(JTA) — Un judío iraní condenado a muerte recibió una suspensión de su ejecución por un mes después de una campaña de presión global que incluyó llamados a rezos en las comunidades judías persas de todo el mundo.
La suspensión se produjo cuando Irán vivió la muerte de su presidente Ebrahim Raisi al caer el helicóptero en el que viajaba.
El presidente Ebrahim Raisi es conocido con el sobrenombre de “El carnicero de Teherán” por su papel en la supervisión de las ejecuciones en el país, cuyo máximo funcionario es el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.
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Arvin Ghahremani, de 20 años, estaba previsto que fuera ejecutado primero el sábado y luego el lunes por su papel en un asesinato durante una pelea callejera hace dos años, según la organización Iran Human Rights.
La suspensión de la ejecución, que según el medio israelí Ynet había sido comunicada a través de chats de WhatApp, se produjo tras un frenesí de defensa de Ghahremani por parte de comunidades judías de todo el mundo.
En la diáspora judía iraní, el caso de Ghahremani ha sido fuente de llamados a la oración, la caridad y la devoción religiosa: acciones que el judaísmo tradicionalmente considera que pueden “evitar un decreto severo”.
Los mensajes utilizaban su nombre hebreo, Arvin Netanel Ben Siona. Uno incluía una nota de voz desesperada de su madre. “Pido a todos que ayuden a orar”, dijo Sonia Saadati en un mensaje lleno de lágrimas en farsi.
El rabino Eliyahu Netanili, líder de la sinagoga Hayyeh Torá de Los Ángeles, convocó a 1.000 personas a recitar el Salmo 13, una oración que expresa fidelidad, 13 veces.
Ghahremani se encuentra entre los 8.500 judíos estimados que todavía viven en Irán, luego del éxodo de la mayor parte de la alguna vez importante población judía de Irán después de la revolución de 1979 que puso a los líderes islámicos a cargo.
Ghahremani, residente de la ciudad de Kermanshah, en el oeste de Irán, estuvo involucrado en un altercado con un hombre no judío a quien le había prestado dinero.
El hombre había sacado un cuchillo a Ghahremani, según relatos compartidos en la comunidad judía, pero el altercado finalmente resultó en la muerte del otro hombre.
En Irán, donde el código penal se basa en parte en la ley islámica Sharia, el dinero de sangre para la familia del fallecido es una recompensa aceptable en casos de homicidio involuntario como este.
Pero según declaraciones difundidas en Telegram por líderes judíos iraníes, la familia de la víctima rechazó repetidamente ofertas de pago, conocidas como diyat, y los intentos de la comunidad de mediar en el asunto con los líderes islámicos no tuvieron éxito.
El comunicado señala que la comunidad se había ofrecido a financiar una escuela o mezquita que llevara el nombre del fallecido, pero la oferta no fue aceptada.
“Actualmente también se están llevando a cabo otras medidas en coordinación con la Asociación Kermanshah Kalimian, y con las oraciones y oraciones de la congregación”, concluyó. “Esperamos que tenga éxito”.
Iran Human Rights informa que la ejecución de Ghahremani fue programada en medio de una ola de asesinatos estatales que han incluido a más de 100 personas en las últimas cuatro semanas.
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