Puede ser que nunca sepamos quién gritó
Gritó y luego calló
Pero sus gritos sonarán por siempre
“Screams before silence”. Valiente. Fue lo primero que pensé cuando la pantalla se ennegreció en una de las salas de la Embajada. Cundía el silencio, con uno y otro sollozo aislado.
El público, en su mayoría femenino, comprendía periodistas e influencers, convocados por Estrategia Blue y la Embajada.
Valiente Sheryl Sandberg, al quererse enfrentar a un tema demasiado doloroso, con detalles y descripciones, en los lugares de los hechos. Antes de que la memoria se empañe, que los testigos desaparezcan.
Valientes las víctimas, al relatar lo que sufrieron, frente a la cámara.
Valientes los testigos. Los más afectados son los hombres, al recordar su impotencia. Los primeros respondedores, quienes lloran como niños al recordar el estado de los cuerpos que han tenido que recoger, descolgar, desamarrar, viendo escenas dantescas que nadie quisiera siquiera imaginarse.
Valientes los espectadores, por no salir corriendo al escuchar todo tipo de atrocidades relacionadas con el abuso sexual.
Con valor, escribo eso:se relatan violaciones múltiples y prolongadas de mujeresy hombres ante sus parejas o hasta sus hijos. Violaciones con varillas, trozos de madera, clavos, disparos en genitales. Violaciones post mortem. Mutilaciones de órganos sexuales, entre otros.
Violar al cuerpo de una mujer es, desde tiempos inmemoriales, violar al cuerpo colectivo de su comunidad.
Esta película valiente es única: primero, porque recoge los testimonios aún frescos y se convierte en un trabajo periodístico invaluable; luego porque logra reunir a víctimas, testigos y expertos en los escenarios de los hechos; finalmente porque brinda, de primera mano, las pruebas que muchos exigen para convencerse del horror ( a pesar de que los mismos monstruos tuvieron a bien grabar sus fechorías y exhibirlas en línea.
Además, porque el pueblo judío es un pueblo de memoria, que no solo conmemora las victorias y los triunfos, sino los momentos más duros de su historia.
Terminando, una de las asistentes pidió que las mujeres formaramos un círculo, tomándonos de las manos.
Pero tampoco para eso teníamos ya fuerzas.
Ver en YouTube el documental subtitulado al español:
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