Cinco cualidades que la Torá nos enseña con sus líderes

Un buen líder se mide en base al servicio que da a la comunidad que lo sigue. Para la Torá el rol de un líder implica más que una simple autoridad, es una guía que impulsa al pueblo y a cada individuo hacia un gran crecimiento espiritual, del cual claramente empieza por sí mismo. Cada uno de los personajes que aparecen en la Torá tienen un camino y una historia propia que constituyen una fuente de crecimiento y sabiduría inagotables para quienes los leen. Las siguientes son tan sólo algunas cualidades que se remarcan de líderes judíos que aparecen en la Torá.

Moisés. Humildad

Una de las cualidades más resaltadas de la Torá es la humildad (anavá) en hebreo, lo que implica es la habilidad de verte como parte de los sucesos y no su totalidad. Es decir, poder observar tu entorno e incluirte en el, ver y actuar por el bien de tu entorno sabiendo que no eres el centro. Es poder reconocer y dar servicio a algo más grande que tú y sentir felicidad genuina de ser parte.

El personaje que más destaca por su humildad es Moisés. Es el único hombre que realmente se convirtió en vehículo absoluto de D-os. Es el único del cual el texto bíblico dice que D-os hablaba a través de él y que su rostro adquirió un brillo especial a través de ello. A Moisés consideramos un espejo de lo que D-os nos pide.

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Si vemos su carácter la humildad se hace presente en muchos momentos que debe tomar decisiones importantes en su vida. Se revela contra la labor que D-os pide de él, pero finalmente la acepta. Trabajó toda su vida por guiar al pueblo de Israel a la Tierra Prometida y acepta el designo de D-os de no entrar a ella y en todo momento se dobla frente a lo que la Divinidad exige de él. Todas las veces que discute con D-os es por el bien del pueblo judío más que por su propio bienestar.

Abraham. El padre de las naciones

Uno de los personajes más bellos de la Torá es Abraham, es el hombre que ruega a D-os compasión por el destino de su enemigo. De él salieron todas las religiones monoteístas y según el texto gran parte de las culturas de Oriente, es Abraham porque es “padre de las naciones”.

La cualidad que más destaca de su persona es el gesed, la bondad y la compasión, de él aprendemos un compromiso muy fuerte hacia la justicia sin por ello perder de vista el amor al prójimo. Aprendemos a amar a todos los hombres y a todas las naciones por las cualidades intrínsecas que las definen.

Noé, un hombre justo

Otro gran líder fue Noé casi salva a su generación de la destrucción y aunque no pudo salvarlos a ellos a través de él y su familia se salvó la humanidad completa. El Diluvio es uno de los episodios más enigmáticos y complejos de la Torá, pues se asume como una forma de Revelación divina. Sin embargo, una cosa el texto mantiene con claridad. Noé se salva por su rectitud, por ser tzadik (justo) frente a los ojos de D-os y no frente a sus propios ojos. Es el límite a la subjetividad, es la afirmación absoluta de una ética estable que le da al hombre un lugar superior en la existencia.

Miriam. La niña valiente

Muchas cosas se narran de Miriam, de cómo cuando ella vivía el agua acompañaba al pueblo de Israel, al igual que la profecía y el enorme amor que inspiraba a todo el que la rodeaba. Sin embargo, la cualidad que más destaca de ella es la valentía, desde niña pudo enfrentar a su padre y exponer su vida por salvar a niños judíos que serían asesinados por el faraón y es esa misma valentía la que infunde a las mujeres cuando las impulsa a cruzar el mar. Es a través de sus panderos que los judíos adquirían la determinación y fuerza para enfrentarse a las situaciones más adversas.

Esther. Oculta

Esther es uno de los personajes más bellos de la Torá. Es arrancada de su casa y su cultura para servir a un rey que ha demostrado ser mal cónyuge con sus esposas y poco benevolente con los pueblos que conquista. Y dentro del palacio del rey encuentra formas de realizar la voluntad divina. Lucha por mantener su identidad escondida y a través de la misma proteger al pueblo al que siempre ha pertenecido. Su mayor cualidad es poder actuar sin ser vista, es el recato absoluto.