagoga, y después de tres años trabajando en otras cosas, empecé a extrañar mi vida como rabino, esa pasión que uno siente por el trabajo comunitario, y cuando surgió la posibilidad de Betel Madrid, que es una comunidad que la conocía desde hace mucho tiempo, fue algo que me entusiasmo y comencé a hablar con su presidente y me intereso mucho el proyecto, me gusto la gente de la comunidad y aquí estoy. Empecé 2l 1 de septiembre del pasado año, estuve por la Altas Fiestas y un mes después de mi llegada estalló la guerra.
P.- ¿Cómo ve la presencia judía en España y sus comunidades en general y concretamente en Madrid?
R.- Veo un movimiento de crecimiento que es muy interesante y bonito de vivir y experimentar así como ser parte de todo esto. Hay una sensación de que estamos en el comienzo de un proceso muy hermoso, de muchas posibilidades y de mucha gente que está llegando a España, principalmente en Madrid y Barcelona. También recibo muchas llamadas de gente de comunidades pequeñas, que no tienen sinagoga ni rabino, pero que todavía no tienen un número importante de gente para dar el salto y crear su propia comunidad. Siento que estoy siendo parte de un momento histórico del judaísmo en España. No puedo dejar de pensar de conectar esto con lo que ocurrió hace 500 años y digo; estamos de vuelta y eso me emociona profundamente.
P.- Su conexión con Bet El y sus miembros, la podemos calificar como fluida y con buen feeling?
R.- He sido recibido con mucha calidez por los miembros de Betel, como por la comunidad judía en general. Está siendo una experiencia muy positiva. Todo es muy fluido y hermoso, mucho mas satisfactoria de lo que pude imaginar cuando decide venir a Madrid. Estoy muy, muy feliz.
P.- ¿Cuáles son las diferencias más notables entre las Comunidades de España de las de EE.UU y Latinoamérica? ¿nota muchas?
R.- Hay diferencias propias de cada comunidad, cada una tiene su propia identidad que por mi experiencia personal, está marcada por la sociedad exterior en la que esta inmersa. Estados Unidos esta rodeada por una comunidad protestante local y poderosa. Argentina es un país muy laico. España no es tan laica y el catolicismo es muy distinto al de hace años. Entonces podría decir que las comunidades judías se mimetizan un poco con la sociedad que los rodea. Una vez estas dentro de tu comunidad, estas siendo parte de un servicio religioso o estás estudiando la Torah, te das cuenta que son los mismos rezos, las mismas canciones, los mismos servicios, así que en este sentido somos distintos y somos muy parecidos, estemos donde estemos. Madrid lo mismo que Barcelona, es una ciudad que recibe muchos turistas y muchos judíos, que vienen de distintas partes y se sienten igual de reconfortados en la sinagoga como si estuvieran en su lugar de origen, aunque estén lejos.
“No puedo dejar de pensar de conectar esto con lo que ocurrió hace 500 años y digo; estamos de vuelta y eso me emociona profundamente”.
P.- Su mujer es también rabina ¿ella vive y trabaja en Jerusalén?
R.- Ella como yo, cuando hicimos ALIA y llegamos a Jerusalén, dejo el púlpito. En estos momentos ella se ocupa de hacer su doctorado, y se preocupa mas por cuestiones académicas. Cada uno disfrutando de esta nueva etapa de la vida y sobre todo el reencuentro con nuestras hijas de las que hemos estado separados por décadas, y con la llegada de una nieta. Así que también tenemos tareas de “abuelos”.
P.- Ud. llega en septiembre y en octubre hay el atentado de Hamas. ¿Ha notado cambios de actitud en Madrid por parte de los no judíos hacia la comunidad? ¿Cómo viven todo lo que está ocurriendo en Israel los judíos españoles o los que viven en España?
R.- Cuando viaje en octubre, después de mi primera vez, y con la guerra, note que solo se hablaba de Israel, en todos los medios de comunicación. Observé que los periodistas hablan con muchísimo desconocimiento de la situación. También noté por parte de la comunidad judía como mucha inseguridad, pero creo que era mas percibida que real. Quizás en los lugares públicos podían sentirse mas incomodos. Lo cierto es que los profesores tanto en las escuelas como en las universidades notaban que los jóvenes se sentían algo desprotegidos. A medida que la noticia sobre la guerra de Israel pasó de la primera página a la tercera, esa sensación fue desapareciendo y las cosas se calmaron. En cuanto a los no judíos, cuando estoy fuera de mi comunidad todo sigue normal. No es el tema mas importante de sus vidas.
