“Vi niños árabes que dormían sobre 4 kg de TNT”: Rodrigo González, exsoldado de las FDI y creador de VEO Israel

Enlace Judío México e Israel – Veo Israel es un compendio de redes sociales en los que el público de habla hispana puede enterarse de lo que está ocurriendo en aquel país desde el 7 de octubre. Rodrigo González, su creador, es un chileno excombatiente de las FDI que cambió el fusil de asalto por la cámara para librar una guerra todavía más difícil: la guerra contra la desinformación y la propaganda palestina. 

 

A inicios de los años ’90, la dictadura de Augusto Pinochet llegó a su fin. Para muchos chilenos eso significó la promesa de nuevos y mejores tiempos por venir. Pero para la familia de Rodrigo González, la caída del viejo régimen trajo consigo también una ola de antisemitismo que volvió su vida en Chile insostenible. Por eso migraron a Israel.

Unos años después, Rodrigo, un chico apenas adulto, incursionaría en las FDI como soldado de combate. Durante casi cuatro años, González serviría en la unidad Golani de la infantería, una de las más reputadas y también una de las más expuestas al fuego y a los horrores de la guerra.

González nos cuenta la historia en español, un idioma que dejó de hablar durante décadas, y que apenas ahora, cuando ha comenzado una nueva carrera como creador de contenido, retoma con la esperanza de informar oportunamente a lo que él llama “el mundo que habla español”, esas 600 millones de personas que pueblan América desde la Patagonia hasta Estados Unidos, además de España.

VEO Israel

Veo Israel es el nombre de la iniciativa con la que González pretende cambiar un poco la perspectiva que tiene el público hispanohablante sobre Israel y el conflicto que sostiene con el mundo árabe, en general, y con Hamás y los palestinos, en particular.

Vía remota, el joven comunicador nos recibe para conversar sobre sus motivaciones y para contarnos un poco de su historia, una cargada de momentos de gran intensidad, de aventura y de trauma, y para compartir con nosotros su visión optimista y esperanzadora sobre el futuro, sobre la guerra que peleó en Líbano y sobre la guerra que libra actualmente, una muy desigual guerra informativa contra el mundo entero.

“Todos volvimos con postrauma”, confiesa. Se refiere, claro, a los meses que siguieron a su regreso a la vida civil, tras años expuesto al horror de la guerra. Ejemplifica lo vivido con una historia elocuente: un día, de madrugada, su unidad recibió la orden de entrar en territorio enemigo para extraer a un grupo de terroristas que preparaban un atentado con bombas en Israel.

“Y la misión de nosotros era entrar desde las 04:00 de la mañana hasta las 06:00 de la mañana, encontrar esta persona en su casa, sacarla, tomar las armas y volver a Israel sin que pase nada, porque a las 06:00 de la mañana abren de vuelta el mercado y es el momento que nosotros tenemos que salir. Si nosotros nos quedamos hasta las 06:05 de la mañana, todo el pueblo va a salir y ahí va a empezar el combate”.

El grupo de 15 soldados se ocultó en un camión que transportaba vegetales. “Nosotros estábamos abajo de los tomates y las lechugas. En el momento que abrieron las puertas salimos” y, como si se tratara de una serie de ficción, aprovecharon la oscuridad de la noche para entrar con sigilo a la casa indicada como aquella en la que se refugiaba uno de los terroristas.

“Por favor, es noche, no despierten a los niños y no toquen a las mujeres”, les indicó su comandante. Sabía que en aquella casa encontrarían una familia numerosa y que entre sus miembros habría niños pequeños. El equipo siguió las instrucciones, penetró en aquella casa y buscó infructuosamente al terrorista por todas partes.

“En el último piso estaban los niños y el comandante dice ‘no entrar a la pieza de los niños’ (…) Buscamos en la cocina y buscamos aquí y no encontramos al terrorista y no encontramos las armas y no encontramos las bombas. Y nosotros sabemos que tienen un montón de bombas. Y buscamos y buscamos y buscamos. 5:45. Nos quedan 15 minutos para salir de ahí.

“Entonces el comandante dice ‘bueno, dale, entremos a las piezas de los niños’. Abrimos con la mamá de los niños la puerta, despertamos los niños así con súper cuidado y les decimos en árabe que salgan afuera. Los niños salen. Empezamos a buscar en la pieza, no encontramos nada….”. Hasta que uno de los soldados , en su desesperación, se sentó en la cama… e hizo un descubrimiento impactante  “vemos que un niño de cuatro años durmió arriba de cuatro kilos de TNT”.

Contar la historia en español

El uso de civiles como escudos humanos por parte de Hamás es una de esas realidades que el mundo prefiere no tomar en cuenta a la hora de tildar de genocida al Estado de Israel. Para González, sin embargo, no se trata de un cuento sino de un hecho confirmado que vio con sus propios ojos desde comienzos del siglo XXI, antes de convertirse en comunicador profesional e incursionar en ámbitos tan diversos como el cine o el marketing.

