Los aliados ultraortodoxos del primer ministro Benjamín Netanyahu condenaron este martes a la Corte Suprema de Justicia, después de que dictaminó que no existe base legal para no reclutar a ultraortodoxos a las FDI, informó The Times of Israel.
La Torá es el “arma secreta de Israel contra todos los enemigos” y “ningún poder en el mundo” puede impedir que el pueblo judío la estudie, declaró el presidente del Shas, Aryeh Deri, vinculando las contribuciones de quienes estudian Talmud con los soldados.
“El pueblo judío sobrevivió a persecuciones, pogromos y guerras sólo gracias a que mantuvo su singularidad, la Torá y los mandamientos. Esta es nuestra arma secreta contra todos los enemigos, como lo prometió el Creador del universo”, dijo, describiendo a los estudiantes de Yeshivá como “los que preservan nuestro poder especial y generan milagros en la campaña [militar]”.
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La histórica sentencia, que anula décadas de exenciones al reclutamiento para ultraortodoxos, establece explícitamente que el gobierno debe “actuar para hacer cumplir la Ley para el Servicio Militar a los estudiantes de Yeshivá”, obligando a las agencias estatales a tomar medidas activas para reclutarlos.
También afirmó que el gobierno ya no puede proporcionar apoyo financiero a los estudiantes de la ieshivá que estudian en lugar del servicio militar, ya que la ley que establece ese acuerdo ha caducado.
El partido Yahadut Hatorá también criticó el fallo, y su presidente, el ministro de Vivienda, Yitzhak Goldknopf, afirmó que a pesar de la “muy desafortunada” decisión de la Corte la sagrada Torá prevalecerá”.
“Nunca ha habido un fallo de la Corte Suprema a favor de los estudiantes de la Yeshivá y en interés de los ultraortodoxos”, tuiteó Moshe Gafni, legislador de Yahadut Hatorá, acusando al tribunal de no entender la “contribución de los estudiantes de la Yeshivá al pueblo de Israel”.
Los hombres ultraortodoxos en edad militar han podido evitar ser reclutados en las Fuerzas de Defensa de Israel durante décadas al inscribirse en Yeshivot para estudiar Torá y obtener repetidos aplazamientos de servicio de un año hasta que alcancen la edad de exención militar.
Actualmente se estima que hay 67.00o ultraortodoxos que son elegibles para el servicio.
En una aparente muestra de desafío al tribunal, el ministro de Asuntos de Jerusalén, Meir Porush, de Yahadut Hatorá, insistió en que los ultraortodoxos “continuarían estudiando Torá como solían hacerlo en el país que declaró Ben Gurion”, mientras que su compañero de partido, el diputado Yisrael Eichler, fue incluso más allá, calificando al tribunal de “órgano dictatorial que arrebató el poder de las manos del gobierno electo” y “busca forzar una guerra religiosa en las calles”.
Si bien el fallo establece que el gobierno debe reclutar a los ultraortodoxos, indica que la petición que resolvió el martes no es el marco adecuado “para discutir los detalles de cómo se implementa la ley o la escala de alistamiento de los estudiantes de la Yeshivá”, y que no está emitiendo una opinión sobre ese tema, lo que implica que el gobierno tiene cierta libertad en cuanto a cuántos hombres ultraortodoxos necesita reclutar de forma inmediata.
Los legisladores ultraortodoxos han presentado durante mucho tiempo el alistamiento forzoso de estudiantes de la Yeshivá como una línea roja que pondría en peligro la ya frágil estabilidad de su alianza con Netanyahu, quien depende de su apoyo para mantener su escasa mayoría en la Knéset.
En un comunicado, el partido Likud cuestionó por qué el tribunal se pronunciaó sobre la cuestión antes de “finalizar la histórica ley de reclutamiento que actualmente se está preparando para una segunda y tercera lectura”, afirmando que dicha legislación es la “única solución” para la cuestión del alistamiento.
También arremetió contra Benny Gantz, por oponerse al proyecto de ley a pesar de haberlo respaldado inicialmente como ministro de Defensa durante el gobierno anterior, lo que provocó una dura reacción del partido de oposición.
Si bien el Likud y los ultraortodoxos criticaron el fallo del tribunal, tanto los partidos de oposición de derecha como de izquierda lo consideraron un triunfo para el Estado de derecho.
“Hay jueces en Jerusalén”, tuiteó el jefe de Yisrael Beitenu, Avigdor Liberman, citando un dicho frecuentemente atribuido al fundador del Likud y ex primer ministro Menachem Begin.
“En un año en el que toda una brigada de soldados perdió o resultó gravemente herida, en un año en el que los reservistas sirvieron durante más de 200 días, no hay prueba más clara de que las FDI necesitan más reclutas, más personas para servir”, dijo, felicitando a la Corte Suprema por dar “un paso significativo en el camino hacia el cambio histórico”.
“Conservadores y liberales: hay jueces en Jerusalén”, tuiteó también el líder de Tikvá Jadashá, Gideon Sa’ar, haciéndose eco de la retórica de Lieberman.
El recién elegido jefe de Avodá, Yair Golan, ofreció sus “felicitaciones por una decisión justa de la Corte Suprema de Justicia”, mientras que Gantz culpó a Netanyahu y su gobierno por buscar “soluciones para mantener la coalición” en lugar de una resolución a la cuestión del alistamiento e insistió en que “no es demasiado tarde” para llegar a acuerdos amplios.
En su discurso en la conferencia anual de Herzliya en la Universidad Reichman, el líder de la oposición Yair Lapid pidió al gobierno que comience una movilización masiva inmediata de los ultraortodoxos.
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