Lo único diferente, es que hay mucha mas presencia policial, lo cual en ocasiones incomodo a algunos de los vecinos, pero nada mas. Un amigo me conto que en la universidad de su hija, se convoco una manifestación pro palestina y solo aparecieron 20 personas, esa es la parte positiva, la negativa es que de los 20, 6 eran profesores. Así que nos son los números sino quien participa. A partir de diciembre volvimos poco a poco a la normalidad de antes de la guerra.
“Me preguntas como estoy? te diría, como escribió el gran poeta judío Jaim Guri; “Estoy como está mi pueblo” y mi pueblo hoy está triste”.
P.- ¿Cómo está viviendo el tema de la guerra y sobre todo de los rehenes desde su perspectiva como Rabino?
R.-Hemos pasado por distintas etapas, la etapa shock absoluto de no entender nada. Luego llegamos a la tristeza y al dolor. Somos un país muy pequeño y eso hace que yo no conozca a nadie que no este afectado personalmente de alguna manera significativa. No necesariamente dentro del núcleo familiar, pero todos tenemos compañeros de trabajo, vecinos, que ha perdido un familiar. Personalmente tengo un primo en Be’eri, que estuvieron él y su familia 20 horas en el refugio.
Al novio de mi hija menor le mataron un primo el 7 de octubre, el estaba en el ejercito. Esta semana acompañé a dos familias de mi barrio que perdieron a un hijo. Yo viví toda la guerra de Irak y Afganistán en Estados Unidos, no conocí a nadie que tuviera una victima en su familia o entorno. Eso te da la dimensión de lo que nos esta ocurriendo a nosotros, aquí en Israel. Es una guerra de todos, no sabemos cuando va a terminar, estamos aprendiendo a vivir en una situación de guerra permanente cosa que desde la independencia nunca había sucedido. Tratamos de seguir con nuestras vidas a pesar de escuchar cada día los nombres de los caídos, de tener una sensación de trauma nacional permanentemente.
Tenemos una sensación de agotamiento físico y mental, nadie duerme bien. En casa dijimos, tenemos que ver menos noticias, tenemos que parar un poco de estar todo el tiempo con la televisión. Charlando con amigos, parece que todos hubiésemos tomado la misma decisión. De alguna forma tenemos que preservarnos de este agotamiento y tristeza. Me preguntas como estoy? te diría, como escribió el gran poeta judío Jaim Guri; “Estoy como está mi pueblo” y mi pueblo hoy está triste.
“En la universidad de la hija de un amigo en Madrid, se convoco una manifestación pro palestina y solo aparecieron 20 personas, esa es la parte positiva, la negativa es que de los 20, 6 eran profesores”.
P.- Hay mucho trabajo por hacer por parte de la comunidad judía en España, para conseguir niveles como en otros países?
R.- Creo que este trabajo lo dividiría en dos campos, en dos temas distintos. Uno tiene que ver con cuestiones logísticas, como es tener lugares donde reunirse, como educar a nuestros hijos. Eso en Madrid, Barcelona y Valencia esta conseguido. Cuando llegué a España, creía que era mas grande, pero ahora compruebo que buena parte del país esta muy bien comunicada con Madrid, con distancias muy cortas, y eso hace que en Shabat, vengan muchos judíos de otras ciudades a la sinagoga. Eso me ha sorprendido muy positivamente.
Eso es nuevo para mi, miras el mapa de España y es mucho mas grande que Israel, pero mucho mas pequeño en cuanto a poder desplazarse en poco tiempo. La otra diferencia o campo, es que el judío español todavía no ha asumido su identidad. Se habla mucho que si es Ashkenazi o Sefardí, o si vino de Israel, Argentina o Colombia, en vez de decir, vivo aquí y soy el judío sefardí del siglo XXI. Hay una oportunidad única en estos momentos, para que asuman que viven en España, que sus hijos han nacido aquí y que su identidad es española. Creo que deberían asumirla y decir soy judío sefardí y vivo en Sefarad.
P.- Por último Rabino, una pregunta casi obligada, ¿le gusta Madrid?
R.- Madrid me fascina, tome otra vez el púlpito porque era en Madrid. Es una ciudad muy hermosa, que me ha recibido tremendamente bien. La comunidad judía, como el resto de la sociedad es muy acogedora, es una ciudad donde uno se siente muy a gusto, muy rápido. Quizás tenga que ver con que casi todos son nacidos en otros lugar, que madrileños hay pocos, pero todos se sienten de Madrid. Y yo realmente, cuando vuelvo, cada vez estoy mas encantado y enamorado de la ciudad.
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