Siria ha evitado verse envuelta en la guerra de Gaza, dijeron los expertos, a pesar de un ataque a un edificio cerca del consulado de Irán en Damasco, atribuido a Israel, que amenazó con provocar una conflagración regional.
El gobierno del presidente sirio Bashar Assad está tratando de lograr un delicado acto de equilibrio entre Rusia e Irán, que lo han apuntalado durante 13 años de guerra civil y lo han ayudado a recuperar el territorio perdido.
Siria es parte del llamado Eje de Resistencia, una alianza de grupos respaldados por Irán que ha lanzado ataques contra Israel o sus supuestos activos desde octubre.
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Pero su otro aliado principal, Rusia, mantiene vínculos diplomáticos con Israel y ha presionado por la estabilidad en el sur de Siria, que limita con los Altos del Golán.
“Los israelíes advirtieron claramente a Assad que si Siria era utilizada contra ellos destruirían su régimen”, dijo un diplomático occidental que pidió el anonimato porque no se le permite hablar con los medios.
En los últimos meses se ha producido una serie de ataques contra objetivos iraníes en Siria, atribuidos ampliamente a Israel, que culminaron con un ataque aéreo el 1 de abril que arrasó un edificio junto al consulado de Teherán en Damasco y mató a siete comandantes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, dos de ellos generales.
El personal de emergencia extingue un incendio en el lugar de los ataques que afectaron a un edificio junto a la embajada irani en la capital de Siria, Damasco, el 1 de abril de 2024. (Louai Beshara/AFP)
Ese ataque llevó a Irán a lanzar el primer ataque directo con misiles y drones contra Israel el 13 y 14 de abril, lo que disparó las tensiones regionales.
Los ataques también han obligado a Irán a reducir su presencia militar en todo el sur de Siria, especialmente en las zonas fronterizas con el Golán, dijo a la AFP una fuente cercana a Hezbolá y un observador de la guerra.
Influencia de Rusia y los Emiratos Árabes Unidos
“Rusia y los Emiratos Árabes Unidos han instado (a Assad) a mantenerse alejado del conflicto”, dijo Andrew Tabler, del Instituto Washington.
El año pasado, Siria volvió al redil árabe, buscando mejores vínculos con los estados ricos del Golfo, con la esperanza de que puedan ayudar a financiar la reconstrucción, aunque es probable que las sanciones occidentales disuadan la inversión.
En 2018, los Emiratos Árabes Unidos restablecieron lazos con Siria y han estado liderando la lucha para reintegrar Damasco.
Siria parece haber atendido el llamado de Rusia y los Emiratos Árabes Unidos, y su frontera con los Altos del Golán permanece relativamente tranquila a pesar de un puñado de ataques lanzados por grupos aliados de Hezbolá.
Fotografia tomada el 20 de julio de 2018 en los Altos del Golan de un tanque israeli Merkava tomando posiciones en la frontera entre Israel y Siria. (AFP)
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un organismo de vigilancia de la guerra con sede en el Reino Unido sobre financiación poco clara, dice que desde el inicio de la guerra de Gaza sólo 26 ataques con cohetes desde Siria han tenido como objetivo los Altos del Golán.
La mayoría han aterrizado en zonas abiertas, “lo que se lee en Washington y en otros lugares como una especie de código de que el presidente sirio Bashar Assad quiere mantenerse al margen del conflicto de Gaza”, dijo Tabler.
“Assad espera que los árabes y Occidente lo compensen por su moderación, y los rusos lo están empujando hacia ese camino”, dijo.
Lazos complicados con Hamás
A principios de este mes, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que había establecido una posición adicional en la parte siria del Golán para “monitorear el alto el fuego y promover la reducción de las tensiones”.
Si bien en varias capitales árabes se llevaron a cabo manifestaciones masivas de solidaridad con los palestinos en Gaza, en Damasco sólo hubo un puñado de pequeñas manifestaciones pro-palestinas, dijeron testigos.
Siria ha tenido una relación difícil con Hamás.
Hamás y Assad se reconciliaron en 2022, una década después de que el grupo terrorista palestino, aliado durante mucho tiempo con Damasco, rompiera lazos por su represión de las protestas mayoritariamente suníes que desencadenaron la guerra civil en Siria, según The Times of Israel.
El presidente de Siria, Bashar Assad, a la derecha, se reune con Ismail Haniyeh de Hamas en Damasco, Siria. (AP/Sana)
Hamás proviene de la misma escuela ideológica que los Hermanos Musulmanes, un grupo islamista sunita con orígenes en Egipto, que Siria considera terroristas.
“El régimen odia a Hamás y no desea apoyar a los Hermanos Musulmanes, cuya victoria sólo podría fortalecer a sus amigos en Siria“, dijo el diplomático.
Hamás anunció el año pasado la apertura de una nueva página con el gobierno sirio, pero Assad consideró que todavía era “demasiado pronto” para hablar de un retorno a la normalidad.
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