“Yo ya lo vi hace tiempo, lo vi, lo sentí y fue una cosa muy triste, muy triste. Tú entras allá y ves niños de seis, siete años con armas y te rompe el corazón, te rompe el corazón”, reitera, y no da la impresión de ser un antiguo soldado sino solo un hombre sensible que ha presenciado el rostro más macabro de la guerra, en el corazón de un conflicto del que todos hablan pero pocos entienden.

Pero González sabe de lo que habla. Ha presenciado cada posibilidad de la vida en Israel, desde los pacíficos kibutzim hasta el frente de guerra. Fue a una de aquellas comunidades agrícolas adonde su familia llegó inicialmente, en los años ’90: el kibutz Adamit. “Justo hoy fui allá a visitar y a filmar y a ver cómo están mis amigos de mucho tiempo atrás”.

González encontró que el kibutz vive tiempos difíciles. Todo Israel vive tiempos difíciles porque está en guerra. Cientos de miles de reservistas han dejado sus actividades cotidianas para incorporarse a la lucha. Los vacíos que dejan atrás pesan emocional y económicamente, y aunque el espíritu de la gente es fuerte y altivo, los estragos comienzan a sentirse.

Ya desde aquellos primeros años en que González se reincorporó a la vida civil, nos cuenta, entendió que hacía falta producir contenido en español. Lo que había hasta entonces eran solo videos subtitulados. Pero no sería sino hasta el 7 de octubre que, finalmente, el exsoldado apuntaría la lente de su cámara hacia las personas y sus historias, con la misión de contarle al mundo lo que estaba ocurriendo ahí realmente.

7 de octubre

“Llegó el 7 de octubre y yo me acuerdo que estaba en la casa y no podía creer lo que estaba viendo en la tele (…). En la noche, en la misma noche de sábado, me llamaron unos cuantos amigos y unas cuantas personas que me conocen. Tengo aquí una agencia de publicidad muy grande de marketing para empresas tecnológicas y me llamaron y me dijeron ‘mira, necesitamos ayuda con los familiares de los secuestrados’. Llegué allá, era domingo y vi a los familiares y ahí…. se me rompió el corazón”.

Entre los secuestrados había muchos latinos. Gente de España, de México, de Argentina, de Chile y de Costa Rica… “Ahí decidí que me voy a meter a esto. Claro que empecé a abrir las redes sociales como todos nosotros, y vi lo que está pasando en las redes sociales y las mentiras. Y me empecé a preguntar también cómo podía  ser que el 7 de octubre empezó esto y el 8 de octubre ya tenemos manifestaciones de palestinos en las calles gritando ‘genocida’ y no lo logré entender”.

En esos primeros días, González ofreció su ayuda al gobierno para comunicarle al mundo lo que estaba ocurriendo. “Ayudé mucho en inglés y ayudé a muchas cosas y ahí, después de dos o tres semanas, dije ‘¡cómo es posible que nadie se encarga del mundo que habla español!’ El tercer idioma (con más hablantes) en el mundo, 600 millones de personas…”

Así, González decidió desempolvar su lengua materna y comenzar una aventura que ya comienza a dar sus primeros resultados. Veo Israel, su marca en las redes sociales, comienza a crecer mientras los videos en los que conversa con sobrevivientes, familiares, soldados y víctimas de los atentados se hacen más y más virales.

“Una de los primeras cosas que escribí en mis redes sociales cuando empezó esto es que solamente después de casi 30 años que estoy en Israel, por primera vez me siento judío, latino, orgulloso de ser latino y judío, y solamente ahora empecé a hablar y ocupar mi español”.

La estrategia de Rodrigo para librar su guerra mediática es simple: usar el español, entender su diversidad y enfocarse en las historias personales. “Si tú ves nuestro contenido siempre es un toque personal de un familiar secuestrado, es un toque personal de un soldado, Es cómo ellos se sienten, qué le pasa a ellos, cómo esta guerra, cómo esta situación le afecta a una persona como tú y yo”.

Empatía. Eso persigue González a través de Veo Israel. “Hoy el pueblo judío y el pueblo israelí tienen que tratar de conseguir empatía en todos esos que no saben dónde está la verdad. Y yo creo que diciéndoles a ellos, gritando ‘Israel está bien, Israel está bien’ no siempre es la manera de cambiar la manera como ellos piensan.

“Yo creo que la primera manera de cambiar de cómo nosotros pensamos sobre algo (…) es partir de una historia personal. Si yo veo otro joven de mi edad que cuenta qué es lo que pasa, qué es lo que le duele, qué es lo que él siente y cómo él ve las cosas, es para mí un poquito más fácil”.

“Vamos a ganar”

¿Por qué Hamás está ganando la guerra mediática? “Yo dije, cuando empezamos a generar contenido y trabajé con muchos grupos acá en Israel (…) grupos que trabajan en Francia, grupos que trabaja en Estados Unidos, grupos que trabajan en muchas partes, en Italia, y yo me acuerdo que había unos momentos que les había dicho a ellos: ‘tenemos que hacerlo Hamás style“.

