La mayoría de los 108 estudiantes de la Universidad de Columbia que fueron detenidos tras negarse a abandonar el jueves un campamento propalestino en el campus se despertaron esta semana con una cruda realidad: su escuela les comunicó que sus identificaciones dejarán de funcionar en breve y que algunos no podrán terminar el semestre, informó Reforma.
Los alumnos detenidos fueron puestos en libertad con órdenes de comparecencia. La universidad indicó que los participantes en la protesta ya fueron informados de su suspensión.
Para algunos de los estudiantes, eso significa que deben desalojar su vivienda a pocas semanas de que termine el semestre. Sin embargo, sean cuales sean las consecuencias, varios de ellos afirman que seguirán protestando contra la guerra que Israel mantiene en la Franja de Gaza.
Las protestas, las detenciones y las medidas disciplinarias se produjeron un día después del testimonio ante el Congreso de la rectora de Columbia, Nemat Shafik, en una audiencia que discutió el antisemitismo en su campus.
La institución educativa ha informado de varios episodios antisemitas, incluido un ataque, y muchos estudiantes judíos se han sentido amenazados por las protestas.
Ante los congresistas, Shafik expresó que algunos de los manifestantes en el campus utilizaron un lenguaje antisemita que podría justificar medidas disciplinarias.
Al día siguiente, la universidad llamó a la policía para sofocar las protestas. La agresiva respuesta dejó a los alumnos conmocionados, pero también, aseveran, llenos de energía.
Entre los manifestantes, cuyas demandas incluían que Columbia retirara sus inversiones de empresas vinculadas con Israel, destacó Isra Hirsi, una estudiante de la escuela Barnard, e hija de la congresista demócrata Ilhan Omar, la primera mujer musulmana en el Capitolio.
En la comparecencia ante el Congreso, Omar cuestionó a los directivos de la universidad sobre el trato que dan a sus alumnos musulmanes.
Las próximas semanas serán un periodo de incertidumbre tanto para los detenidos como para los directivos universitarios. Muchos estudiantes se mostraron desafiantes tras las detenciones y prometieron continuar sus manifestaciones.
Para los alumnos que fueron suspendidos también se avecina una gran sacudida cuando termine el semestre.
Las sanciones prohíben a los estudiantes asistir a actos universitarios o acceder a espacios del campus, como comedores, aulas y bibliotecas, según la universidad. No está claro cuánto tiempo durarán las medidas.
Algunos de ellos afirman que ahora viven en departamentos de amigos. Isra Hirsi comentó que aún no regresa a su habitación porque, para hacerlo, tendría que ir con un acompañante del equipo de seguridad de Barnard.
En un agudo editorial publicado esta semana, el periódico estudiantil de Columbia denunció la decisión de Shafik de pedir la detención de los alumnos y le pidió hacer más para proteger a quienes protestan en el campus.
La rectora, a su vez, explicó en una carta publicada el jueves que su decisión de llamar a la Policía se debió a que el campamento perturbaba la vida universitaria y generaba una atmósfera de intimidación.
“Tomé esta medida extraordinaria porque se trata de circunstancias extraordinarias”.
Pero muchos de los manifestantes, entre ellos varios estudiantes judíos, se opusieron a esa caracterización. Una candidata al doctorado en Columbia que no quiso revelar su apellido explicó que defiende la moral y la ética de su fe judía, pero no respalda el castigo a sus compañeros.
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