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sábado 07 de septiembre de 2024
Cómo una linda chica estadounidense decidió volverse soldado del ejército Israelí: "No basta con defender a Israel desde el campus"

Cómo una linda chica decidió volverse soldado del ejército Israelí: “No basta con defender a Israel desde el campus”

Enlace Judío México e Israel – Nina Katz podría ser una chica estadounidense común y corriente. En cambio, decidió convertirse en soldado de las FDI. Actualmente, su unidad de búsqueda y rescate ve acción tanto en Gaza como en la frontera norte. Ella, serena y convencida, nos cuenta su historia, en exclusiva. 

Nina Katz comenzó a estudiar hebreo antes de entrar al kinder. Creció en el seno de una familia judía y sionista, con una madre rabino que le inculcó el estudio de la Torá y la práctica de las fiestas desde que era una niña pequeña. Por eso, dice, siempre quiso ser soldado de las FDI. Para ella, Israel es su país. Ama a Israel y lo ha hecho siempre.

 

“Pero después de la escuela secundaria, como todos los chicos estadounidenses clásicos, fui a la universidad. Y mientras estaba en la universidad, comencé a hacer mucha defensa de Israel en mi campus. Comencé en el Club de Israel. Volví a estudiar hebreo y tomé clases de hebreo. Y una vez que hubo una voz pro-Israel en mi campus, de repente apareció una voz anti-Israel. Y me di cuenta de que mi versión de la defensa no podía hacerla solo desde los campus universitarios, aunque eso es muy importante para mí. Era ahora o nunca. ‘Voy a cumplir mi sueño y me voy a enlistar en las FDI‘. Así que hice Aliá en agosto, justo antes del 7 de octubre”.

Antes del 7 de octubre, Katz sabía que iba a enlistarse. Después del 7 de octubre, sus razones se volvieron más sólidas. El antisionismo y el antisemitismo que ve todos los días en las noticias la han llevado a reafirmar su convicción de que Israel es necesario para todos los judíos del mundo. “Estoy más y más motivada para estar en las FDI y servir al país”, afirma.

Katz acaba de concluir su entrenamiento básico, lo cual incluye una marcha de 20 kilómetros con el equipo táctico puesto. Muchas otras chicas completaron la marcha a su lado. Su unidad, dice, es completamente mixta, y hombres y mujeres hacen equipo juntos en un ambiente, además, multicultural.

 

Nina Katz: terminó el entrenamiento

Nina Katz: terminó el entrenamiento

“Y lo grandioso también, y la razón por la cual el ejército es el crisol del país, es que tienes de todo: tienes Jerusalén, tienes drusos, tengo un amigo etíope, tengo amigos que originalmente son de Sudáfrica. Es todo el mundo. Es como toda la sociedad en esta unidad. Así que definitivamente es chicos y chicas. Es una unidad mixta”.

La marcha comienza un miércoles por la noche en una zona cercana a Latrún, que durante la guerra de Independencia fue un punto táctico, explica Katz . “Y marchamos desde esa área y terminamos en Latrún alrededor de las ocho de la mañana del jueves. Así que no fueron unas pocas horas. Pasamos toda la noche sin dormir. Tuvimos un descanso para comer,  y por supuesto, aquí y allá tuvimos descansos para beber agua, pero todo el tiempo llevábamos todo nuestro equipo en nuestras espaldas.”

Chaleco equipado, armas, municiones, camilla… Los soldados marchan cargando su equipo en silencio, y solo algunos oficiales se comunican por radio. “Y luego, hacia el final, nos pusimos nuestras boinas, alrededor de los últimos dos kilómetros, tal vez, nos pusimos nuestras boinas, y nuestros padres y familiares se unieron y nos ayudaron a llevar las camillas.

“Y al final cambiamos nuestra boina verde, que es la boina que tuvimos durante todo el entrenamiento. Y finalmente conseguimos nuestra boina naranja. Y la boina naranja es la boina oficial de nuestra unidad porque el color naranja simboliza búsqueda y rescate. Es como el color internacional”.