Si Hamás muestra niños sangrando y videos crudos, sin música ni edición compleja, “eso también es algo que nosotros tenemos que hacer, pero yo no creo que solamente ellos así ganan esa propaganda. Hay algo también que nosotros tenemos que entender, que el público que está en las redes sociales no llega a las redes sociales para ver lo que nosotros vamos a mostrar. Ellos llegan a las redes sociales para escaparse de su día a día.

“Ellos entran al Instagram para ver otros influencers y gente joven o deportistas para escapar. Y nosotros tenemos que entender eso. Y al momento que entendemos eso, que la gente no va a las redes sociales para ver qué está pasando ahora en Israel y a quién secuestraron y a quién violaron, al momento que entendemos eso (…) y tratamos de tocar el tema que nosotros queremos contar de una manera más fácil y más liviana (…) nos va a ayudar a conseguir más” seguidores.

Llegar a más gente y hablarle de una forma simple que la ayude a entender la situación es complejo, pero cambiar la percepción que se tiene sobre Israel “es un trabajo un poquito más difícil”, admite González. Para conseguirlo, su estrategia es apelar a los sentimientos y a la empatía, “no decirle a la persona cómo pensar, sino darle la oportunidad de ver que lo que está pasando aquí en Israel y ver que nosotros somos personas que quieren paz, vivir juntos y queremos solamente hacer bien al mundo”.

Como otros generadores de contenido en medios digitales, a González el término “hasbará” ha dejado de hacerle sentido.  “Esa palabra o ese tema ya no es relevante para hoy, y ya hoy tenemos muchos jóvenes que ya tienen una manera de pensar, tenemos muchas personas adultas que son inteligentes y van a leer y van a buscar la información y ven la tele y escuchan la radio y escuchan un podcast.

“Estamos hoy en un mundo que hay mucha información y tenemos que tratar de encontrar la manera no de explicar qué lo que está pasando en Israel, sino que ese también es un objetivo muy grande que yo trato de tener en Veo Israel, es mostrar lo que está pasando en Israel. La gente tiene que ver. La gente tiene que sentir, tiene que emocionarse de una manera buena, de una manera mala, de lo que está pasando aquí en Israel y de lo que es ser un judío orgulloso”.

Finalmente, la conversación regresa a Chile, el país del que Rodrigo González y su familia huyeron por el antisemitismo y que, según el creador de contenido, no ha hecho sino empeorar en ese sentido.

“Tenemos un problema muy grande en Chile, que hay un presidente que, hay que decirlo, es antisemita. Gabriel Boric es antisemita y él tiene problemas con los judíos y él tiene problemas con Israel, y eso hay que decirlo”.

“Y la gente no tiene que tener miedo de decir esas cosas, eso hay que decirlo y tú sabes, te voy a contar un cuento gracioso sobre Chile. Yo publico muchos materiales sobre Chile y fue un tema que yo decidí desde el principio tocarlo y no lo hago solamente con mi cara y no lo hago solamente en en las páginas que tú conoces; lo hacemos realmente de muchas maneras.

“Estamos trabajando desde Chile. Y mi mamá ahora volvió de un paseo de Chile, viajó por dos semanas a Chile y estuvo en un bus. Estaba en un bus viajando a Arica, al sur de Chile, y vio un video que yo le mandé y estaba sentado al lado de ella una señora y ve el video y dice ‘Ay, me encanta ese chico israelí cómo habla’.

“Y mi mami le dice ‘es mi hijo’. Y mi mamá me contó que todo el bus, también la mujer que estaba aquí al lado de ella, también los dos que estaban atrás, adelante, la miran y dice ‘No me jodas’ (…)  Y ¿tú sabes qué le preguntaron ellos? Le preguntaron si yo me doy vueltas en la calle con guardias, si yo me doy vuelta aquí en las calles con personas que me que me cuidan porque es muy peligroso (…).

“Realmente que me da mucha pena porque yo también veo lo que está pasando allá y yo creo que también las comunidades judías tenemos una culpa, todos nosotros (…), no estuvimos atentos de lo que está pasando y no vimos el mapa. Yo creo que tuvimos en un tiempo, todos, muchos pensamos que todo está bien y también como estuvimos en una manera de pensar que no necesitamos a los demás, el que no nos quiere que no nos quiera.

“Pero lo que pasó en esa actitud que nosotros tuvimos como israelíes, como judíos, se abrió una puerta y ellos supieron entrar en esa puerta y empezar a tomar lugares de poder, porque hoy los medios en Chile no son de los judíos ya. Así que también todo eso, estos cuentos, esas historias que los judíos controlan los medios, ya no es cierto, eso ya no es cierto.

“Hoy Qatar es uno de los países con más influencia en todos los medios en el mundo, y eso es lo que está pasando en Chile y eso es lo que está pasando en Brasil. Eso es lo que está pasando en muchos lugares en el mundo y por eso también yo me levanto cada día lleno de energía para ganar esta guerra, porque yo sé lo que está pasando, yo veo lo que está pasando y tenemos que movernos y tenemos que movernos rápido y fuerte y no tener miedo y seguir y seguir y seguir y seguir porque vamos a ganar, vamos a ganar”.

“Nosotros estamos con la verdad y tenemos que contar a todo el mundo la verdad… y vamos a ganar”.


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