El conflicto entre Israel y Hamás es el evento que más cobertura mediática ha recibido en la última década. También ha despertado un antisemitismo no visto desde los tiempos de los nazis, donde nuevamente se amenaza la existencia del judaísmo en ámbitos educativos, comerciales y políticos a nivel mundial.
Por eso es importante poner algunas de las cuestiones más citadas en perspectiva y análisis:
• El reclamo de genocidio
El ministerio de salud gazatí miente. Lo hace deliberadamente y de manera continua, y es citado constantemente de manera automática no sólo por Al Jazeera, sino por medios como el New York Times. Sí, ese mismo ministerio que rápidamente acusó a Israel de bombardear el hospital Al-Ahli, y que nunca admitió que el disparo vino de un cohete de los propios terroristas y que cayó en el estacionamiento adjunto y no en las instalaciones del hospital como inicialmente se dijo, dejando poco más de una decena de muertos y no los 500 reportados inicialmente.
Bajo este mismo patrón, el mismo ministerio ha reconocido que no puede comprobar 34 mil muertes, y ha reducido su propia cifra a 22 mil. Estos datos, cruzados con los del ejército israelí que afirman haber eliminado a 14 mil de los 45 mil militantes de Hamas, indican que el porcentaje de civiles vs. combatientes eliminados es de casi 1 a 1, una relación más baja que la existente en cualquier conflicto interno o guerra vigente.
Esto no es de celebrarse, pero nos da una perspectiva de que los contraataques del ejército israelí han sido realmente calculados. Israel ha perdido más de 600 soldados al entrar a pie a Gaza y no realizar bombardeos indiscriminados a una ciudad que mide 41 x 10 kilómetros (podría hacerlo sin la necesidad de sacrificar a sus propias fuerzas). Esto al tiempo en que el propio Hamás se esconde precisamente entre sus civiles en escuelas, hospitales y centros de acopio de ayuda humanitaria.
Es por este evidente patrón que incluso el infame juicio de genocidio llevado a cabo por la Corte Internacional de Justicia en La Haya no ordenó el cese de las hostilidades, ni impidió el derecho de Israel a defenderse. No se declaró como tal el genocidio, sino que pidieron “seguir con precauciones”. A pesar de esto, se insiste con una postura inaudita de cese al fuego a Israel:
En una guerra no iniciada por ellos, donde masacraron a sus civiles, Israel debe sacrificar a sus soldados para proteger a los civiles palestinos que los mismos terroristas exponen, deben alimentar diariamente al ejército enemigo proveyendo la logística de ayuda humanitaria, y renunciar a ganar la guerra por presión de la comunidad de proteger el último bastión del gobierno terrorista. Debe buscar un cese al fuego unilateral, sin que eso signifique la liberación de los secuestrados que no han sido ni visitados por la Cruz Roja.
• La incursión en Rafah y su importancia
Israel está lejos de terminar la eliminación de Hamás como brazo paramilitar en la franja de Gaza. Habiendo eliminado a 14 mil combatientes, quedan aún otros 30 mil. Así, 2/3 de los terroristas continúan en función, y han recuperado de hecho algunas posiciones que Israel ha ido dejando. Si Hamas recupera el gobierno en la franja, nada le impedirá reagrupar sus fuerzas, rearmar sus túneles (equivalentes a 15 pisos por debajo del suelo) y reiniciar sus ataques para el exterminio del Estado de Israel. Recordemos que Hamás no quiere una solución de dos Estados, y nunca se ha parado en un foro diplomático. No tienen problema tampoco de financiamiento, pues muchos países europeos han reanudado el fondeo a la UNRWA a las pocas semanas de que se demostrara su involucramiento en los atentados terroristas. Por lo tanto, si Hamás se mantiene el poder, habrá ganado la guerra, continuará con su gobierno dictatorial en Gaza, y enviará un mensaje de que el terrorismo funciona.
• ¿Por qué Hamas no acepta una tregua definitiva y devuelve a los secuestrados?
Hamás ya tiene lo que buscaba. La presión de la comunidad internacional ha favorecido al terrorismo. Inicialmente, Hamás exigían a cambio de la liberación de los rehenes la entrada de 500 camiones de ayuda humanitaria a Gaza diariamente, y el subsidio continuo de gas, electricidad y agua (además de la liberación de sus combatientes en un radio de 10 a 1 al menos). Hoy en día esas concesiones ya se tienen, y tanto los subsidios como el número de camiones ya entran a Gaza. Esto sin haber liberado un solo rehén nuevo. También se ha retrasado la ofensiva al último bastión de Hamas, que es Rafah, y con ello dicha organización terrorista mantiene 2/3 de su ejército intacto, con tiempo suficiente para reagruparse y fugar a sus líderes.
Esta tregua no explícita se extiende bajo la presión de la comunidad internacional y de los Estados Unidos, que ante sus próximas elecciones prefiere disuadir a Israel de su defensa. De igual manera, Irán ha atacado a Israel directamente sin que este último pudiera responder oficialmente. Occidente nuevamente impidió la defensa para “evitar una escalada innecesaria”. Así, Hamas está protegido en su último bastión, e Israel se encuentra impedido de responder a las agresiones en su territorio por sus propios “aliados” y la comunidad internacional.
Esto al tiempo en que sigue recibiendo diariamente ataques de misiles provenientes de la propia franja de Gaza y desde Líbano por parte de Hezbolá, además de los más de 2,000 incidentes terroristas en Judea y Samaria ocurridos desde el 7 de octubre. Así, Israel se encuentra nuevamente en el dilema de ser atacado y no poderse defender. Aún bajo estos supuestos, el antisemitismo crece más que nunca, y la propaganda internacional continúa defendiendo a los atacantes. Para Hamás, el tiempo juega a su favor, donde la presión para su enemigo aumenta, y las concesiones para ellos crecen.
• Los países árabes que abrieron los ojos
Al tiempo en que Occidente se vuelca al antisemitismo y la defensa del terrorismo, los países árabes reaccionan ante el fundamentalismo islamista y terrorista que representa Hamás. Arabia Saudita se desmarca de ello, y se opone abiertamente a la hegemonía regional de Irán mientras busca normalizar relaciones con Israel. De igual manera, Jordania contribuyó al bloqueo de misiles iraníes aún recibiendo amenazas de dicho gobierno. Egipto por su parte ha intentado fungir como mediador ante Hamás y reforzó su frontera con la franja de Gaza para evitar el contrabando de armas a los terroristas. Incluso Qatar ha tenido diferencias con los líderes de Hamás y amaga con retirarse de las negociaciones.
Así, el mundo árabe cierra filas con Israel, y prefiere una reconciliación al extremismo terrorista. Irónicamente, son los propios países árabes colindantes del conflicto quienes defienden a Israel, no tienen declaraciones incendiarias antisemitas y no defienden las doctrinas terroristas de Hamas.
En la pascua judía existe un rezo que se fue escrito hace miles de años y recita lo siguiente: “En cada generación, alguien que se levantará para exterminar al pueblo judío”. Así, a casi 80 años del holocausto Nazi, el pueblo judío enfrenta una nueva amenaza existencial.
A diferencia del pasado, ahora cuenta con un ejército y un Estado que deben interactuar sin embargo con la prensa y la comunidad internacional. La pregunta son los límites y reglas de dicha interacción.
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