Figuras destacadas que representan a diferentes sectores de la sociedad israelí pidieron al Congreso de Estados Unidos cancelar la invitación del primer ministro Benjamín Netanyahu, para dirigirse a una reunión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes el 24 de julio, informó Haaretz.
La carta, publicada este miércoles en The New York Times bajo el título “Netanyahu no habla por nosotros. El Congreso debería retirarle la invitación”, fue escrita por seis personas, entre ellas el exdirector del Mossad Tamir Pardo, el exprimer ministro Ehud Barak y el autor David Grossman.
El grupo afirma que Netanyahu no representa al Estado de Israel ni a sus ciudadanos y, por tanto, no debería hablar en nombre del país.
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“[Su intervención] recompensará su conducta escandalosa y destructiva hacia nuestro país. Creemos que está llevando a Israel cuesta abajo a una velocidad alarmante, hasta el punto de que eventualmente podemos perder el país que amamos”, dice la carta.
Netanyahu fue invitado a dirigirse al Congreso por el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, el líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, y el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries.
El Primer Ministro respondió a la invitación con un comunicado de su oficina diciendo que está “emocionado por el privilegio de presentar ante los representantes del pueblo estadounidense y del mundo entero la verdad sobre nuestra guerra justa contra aquellos que desean matarnos”.
Los autores de la carta destacan la culpabilidad de Netanyahu por la guerra, que ahora está entrando en su noveno mes, incluyendo el no haber asumido responsabilidad por su parte en permitir que ocurriera la masacre de Hamás el 7 de octubre, así como su obstrucción de varias propuestas para acuerdos que lleven a la liberación de los rehenes que aún se encuentran retenidos en Gaza.
“Una gran parte de los israelíes ha perdido la fe en el gobierno del señor Netanyahu“, afirma la carta. “Se aferra al poder gracias a una frágil mayoría parlamentaria. Esa mayoría ignora la difícil situación de decenas de miles de israelíes desplazados en el sur tras el ataque de Hamás y en el norte debido a los ataques de Hezbolá desde el Líbano, y de los familiares de los rehenes, una fuerza poderosa ahora en Israel“.
Los autores advierten que el discurso de Netanyahu envalentonará aún más sus intentos de mantener su supervivencia política. “Sin duda, será cuidadosamente orquestado para apuntalar su inestable control del poder”, escribieron, “y permitirle jactarse ante sus electores del supuesto apoyo de Estados Unidos a sus políticas fallidas”.
“Darle al Sr. Netanyahu el escenario en Washington prácticamente desestimará la ira y el dolor de su pueblo, tal como se expresan en las manifestaciones en todo el país. Los legisladores estadounidenses no deberían permitir que eso suceda. Deben decirle a Netanyahu que se quede en casa”, señalan.
Con su intervención, Netanyahu se convertiría en el primer líder mundial en dirigirse a una sesión conjunta del Congreso por cuarta vez. La última vez que habló ante el Congreso fue en 2015, un evento que fue boicoteado por casi 60 legisladores demócratas, en el que atacó el acuerdo nuclear que el entonces presidente Barack Obama estaba a punto de firmar.
Esta vez, varios miembros del Congreso han dicho que no participarán, en particular los senadores demócratas Bernie Sanders y Elizabeth Warren.
El evento planeado llega en un momento de nuevas disputas entre Netanyahu y la administración Biden. La semana pasada, Netanyahu publicó un video en el que acusaba a Estados Unidos de retrasar envíos de armas a Israel.
La Casa Blanca negó las afirmaciones de Netanyahu y canceló una reunión de alto nivel entre Estados Unidos e Israel sobre Irán que estaba programada para el día siguiente.
La reciente visita del ministro de Defensa, Yoav Gallant, a Washington fue vista por varios expertos políticos como un intento de Israel de suavizar el daño causado por el video de Netanyahu.
Una fuente estadounidense dijo a Ynet: “Nuestra posición sobre el asunto ha sido clara y no pretendemos responder a todas las declaraciones políticas del Primer Ministro, pero esperamos discusiones constructivas entre el ministro de Defensa Gallant y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, esta semana”.
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