Or Shoshani/ La normalización con Arabia Saudita es más que mera política

Israel se encuentra en una encrucijada histórica con implicaciones más amplias que la actual guerra en Gaza. Las decisiones del gobierno israelí en el futuro cercano darán forma a la alianza de defensa estadounidense en Medio Oriente e impactarán en el debilitamiento de Irán y la estabilidad de la economía global.

En la guerra actual, Irán es un actor hostil dominante hacia Israel y Estados Unidos a través de su financiación de representantes en la región. Por lo tanto, Israel está tomando medidas para debilitar a Irán en la región y a nivel mundial. Un acuerdo de normalización con Arabia Saudita impulsará esta misión, mejorará la economía de la región e impactará la economía global.

Teherán comprende por qué los acuerdos de normalización son tan importantes para Israel, los sauditas y especialmente los estadounidenses. Algunos argumentarán que estos acuerdos fomentan una creciente hostilidad agresiva por parte de Teherán porque sabe que firmar el acuerdo de normalización dificultará la implementación de los planes maliciosos de la República Islámica. Irán sabe bien que su legitimidad regional se desvanecerá, la alianza de defensa occidental se fortalecerá y creará una envoltura estratégica basada en una coalición regional con Estados Unidos, como lo fue durante el último ataque iraní contra Israel.

El papel de Arabia Saudita es crucial en el mundo árabe debido a su importancia política, económica y religiosa, incluido el hecho de que alberga importantes sitios islámicos.

Reconocer la legitimidad de Israel tendrá un impacto en el mundo árabe y en la alianza de defensa occidental en Medio Oriente. El reciente acuerdo de normalización con Israel tiene como objetivo contrarrestar la influencia de Irán, junto con la creciente presencia de China. A pesar de desafíos como la demanda de Arabia Saudita de un Estado palestino, que es problemática para Israel –y con razón–, Israel debe aprovechar esta oportunidad y negociar eficazmente para asegurar los beneficios de este acuerdo. La normalización con Arabia Saudita tiene muchas ventajas, principalmente económicas.

A partir de 2022, Arabia Saudita ostenta el título de “mayor economía de Oriente Medio”, según el Banco Mundial, con un PIB de unos 800.000 millones de dólares. Esta economía se basa principalmente en sus reservas de petróleo y menos en los desarrollos tecnológicos. Por lo tanto, existe una oportunidad de oro para que Israel abra las puertas sauditas a las empresas israelíes especializadas en tecnología, abriendo así un nuevo mercado para los fabricantes y amplias exportaciones. El interés de los sauditas en la tecnología y las energías renovables contribuirá en gran medida a Israel en el nivel económico y también salvará a Arabia Saudita del campo en el que se ha quedado atrás.

En 2016, el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman (MBS) declaró la “Visión Saudita 2030”, cuyo objetivo es poner fin a la dependencia del reino de las fuentes de petróleo y proporcionar otras fuentes económicas. El reino saudí es consciente de que el precio del petróleo está sujeto a fuertes fluctuaciones a lo largo de los años; y que el petróleo es, en última instancia, un recurso agotable. La normalización abrirá a ambos países a nuevos mercados y a la cooperación en los campos del agua, la energía y la alta tecnología.

Además, reducirá los gastos de seguridad de los países involucrados, ya que el acuerdo asegurará defensivamente su posición en la región.

La importancia del acuerdo para EE.UU.

Pero ¿por qué Estados Unidos desea tanto este acuerdo?

Más allá del aparente deseo del presidente Joe Biden de registrar tal logro antes de las próximas elecciones de noviembre de 2024, Estados Unidos quiere promover el desarrollo económico y la prosperidad en Medio Oriente que incluirá un corredor de infraestructura y comercio que comenzará en la India y pasará por Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Israel e incluso llegando a toda Europa.

La administración estadounidense ve este plan económico como un importante punto de inflexión que afectará a la integración en Oriente Medio y a toda la economía occidental, es decir, Europa.

La iniciativa “Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa“, que la administración estadounidense quiere promover lo antes posible, incluirá rutas por carretera y ferrocarril que transportarán diversos bienes y petróleo que enriquecerán la economía occidental y provocarán una caída significativa de los precios, que también llegará a Europa y afectará positivamente a la economía mundial.

En general, los intereses de los tres líderes se cruzan: MBS busca presentarse como un líder que enfrenta los desafíos de la región mientras depende en gran medida de Estados Unidos; Biden aspira a lograr importantes logros internacionales antes de las elecciones y a ejecutar un proyecto que cambiaría la región y la economía mundial; y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ve una oportunidad para hacer avanzar la economía de Israel y fortalecer su seguridad a largo plazo. Netanyahu debe tomar decisiones difíciles y adoptar medidas apropiadas para el desarrollo diplomático y de seguridad de Israel, Medio Oriente y potencialmente de todo el mundo occidental.

El autor tiene amplia experiencia en la industria del marketing y las relaciones públicas y presenta un podcast sobre temas gubernamentales. Está en su último año de Licenciatura en Gobierno, Diplomacia y Estrategia en la Universidad Reichman y es miembro del Programa Argov en Liderazgo y Diplomacia.

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