Desde el 15 de abril, tiendas de campaña multicolores han sido levantadas en los jardines de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Las decenas de estudiantes y graduados pidieron a la dirección del prestigioso centro universitario que corte sus lazos con empresas vinculadas a Israel. A la vez, estudientes judíos fueron acosados.
En consecuencia, el rectorado autorizó a la policía a entrar en el campus y detener a los manifestantes; también suspendió a un centenar de ellos.
A partir de esta manifestación, estudiantes de varias universidades, incluyendo la de Yale y la de Texas, se han unido a las protestas con virulentas consignas anti Israel y antisionistas.
La Universidad de Columbia ha sido descrita como el epicentro del movimiento propalestino en EE. UU.
Sin embargo, no hay nada nuevo bajo el sol.
En diciembre 2006, la Universidad de Columbia enfrentó críticas por su relación con la Alemania nazi en la década de 1930, revelada por una investigación del Instituto David S. Wyman para Estudios del Holocausto. A pesar de las revelaciones, Alan Brinkley, el rector de Columbia defendió las acciones de la universidad argumentando que muchos otros también colaboraron con el régimen nazi.
Parte de la investigación mostró que,en 1933, el embajador de la Alemania nazi en Estados Unidos, Hans Luther, fue invitado por el presidente de Columbia, Nicholas Murray Butler, a hablar en el campus de Columbia.
Butler, incluso, organizó una recepción para el embajador nazi, cuyos comentarios estuvieron dedicados a defender las “intenciones pacíficas” de Hitler hacia el resto de Europa. Butler dijo que, como representante del “gobierno de un pueblo amigo”, Luther tenía “derecho a ser recibido con la mayor cortesía y respeto”.
Columbia, como muchas universidades estadounidenses, continuó su programa de intercambios de estudiantes con Alemania aún después de que los nazis llegaron al poder.
Norwood señaló que un alto funcionario nazi en ese momento describió a los estudiantes de intercambio alemanes como “soldados políticos del Reich”, haciendo el trabajo de Hitler en el extranjero.
Además, en 1936, Butler, envió un delegado a participar en celebraciones en la Universidad de Heidelberg, controlada por los nazis, a pesar de las políticas antisemitas de la institución. Estas acciones provocaron críticas y manifestaciones por parte de los estudiantes de Columbia, incluso la expulsión de un estudiante, Robert Burke, que lideró una protesta pacífica.
El profesor Norwood, quien investigó en 2006 la respuesta de las universidades estadounidenses al nazismo, calificó las acciones de Columbia en la década de 1930 como “vergonzosas”, diciendo que ayudaron a legitimar el régimen nazi en Occidente..
Al principio, Columbia intentó eludir la controversia. Un portavoz de Columbia dijo al New York Post que “la universidad estaba al tanto de las acusaciones, pero la administración no ha decidido si las investigaría”.
Pero la controversia creció, y fue el tema de un artículo en la revista en línea “Inside Higher Ed”, una voz muy respetada en la comunidad académica.
El rector de Columbia respondió a Inside Higher Ed: “Si los acontecimientos que describe el profesor Norwood son ejemplos de ‘colaboración’, entonces entre los colaboradores se incluyen miles de líderes y ciudadanos de Estados Unidos, Gran Bretaña y muchas otras naciones“.
En la imagen, Nicholas Murray Butler y Hans Luther.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío.
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