Un observador, desde dos diferentes esquinas, puede hoy señalar no pocos escenarios que ponen en prueba a la democracia israelí.
Uno de ellos alude a las crecientes tensiones entre el sector gubernamental presidido por Benjamín Netanyahu y el alto mando militar.
En contraste con el sentido común y con las experiencias conocidas en no pocos países donde los militares pueden ser fuente de posibles amenazas al ejercicio democrático y al liderazgo político, Israel exhibe un escenario absolutamente opuesto.
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No es secreto que en las presentes circunstancias el alto mando militar se inclina a enhebrar una tregua en sus incursiones en Gaza con el propósito de conceder prioridad al regreso de los cautivos en brazos del Hamás.
Se trata de una de las últimas acciones que sus miembros desean emprender antes de someterse a un público juicio por el fatal descuido del 7 de octubre de cual son responsables.
En contraste, el gobierno presidido por Netanyahu está resuelto a prolongar la actividad militar “en los próximos siete meses”, según el decir hoy de un asesor cercano al Primer Ministro, independientemente del retorno o no de los rehenes.
Intenciones desiguales en este ámbito que también se manifiestan en la sociedad civil y tienen de momento como dramática expresión el conflicto entre Itamar Ben Gvir en calidad de Ministro de Seguridad Nacional y Kobi Shavtai como Jefe de las Fuerzas Policiales.
El primero llegó a este cargo a pesar de que jamás conoció el obligatorio reclutamiento militar, un hecho que sin embargo no le impide impulsar a otros a defender y ampliar las fronteras del país.
En contraste, Kobi Shavtai presenta un limpio itinerario tanto en su pasado militar como hoy en la dirección de las filas policiales.
En estos días las tensiones entre ambos tienen marcada expresión debido a la justa y legal autonomía que Shavtai revela en su conducta, actitud inaceptable para el ministro Ben Gvir.
El resultado: desalojarlo del puesto que de todos modos abandonará en un par de meses es hoy su irrefrenable intención.
Como en otros casos la decisión final depende del primer ministro Netanyahu.
Con base en la conducta que reveló en otras circunstancias estimo que para preservar la coalición gubernamental Bibi se rendirá a Ben Gvir.
Un hecho que se sumará a otros para poner en tensión el vigor y la legitimidad de la actual coalición gubernamental.
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