El 7 de octubre para Nina Katz

“El 7 de octubre fue una pesadilla. Hasta el día de hoy, será un día que recordaré para siempre. Tal como los estadounidenses recuerdan exactamente dónde estaban cuando ocurrió el 11 de septiembre, el 7 de octubre, todos los israelíes y muchos judíos alrededor del mundo recordarán dónde estaban cuando se enteraron”, asegura Katz que, sin embargo, no pierde la entereza ni por un instante.
“Para mí, resultó que estaba en mi kibutz, que está cerca de Haifa, en el norte. Me desperté alrededor de las 6:30 de la mañana, y vi que todas las sirenas estaban sonando en todo el país, en el sur. Llamé a mi mamá, que vive en los Estados Unidos y era la mitad de la noche para ella. Le dije: ‘Mamá, no sé qué está pasando aquí, pero estoy muy asustada’. Tenía una voz de pánico, y mi mamá trataba de calmarme diciendo: ‘Escucha, cariño, esto sucede a menudo en Israel. Israel superará esto. No es la primera vez que lanzan cohetes desde Gaza’.
“Y luego le dije a mi mamá: ‘Está bien, pero esto es diferente. Se siente diferente’. Así que colgamos. Mi mamá se volvió a dormir. Unas tres horas después, alrededor de las 9:30, me desperté de nuevo y esta vez me levanté para el día. Comencé a ver en las redes sociales, en particular recuerdo una imagen de Sderot, una de las ciudades en la trayectoria de los terroristas, en la calle, apuntando con todas sus armas en las camionetas.
“Vi esa imagen en Instagram y realmente no tenía palabras. Estaba desconcertada” explica Katz. “No sabía qué estaba pasando. Las noticias empezaban a salir pero nadie realmente sabía qué estaba pasando. Luego llamé a mi mamá de nuevo y le dije: ‘Mamá, enciende las noticias. Esto no es típico. Nadie sabe qué está pasando. Esto es diferente’. Y luego mi mamá, todos empiezan a escuchar las noticias, y pasé el resto del día con mis otros amigos que también son todos soldados solitarios, en mi kibutz.
“Todos estábamos siguiendo las noticias y estábamos desconcertados y asustados. Empezamos a ver cosas en las redes sociales en los días siguientes, sobre personas desaparecidas que estaban tal vez en el Festival Nova o de estos kibutzim. Mi redes sociales se llenaron de caras y números de contacto. Si sabías de esta mujer que tal vez llevaba una bufanda azul y todo eso, esa fue mi semana: escuchar sobre personas desaparecidas, y soldados de las FDI informando y dejando el kibutz para unirse al esfuerzo de guerra. Fue una pesadilla. Fue una verdadera pesadilla” añade Katz.
Pero esa pesadilla no hizo sino reafirmar su convicción, recordarle a la joven recluta por qué estaba en ese país, para qué había dejado la comodidad de su casa para cruzar el mundo y enrolarse en un ejército activo.
“Pese a que no nací en Israel, este es mi país. Lo siento mi hogar tanto como a Estados Unidos. Quiero que mis hijos crezcan hablando hebreo. Quiero que mis hijos vivan en Israel y que sean parte de la sociedad israelí, y para ser parte de la sociedad israelí tienes que estar en el ejército”.
“Y sacrificas dos o tres años de tu vida por el país y es algo que hay que hacer, no hay forma de que yo pudiera vivir en este país sin sacrificar ese tiempo por el lugar que amo”.
La marcha de las boinas para Nina Katz

La marcha de las boinas para Nina Katz

Pasar de ser protegido a proteger

Katz afirma que la parte más dura de su entrenamiento ha sido “aprender a usar un montón de herramientas eléctricas. “Obviamente, nadie tiene experiencia usando estas herramientas hasta que llegas al ejército. Así que diría que todo eso fue muy difícil. Y, por supuesto, el factor del idioma, son palabras nuevas que nunca has escuchado en tu vida. Hablar sobre diferentes combustibles y aceites y, por supuesto, al final del día, esa es la profesión y la especialidad de la unidad, la búsqueda y rescate.
“Así que ese entrenamiento fue realmente difícil. Y  hacerlo sin dormir. Sí, eso fue definitivamente muy difícil. Quiero decir, durante todo el entrenamiento es saber cómo ya no eres un civil. Es pasar de ser de los protegidos a ahora proteger. Así que es un cambio total de mentalidad. Tal vez eso signifique no dormir mucho por la noche. Es aprender a hacer guardias. Es aprender a hacer estos ejercicios de búsqueda y rescate”.
Mientras las unidades de combate se entrenan para incursionar en terreno enemigo en búsqueda de terroristas, armas y rehenes, la unidad de búsqueda y rescate tiene la misión doble de proteger tanto a los civiles como a los otros soldados.
“En la frontera norte, tenemos que estar listos para actuar si algo le sucede a un edificio donde se encuentren civiles. Mi unidad tendría que hacer la búsqueda y rescate para la población civil en el norte y también para los soldados de las FDI dentro de la Franja de Gaza”.
La base de entrenamiento de su unidad se encuentra en la zona de Shejem, en la frontera norte de Gaza. El 7 de octubre, la base fue infiltrada por los terroristas de Hamás. Katz todavía no era parte de las FDI, por eso no se encontraba ahí cuando siete soldados murieron a manos de los invasores. “No hemos vuelto a esa base y quién sabe cuándo regresemos”, nos cuenta.
“Desde el día en que nos enlistamos hasta ahora, se nos recuerda todos los días lo que nos pasó y lo que les pasó a esos siete soldados inocentes que fueron asesinados. Ha sido obviamente un tiempo de gran duelo para la unidad, para todo el país, para las familias de los siete soldados. Ese tema y el recordar sus vidas se habla a menudo”.
Una de las comandantes de su unidad estuvo entre los soldados que acudieron al rescate de la base aquel día. Ella perdió a uno de sus mejores amigos ese inolvidable 7 de octubre. “Ella nos contaba esas historias durante nuestro entrenamiento. Tiene 21 años. Nadie a esa edad debería de experimentar algo como eso”.

Katz: Este es el ejército y el país del pueblo judío

¿Alguna vez has considerado volver a Estados Unidos?, se le pregunta: “No, para nada”, responde. Su familia, dice, está orgullosa de ella. “Nunca hubo un momento en que quisieran que regresara. Obviamente le he causado a mi madre como siete infartos este año”, bromea. “Le gustaría verme encerrada en un sótano. ¡Qué madre no querría eso! Pero están realmente orgullosos de mí porque saben lo que estoy haciendo. Saben que estoy haciendo aquello en lo que creo, haciendo lo correcto, defendiendo a mi gente y luchando por mi país”.
Antes de despedirse, la joven soldado Nina Katz deja un mensaje para quienes, como ella, están considerando brindar su servicio en Israel:

“Al final del día, no importa si naciste en Israel o en el extranjero. Este es un país para el pueblo judío. Es un sacrificio enorme dejar tu hogar cómodo donde naciste, a tu familia y amigos. Pero al final del día, este es el ejército y el país del pueblo judío. Es un sacrificio muy grande, pero no hay un solo día en que me arrepienta de la decisión que tomé”.

Nina Katz , al terminar el entrenamiento

Nina Katz , al terminar el entrenamiento

 


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