Los detalles de una investigación sobre la vida cotidiana de los rehenes liberados en la Franja de Gaza, Almog Meir Jan, Andrey Kozlov y Shlomi Ziv, fueron publicados en The Wall Street Journal (WSJ) el miércoles por la mañana.
Según el informe, los tres rehenes rescatados vivieron en una habitación oscura durante seis meses, durmiendo en pequeños colchones en el suelo. Su única conexión con el mundo exterior era a través de los guardias que les llevaban comida y ocasionalmente abusaban de ellos.
Los ex rehenes compartieron que podían oír a la familia de Gaza que vivía abajo, incluidos sus hijos, pero nunca los vieron. Sin embargo, un día, cuando la familia salió, les permitieron bajar y usar la cocina.
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Les impusieron castigos cuando no cumplían las estrictas reglas de sus captores de Hamás, incluyendo encerrarlos en el baño, amontonarles mantas durante el clima cálido y amenazarlos repetidamente con matarlos, según The Jerusalem Post.
A pesar de las dificultades, los rehenes aprendieron árabe, se enseñaron entre ellos hebreo o ruso y llevaron la cuenta del tiempo en diarios. Los tres se hicieron amigos cercanos y este vínculo los ayudó a soportar las dificultades.
El rehen rescatado Almog Meir Jan se reune con su familia en el Hospital Sheba, 8 de junio, 2024. (IDF)
En ocasiones, sus guardias les decían que nadie se preocupaba por ellos o que nadie vendría a rescatarlos. Sin embargo, el día del cumpleaños de Meir, día del que sólo sabía porque llevaban una libreta para anotar las fechas, se les permitió ver una emisión de Al Jazeera en árabe. Vieron una manifestación en Tel Aviv de las familias de los rehenes, donde informó haber reconocido su rostro en los carteles entre la multitud.
“Le hizo sentir que no lo habían olvidado”, dijo Aviram Meir, tío de Almog.
Revelando el trauma
La descripción del tiempo que los rehenes pasaron en Gaza se basó en entrevistas con los familiares de los rehenes y con funcionarios médicos y de seguridad. Con aún mucho por descubrir sobre su terrible experiencia y la de Noa Argamani desde su brutal secuestro en el Festival Nova el 7 de octubre, los funcionarios de seguridad israelíes han pedido a los rehenes y a sus familiares que mantengan la confidencialidad de los detalles de su cautiverio.
Un relato completo del abuso sufrido por otros rehenes liberados anteriormente surgió solo más de un mes después del hecho, con descripciones de haber sido retenidos en túneles subterráneos y haber sufrido abuso mental, físico y sexual.
Un médico que trata a grupos de rehenes rescatados o liberados desde el 7 de octubre afirmó que, a pesar de las primeras valoraciones positivas basadas en su alegre aparición en la televisión, habían sufrido “torturas físicas y mentales”.
El Dr. Itai Pesaj, parte del equipo del Centro Médico Sheba en el centro de Israel que trató a los rehenes rescatados, dijo que su apariencia inicial se debió en gran medida a la adrenalina en sus cuerpos y la alegría de su liberación. Las fuerzas de seguridad y los rehenes identificaron al periodista palestino Abdallah Al-Jamal, que vivía en el apartamento, como uno de sus captores.
Abdallah y su padre, Ahmed Al-Jamal, médico e imán de una mezquita local dirigida por Hamás, murieron durante la operación. Los vecinos dijeron que siempre supieron que Abdallah Al-Jamal estaba afiliado a Hamás.
Abdallah Al Jamal. is an “Al Jazeera photographer” his father, Ahmed Al Jamal. He is a “doctor” both kept Israeli girl Noa as hostage!
Hamas must be destroyed! pic.twitter.com/EuaXEBkIp6
— Azat Alsalem (@AzzatAlsaalem) June 9, 2024
La operación de rescate se llevó a cabo bajo intenso fuego de Hamás en las concurridas calles de Nuseirat, en el centro de Gaza. Pesaj dijo que era probable que el peso de los rehenes cambiara durante el cautiverio debido al miedo, el estrés y el abuso. Señaló que presentaban signos de atrofia muscular y desnutrición y habían perdido la capacidad para realizar determinadas actividades.
“Escuchamos historias que van más allá de lo imaginable”, dijo Pesaj. Cuando los tres rehenes llegaron a Israel, parecían bien arreglados, con la cabeza afeitada y la barba limpia. Aviram Meir describió la piel de su sobrino como pálida. “No vieron el sol durante ocho meses”, dijo.
La exitosa operación de rescate obligará a Hamás a cambiar la forma en que esconde a los rehenes, pero no necesariamente aumentará la gravedad de sus condiciones, dijo al WSJ Yunes al-Zarai, un comentarista político palestino.
“Es razonable suponer que se asegurarán de que no haya más de un cautivo en el mismo lugar y trasladarán con frecuencia a los rehenes para evitar su detección. Su mecanismo de seguridad gestionará estos arreglos”, dijo al-Zarai.
Aún no está claro dónde estuvieron retenidos los tres rehenes varones antes de ser trasladados a la casa donde fueron rescatados. Argamani estuvo retenida en casas con otros rehenes antes de llegar al lugar final. Otros rehenes liberados informaron que estaban retenidos bajo tierra en túneles.
Según fuentes bien informadas, los agentes de inteligencia estadounidenses en Israel ayudan a localizar a los rehenes. El hecho de que los tres rehenes varones permanecieran juntos durante un período tan largo sin una operación de rescate indica el alto nivel de inteligencia necesario para un rescate exitoso, dijo Avi Kalo, ex comandante de asuntos de rehenes en el ejército israelí.
“Necesitan ser verificados con altos estándares de inteligencia”, dijo.
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