“La migración es la leche que nutre el destino humano”: Ricardo Silva presenta poemario en México

El domingo 26 de mayo, en el Centro Cultural México Israel, el multifacético Ricardo Silva, ex productor del programa “El Aleph de Radio Red”,  presentó su poemario “El océano de los exilios”.

Silva acudió a esta presentación desde Israel, donde ahora reside, y este es su primer libro “en solitario”.

En el podio lo acompañaban dos talentos de la poesía en México, Jenny Asse y Becky Rubinstein, que se identificaron , como todo judío, con dos de los temas de la obra, el exilio y la migración.

Estas son las palabras de Becky Rubinstein, poeta y escritora, en la presentación del libro de Silva.

Frase como para grabar en la memoria: “La migración es la leche que nutre el destino humano”. Leche, símbolo de entrega, del deseo de compartir como en Shavuot o Fiesta de Pentecostés, cuando los lácteos señorean la mesa festiva en recuerdo del Matán Torá, de la entrega de la Ley, equiparada a la leche. Porque hacer Aliyá –como en el caso de Ricardo Silva semeja llegar a la “Tierra de la Leche y la Miel”. Ricardo Yoshúa Silva, remedo del mítico Ulises se hace a la mar, cuando ésta promete desazón: en pleno revés cósmico, cuando una inesperada e infame plaga diezmó al género humano. En sus palabras “Durante una infestación viral de dimensión planetaria” .

 

 

El Ulises, Colón o Moisés de este poemario –océano de palabras-– llega venturosamente a su destino, obviamente transmutado, decantado… fortalecido, agradecido de haber sorteado uno y más peligros… Seguro de que no habrá “naufragio en su cama”, a salvo, como dentro del seguro y acogedor vientre materno que ahora habita…

En un juego de palabra –el poeta aprendió a penetrar en las entrañas de la lengua hebrea-– al jugar con los homófonos OR Y OR: porque entre la luz y la piel– buscó y encontró un refugio: Jerusalén “pan, esperanza y duelo”, “pan de banquete, almuerzo para un mesías hambriento”.

En esta afortunada versión bilingüe, dueño de metáforas y juegos propios de la retórica –tanto en hebreo como en castellano– habla, por ejemplo de la perla, símbolo de la belleza, nacida del rechazo de una arenilla, piedrecilla o basura en la ostra que la contiene. Sin embargo, en el poemario que nos ocupa, la perla es lágrima… y además y sobre todo, viene quebrada, rota, dividida…

Nos preguntamos: ¿Como en su tiempo Judá ha Leví, nacido en el siglo xii español, en una sentida Sionida, o poema de Sión, confiesta estar? Parafraseo al poeta-filósofo, autor de El Cuzari: “Estoy en el occidente, y sin embargo, mi alma está en el oriente”.

Y al Oriente viajó nuestro querido Ricardo Yoshúa, de apellido Silva, a mi parecer heredero de los desterrados del Sefarad del siglo xv. Más adelante –reaparecen las lágrimas y las perlas en la magnífica y recomendable poesía: al Ulises-Ricardo le parece tan nostálgico el océano: “que le nació iluminarlo con sus lágrimas, que cayeron como brillantes perlas que se quebraron al posarse sobre las olas”. Olas, a nuestro parecer, cúmulo de lágrimas saladas… Y de repentina cuenta las perlas quebradas, logran reintegrarse a través de “la palabra que salva”.

La palabra es esencial en El océano de los exilios, de ahí que en pleno desastre, se solicita al cielo “que el granizo de acero no nos caiga”. Afirma: “Ojalá y pudiera ponerlos bajo el manto de rezos, y protegerlos por “si revienta el universo” para ambos bandos, en este caso de enamorados. Pensamiento humanista que nos cautiva.

Y en este juego de transmutación –ejemplificada por la perla, asimismo transmutada– Silva incluye a la sirena, singular personaje mítico-marino en hebreo bat-yam, hijas del mar–, incluida en la odisea de Ulises –prototipo del navegante– . En este caso humanizada “invadida por el hastío”. En la Odisea homérica, intentan con su voz atrapar a Ulises para evitar continúe su periplo, destinado por los dioses. El navegante, atado al navío, ensordecido, se libera del influjo melódico… En Silva, se pregunta –como si se estuviera en la cena pascual- para qué sirven las sirenas…

Argumentamos, que como personajes de mitos, leyendas y cuentos… Silva, por su parte, argumenta poéticamente: “Para acoger migrantes; le cantan al desterrado historias del Nuevo Mundo, erigen un refugio para compostar perlas quebradas diluidas en agua salada de un río que no tiene vuelta ni contraflujo”. Poesía pura, imágenes que se concatenan para enriquecer el afortunado texto que nos ocupa.

Como ya se advirtió, Silva-Ulises logra transmutarse y transmutar “lo quebrado”, lo roto, lo dividido –¿símil del pueblo de Israel?– logrando un cuasi milagro: el “compostar perlas”, es decir, multiplicar perlas en un flujo de ida y sin vuelta de hoja. El milagro, en este caso es sinónimo del MIDZUG GALUYOT –tras la conjunción de diásporas, su emulsión– la adaptación a la nueva tierra donde habita un gato binario, blanco y negro, una lagartija nacida en una terraza, donde la MIRPESET israelí funciona cual escenario vital, familiar, colectivo…

En el poemario, se coronan la adaptación y arraigo a la Jerusalén llorada y cantada por siglos, donde vienen gatos, turistas y sabios quienes husmean las piedras por si alguien le ha dejado un recado: escena que nos conquista con su frescura y humor…incluso ironía. Felicitamos al poeta y a la larga lista de personas quienes hicieron posible que salga a la luz este poemario luminoso y aperlado, digno de ser cantado y contada por sirenas cantarinas, de bella voz y de notable memoria…

Porque cada palabra es una perla…como es el caso de Mibjar Pninim, Selección de perlas de Shlomó Ibn Guevirol, autor hebreo de la tan añorada Sefarad, parafraseando a Ricardo Yoshúa Silva -aquí presente–“ideal refugio del ayer para compostar” palabras, frases cargadas de erudición: bagaje que no estorba… En el ayer, en el ahora…”

Quién es Ricardo Silva

Ricardo Silva nació en Ciudad de México en el verano de 1968. Estudió periodismo en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán. Ha participado en coberturas de radio, televisión y prensa en México, España y Argentina. Como viajero, además de la labor informativa, ha ejercido la mercadotecnia, el doblaje, la supervisión kosher y la venta de café. Desde el verano de 2020 reside en Israel.

Su obra literaria aparece en diversas obras colectivas. Este es su primer libro en solitario.


Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

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